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Juan José Rivas Martínez, Premio Notarios y Registradores 2019

JUAN JOSÉ RIVAS

Juan José Rivas Martínez, Premio Notarios y Registradores 2019

PREMIO

NOTARIOS REGISTRADORES

2019 

 

RAZONES PARA
LA CONCESIÓN
APUNTES BIOGRÁFICOS

Datos de Contacto

IR AL REPORTAJE DE LA ENTREGA DEL PREMIO EL 18 DE MAYO DE 2019 DURANTE LA CLAUSURA DE LA XII CONVENCIÓN DE LA WEB

  

RAZONES PARA LA CONCESIÓN:

EL EQUIPO DE REDACCIÓN DE LA WEB, TRAS AMPLIAS DELIBERACIONES, HA ACORDADO OTORGAR EL PREMIO NOTARIOS Y REGISTRADORES, EN SU VII EDICIÓN, A 

DON JUAN JOSÉ RIVAS MARTÍNEZ…

    Porque…

     Juan José Rivas Martínez aúna en su personalidad rasgos de la sabiduría clásica, interdisciplinar, con aires de modernidad, como demuestra su afición por los deportes más variados y los viajes;

     ha sabido conjugar las dos profesiones de notario y registrador poniéndose siempre en el lugar del otro;

     ha realizado una intensa labor docente, tanto en el mundo universitario como en la formación de los nuevos letrados y del personal de las oficinas que servía;

     es autor de libros jurídicos entre los que destaca su monumental Derecho Civil Común y Foral;

     como presidente del Tribunal de Oposiciones ha luchado para humanizarlas;

     y por haber trasladado sus conocimientos y bonhomía a Hispanoamérica, tejiendo nuevos lazos de confraternidad con los países hermanos.

LA PRESIDENTA DEL COMITÉ:

DOÑA INMACULADA ESPIÑEIRA SOTO.

Propuso su candidatura: Carlos Pérez Ramos, notario de Madrid

   

APUNTES BIOGRÁFICOS

1.- Infancia – Estudios

Juan José nació en Madrid el 22 de junio de 1941. Vino a este mundo en casa, como solía ocurrir entonces, pero con la asistencia de un médico. Sin embargo, poco antes de producirse el feliz acontecimiento, en la radio de galena que había en la habitación contigua, se dio la noticia de que la Alemania nazi había invadido la Unión Soviética y las 10 personas que estaban en la casa, incluido el galeno, se agolparon alrededor del aparato. Bueno, todas no, pues su madre, en medio de la transmisión, anunció desde el dormitorio, donde se había quedado sola, que la criatura ya había venido al mundo, encontrándosela el médico unida con el pequeño sólo por el cordón umbilical.

Procede de una familia de botánicos, pues tanto su abuelo como su padre como su hermano Salvador fueron catedráticos de esa disciplina en la Universidad Complutense, hasta el punto de que se ha dicho que la botánica en España durante el siglo XX no puede ser entendida sin la familia Rivas.

Su madre, Trinidad, fue premio extraordinario en bachillerato, carrera y doctorado y ejerció como farmacéutica desarrollando su tesis doctoral sobre el cáncer de matriz, lo que compaginó con la educación directa de sus hijos. Juan José es el cuarto de cinco hermanos, con Adela, Salvador, Constantino y Trinidad.

La familia vivía en la residencia de catedráticos de la calle Ministro Ibáñez Martín -o Isaac Peral-, cerca del Arco del Triunfo. Según palabras del catedrático cubano Don Leonardo Pérez Gallardo, las virtudes de Juan José «nacen en el seno de una familia española que logra formar a profesionales en distintas ramas del saber, permeados de amor al trabajo, a la familia y a la España natal».

Equipo de fútbol de los Escolapios. Juan José es el tercero por la derecha de los agachados

Un recuerdo de su infancia marcó su destino, pues sus padres conocían al insigne notario José González Palomino (ver sus 10 mandamientos del opositor). Por influencia de él, le decía su madre que tenía que ser notario, a lo que al final, después de mucho insistir, un Juan José de siete u ocho años le respondió: “Mamá, si eso es tan bueno…, ¿por qué no lo haces tú?». Fue recibido con una buena carcajada de su padre y hermanos.

Estudió sucesivamente en las Monjas de la Caridad, en los Maristas de Chamberí y en el Instituto Ramiro de Maeztu.

Los cursos de bachillerato transcurrieron en las Escuelas Pías de San Fernando -los Escolapios- de la calle Gaztambide. Fueron siete años de misa y rosario al día y de mucho fútbol en el campo cercano a su residencia.

2.- Universidad – Oposición.

Para llegar a la Universidad tuvo que pasar, como todos por aquel entonces, tres revalidas: la de cuarto, la de sexto y la de preu. Su promoción fue la última que tuvo estudios de latín durante siete años y tres de griego.

En una familia tan de ciencias, ya de mayor, Juan José le preguntó un día a su padre que cómo le había dejado estudiar Derecho. Y éste le respondió con socarronería: “hijo mío, es porque a tu madre y a mi nos cogiste viejos”.

Se matriculó en la cercana Universidad Complutense -que estaba a pocas paradas de tranvía- donde cursó sus estudios entre 1958 y 1963. Tuvo renombradísimos catedráticos, que eran los únicos que podían dar la clase magistral. Entre ellos, recuerda a Ursicino Álvarez y Juan Iglesias en Romano; a García Gallo en Historia del Derecho; nada menos que a Federico de Castro en Civil y a Garrigues en Mercantil, o Guasp en Procesal. Guarda un especial cariño a Nicolás Pérez Serrano en la difícil asignatura, para aquellos tiempos, de Derecho Político.

En esa época eran pocas las mujeres compañeras de curso, unas 10 y curiosamente no hubo más que un solo noviazgo entre los alumnos del curso. Se ve que no mezclaban y buscaban pareja por otros lares.

Compaginaba sus estudios con el deporte, jugando en equipos de fútbol de la Universidad, en la Liga de Facultadas. Sus momentos de asueto solían discurrir con un grupo de 11 amigos, curiosamente como un equipo de fútbol también. Entre ellos, ha conservado un mayor trato y gran amistad con José Manuel Rodríguez Poyo Guerrero, hoy desgraciadamente fallecido.

Realizó las milicias universitarias (prácticas de alférez) en Lanzarote. En la foto adjunta se le ve con «traje de bonito» en compañía de Sergio Regúlez Díaz y de José Manuel Rodríguez Poyo Guerrero. Corría el año 1964, que la afición recordará por el golazo de Marcelino a Rusia,

Y, tras ser doblemente licenciado -en la carrera y en la mili- se puso a hincar codos de nuevo para sumergirse en las oposiciones. Su preparador fue César Moro Carvajal, registrador que falleció desgraciadamente en un fatal accidente náutico junto con sus hijos en la isla de Ibiza. Concluyó la preparación con Carlos Huidobro.

Aprobó registros en 1968, promoción con juristas de tan renombrado prestigio como José Manuel García García o Rafael Arnaiz Eguren.

Pero siguió estudiando y al año siguiente aprobó notarías, en la oposición de 1969, también llena de figuras tan señeras como Francisco Castro Lucini o Antonio Fernández Golfín Aparicio

Debido a sus habilidades con el balón, por aquel entonces se publicó un titular en la revista «Cambio 16» referido a él con el nombre de “El notario goleador”.

3.- Matrimonio y destinos.

Una vez sacadas las dos oposiciones, cuando Juan José venía por Madrid, solía acudir con un amigo a un gimnasio situado en la plaza Conde de Suchil. En una ocasión, a su salida, se sentaron un rato en un banco de la plaza. Cerca de ellos había un grupo de tres chicas charlando entre ellas. Su amigo, que era más lanzado que él, le dijo a una de ellas: ¡Pero si tienes los ojos más bonitos que éste! A las muchachas les hizo gracia el piropo y ello sirvió para que los cinco entablaran conversación. Entre las chicas estaba Maria Ángeles, una burgalesa licenciada en Ciencias Físicas y magnífica matemática, bellísima mujer de la que quedó prendado. Este encuentro casual entre desconocidos terminó en boda un par de años después. Tendría que hacer pensar a los que denuestan el piropo, aunque éste sea elegante, pues en el caso relatado estuvo en el origen de un matrimonio feliz del que nacieron tres hijos, Amanay, Juan José y Gonzalo.

María Ángeles y Juan José durante un viaje por México (en Acapulco)

Amanay Rivas

Amanay siguió la senda de su padre, siendo hoy notaría de Fuenlabrada y secretaría del Colegio Notarial de Madrid. Amanay ha colaborado en esta web con un artículo conjunto con Fernando Gomá sobre la «Actuación notarial en el acuerdo extrajudicial de pagos«, que ha tenido un gran éxito entre el público (más de 40.000 visitas). Por cierto, que su nombre -tan melodioso- procede de una playa de Fuerteventura 

Juan José alternó sus destinos, pues concursó a veces como notario, y a veces como registrador.

Comenzó su andadura profesional en el Registro de Belmonte de Miranda, en el centro de Asturias, con un magnífico río truchero y luego en SepúlvedaRiaza (Segovia), que estaban servidos por un mismo registrador, como entonces era común en los registros de poca actividad y que servía para mantener el servicio público en muchas cabezas de comarca, siendo el que se desplazaba el registrador y no el ciudadano.

Su primera notaría estuvo en Cogolludo (Guadalajara), pero fue cosa de pocos meses, trasladándose seguidamente a Puerto del Rosario, en la isla de Fuerteventura, justo en el mismo lugar donde Unamuno fue desterrado, pero ya había cambiado mucho desde aquel Puerto Cabras de primeros del siglo XX.

Primer carné profesional como Notario

Como registrador de nuevo, estuvo en Béjar, capital de la sierra salmantina, Villacarriedo (Cantabria), en pleno valle del Pas, y la isla de la Palma, de nuevo en Canarias. Vamos, que no tenía mal gusto con los paisajes. En Santa Cruz de La Palma entabló entrañable amistad con los notarios Rafael Torres Espiga y Bernardo Saro Calamita y volvió al estudio de oposiciones.

Entonces ocurrió algo verdaderamente sorprendente, pues puede que los casos similares se cuentan con los dedos de una mano: Hito tuvo el arrojo de presentarse de nuevo a las Oposiciones Libres y volver a sufrir ante el Tribunal la hora y media que duraba el primer ejercicio. Y no solo sacó notarías por segunda vez, sino que encima obtuvo calificación suficiente para obtener notaría de primera, lo que le permitió concursar a la plaza de Getafe.

Allí estuvo durante 16 años, entre 1979 y 1995 y contribuyó al surgimiento de una primera edad de oro del notariado en el cinturón sur de Madrid, acompañado de figuras tan destacadas como José Manuel García Collantes, Pepe Ordóñez o Martín Gancedo. Cuando, al final concursó, Pepe Ordóñez dijo de él en su partida «Hito se va. El Sur ha perdido el Norte».

También fue notario de Madrid capital, a partir de 1995, en la calle Velázquez 94. Sin embargo, la parte final de su actividad previa a la jubilación la desarrolló ya como registrador, primero en Navalcarnero (Madrid), luego en Arona-Los Cristianos (Tenerife), destino multicultural donde los haya, en Dos Hermanas (Sevilla), tierra de «nazarenos» en plena cuenca del Guadalquivir, y, finalmente, en un municipio de acelerado crecimiento como era, y sigue siendo Rivas-Vaciamadrid.

GALERÍA DE LUGARES:

4.- Actividades corporativas y como preparador de opositores.

Miembros de la Junta de Gobierno del Colegio Notarial de Madrid

Fue vicedecano del Colegio Notarial de Madrid cuando era decano su compañero de promoción Antonio Fernández Golfin. Periodo de mucho trabajo, unido al de la llevanza de la notaría y a otras muchas actividades. Trabajo corporativo desinteresado, a veces problemático, como la ordenación del «turno de documentos». 

Fue presidente de un Tribunal de Oposiciones a Notarías del año 1998, tras su experiencia con anterioridad, como secretario en el Tribunal de las Oposiciones de 1990.

Luchó para hacer más llevadero el trance a los opositores, tratando de reducir en lo posible el llamado «pasillo», que casi desapareció en el segundo ejercicio. Según palabras de José Manuel Rodríguez-Poyo Guerrero, “habían conseguido hacer la oposición a la carta”.

Miembros de su Tribunal en las Oposiciones de 1998

También fue preparador de opositores a notarías y registros. De hecho, alrededor de veinticinco profesionales de ambos cuerpos han pasado por su disciplina y magisterio durante esos difíciles años. Su sistema era el de estudio y acumulación: quince nuevos y repaso. Otros quince nuevos y, luego, repaso de los treinta. Y así sucesivamente hasta dominar todo el programa.

Está en posesión, entre otras condecoraciones, de la Cruz Distinguida de Primera Clase de San Raimundo de Peñafort (impuesta el 28 de septiembre de 1999) y es Académico correspondiente de la “Real Academia de Jurisprudencia y Legislación”, desde el 14 de noviembre de 2002.

5.- Actividad docente.

Primera clase en Cuba

Su actividad docente le llevó a una profunda vinculación con el Colegio de Abogados de Madrid y con diversas universidades, tanto españolas como hispanoamericanas.

Durante alrededor de 20 años impartió el Máster para el Acceso a la Abogacía en la sede del Colegio de Abogados de Madrid. 

En la Universidad Carlos III fue introducido por el catedrático de derecho civil Jorge Caffarena Laporta, quien, tras varios cursos en los que iba rotando por las diversas partes de la amplísima materia que cubre cuatro años, le ofreció dar un curso íntegro de derecho inmobiliario registral, de nueve meses, el primero que se Impartía con tal duración, pues, por regla general, el derecho inmobiliario es tratado muy escasamente como parte del año en que corresponde estudiar los derechos reales.

Con la plantilla del Registro de Dos Hermanas y la registradora Marta Crespo

En la Universidad Complutense también ejerció su actividad como profesor auxiliar de prácticas cuando era catedrático Manuel Albaladejo. Y, en la misma Universidad, participo en los cursos de doctorado de los años 1995-1996 y 1996-1997, con sede en el Colegio Notarial de Madrid.

Ha Impartido cinco cursos de formación profesional y jurídica para oficiales y auxiliares de notarías y dos cursos similares para los oficiales y auxiliares de los Registros de la Propiedad.

Y, en el día a día, es esencial destacar que en aquellos registros y notarías en los que servía, daba clase a los oficiales y auxiliares para formarlos y explicarles el contenido y el porqué de las instituciones jurídicas, lo que les daba luz sobre aquello en lo que estaban trabajando. Ya no valía el hacer las cosas por rutina o porque «siempre se ha hecho así».

6.- Hispanoamérica

Muchos son los países de la América Hispana que ha visitado, sobre todo por motivos docentes o como ponente de congresos: Cuba, Chile, Colombia, Bolivia, México, Guatemala…

Casa Central de la Universidad de Santiago de Chile

Se siente muy vinculado con Chile, de donde reconoce la gran formación de sus profesionales que les permite tener un buen registro a pesar del handicap derivado de seguir el folio personal. Cree que es el país más europeo en sus costumbres y estilo de vida. Para él, “Chile es Europa”. Allí acudió a la Universidad Central de Chile en Santiago para impartir, con Ángel Valero, el primer Curso de Derecho Inmobiliario Registral, con un resultado más que aceptable de público y consecuencias prácticas.

En cuanto a México, comenta respecto a su nombre en la época en que formaba unión política con España, que no existe país en el mundo con el nombre más revelador de su origen: Virreinato de Nueva España, por cómo se trasladó la cultura española a dichas tierras, de modo particular la arquitectura y cómo se sienten todavía vivas esas raíces con un enriquecedor mestizaje. En uno de sus tres viajes, acudió al Congreso Notarial de Veracruz. Y de otro procede la fotografía que apareció antes, con su esposa María Ángeles, en Acapulco. 

Uaina Potosí en Bolivia

De Bolivia recuerda Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra. Y también la escalada del Uaina Potosí (nombre aymara que significa «cerro joven»). No obstante, el «cerro», que se encuentra situado en la Cordillera Real Boliviana, tiene 6100 metros de altura.

Congreso de Derecho Registral en Antigua (Guatemala)

Recuerda de Guatemala sobre todo la ciudad de Antigua, sede, en este caso, de un Congreso Registral. Desde el punto de vista paisajístico, lo considera el país más bonito de América que ha visitado, junto con Canadá donde acudió como ponente al Congreso Notarial de Montreal, zona francófona, con el Código de Napoleón, teniendo el notario protocolo.

Pero, entre todos estos países hermanos, el que con más hondura lleva en el corazón es Cuba tan cercana a nosotros por contar todavía con nuestros originarios Código Civil, Ley Hipotecaria y Ley del Notariado, siendo sus escrituras muy parecidas a las españolas. Allí impartió cursos, o dictó conferencias, sin que viera afectada su «libertad de cátedra» por imposiciones políticas. Todo con escasos medios materiales, poco uso del papel, pizarra y tiza prestadas. Ayudó a modernizar varios registros cubanos, como La Habana (Ministerio de Justicia), Pinar del Río, Cienfuegos, Sancti Spiritus, Santa Clara u Holguín.

Tanta ha sido su labor en ese país que ha recibido reconocimientos públicos de gran importancia como ser nombrado Miembro de Honor de la Sociedad Científica del Notariado Cubano y de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, desde 12 de noviembre de 1999, reiterado por acuerdo adoptado en febrero de 2006, por “la incesante contribución a la formación académica de los Notarios cubanos”. Le fue concedida en 2010 la Medalla por el 280 Aniversario de la Universidad de la Habana, sólo en posesión de tres personas, entre ellas un jefe de estado, que le fue entregada solemnemente en el Paraninfo de la Universidad, donde fue interpretado en su honor el himno nacional español, versión completa.

Entrega en la Medalla por el 280 Aniversario de la Universidad de la Habana

Aun con todos estos reconocimientos, su principal bagaje ha sido la entrañable amistad, labrada a lo largo de sus veintitrés visitas anuales a la isla, con muchos profesores cubanos que tienen que prestar su función a pesar de importantes limitaciones presupuestarias, y sobre todo, con el catedrático de derecho civil don Leonardo B. Pérez Gallardo, que completó su formación en España ayudado por grandes personalidades del notariado español como don Juan Vallet de Goytisolo. 

7.- Escritos jurídicos

Aunque autor polifacético, está claro que en el mundo jurídico es fundamentalmente conocido como el creador de uno de los manuales de derecho de sucesiones que más éxito ha tenido en las últimas décadas: su Derecho de Sucesiones Cumún y Foral (ver dedicatoria).

Preguntado acerca de dónde procede su vocación, narra que antes de comenzar su elaboración preparó unos 10 temas que envió al entonces letrado de la Dirección General Antonio Ipiéns Llorca (Premio Notarios y Registradores en su Primera Edición), a quien le parecieron excelentes sobre todo por la claridad extrema que destilaban y que el propio Antonio siempre ha tenido a gala tratar de conseguir en sus resoluciones. Ello le dio impulso junto a la influencia de Juan Vallet de Goytisolo, del tratado de Puig Brutau y de las conversaciones con Manuel de la Cámara.

A lo largo del tiempo han salido cuatro ediciones, la última de 2009, con más de 3000 páginas en tres tomos. Y, actualmente, está preparando la quinta edición.

Pero la literatura jurídica que ha elaborado no queda aquí, con muchas incursiones en el derecho inmobiliario registral y en el notarial. Por su extensión, nos remitimos a una amplia relación de libros, artículos y conferencias, que puede consultarse en archivo aparte. 

Tras su jubilación se publicó un monumental libro homenaje en dos tomos, obra dirigida por Agustín Pérez Bustamante de Monasterio y coordinada por el registrador Angel Valero Fernández-Reyes, el notario Antonio Pérez-Coca Crespo y, para Hispanoamérica, por Leonardo B., Pérez Gallardo catedrático de derecho Civil de la Universidad de La Habana y autor de un proemio donde hace gala de un exquisito uso del castellano. Es deslumbrante contemplar el listado de relevantes plumas jurídicas que intervinieron.

8. Otros apuntes.

Entre sus aficiones se encuentran muy diversos deportes, pero no solo verlos, sino practicarlos.

Siempre le ha gustado la naturaleza y prueba de ello es su afición al alpinismo y al senderismo. Se ha subido todos los picos posibles de la Sierra de Madrid y de Pirineos, por ejemplo, pero también sus excursiones le han llevado a otros países como Marruecos, coronando la montaña del Thoubkal en el Atlas marroquí de 4167 metros, o a Bolivia como antes vimos.

En mezcla con el senderismo realizó una excursión de 13 horas que le llevó desde la playa del Bollullo al pico del Teide, salida y meta situadas ambas en el municipio de La Orotava (Tenerife), pero con un desnivel entre las dos de 3718 metros.

Como atleta, ha participado -y terminado- seis maratones y 16 medias maratones. San Silvestres casi infinitas, del las que guarda como recuerdo, una buena colección de camisetas de la gran fiesta deportiva vallecana.

Pero sus principales desvelos deportivos han sido por el fútbol, como aficionado y, sobre todo como actor.

Aparte de la Selección Española, el equipo de sus amores es el Real Madrid del que le hizo socio su padre muy poco después de que llegara Di Estefano, allá por 1952. Sólo fue interrumpida la asistencia a los partidos por su deambular profesional a través del territorio nacional, especialmente cuando estuvo en Canarias.

Disfrutó de su práctica, todavía más que viendo: en el colegio, en los campeonatos universitarios…, siendo el momento fundamental la creación en 1977 del equipo Europa 77, de fútbol sala, que llegó a militar en la primera división madrileña. Del equipo fue fundador, jugador y autor de sus estatutos. ¡Quién mejor que «el notario goleador»! Y mantuvo su afición durante muchos años, pues su último partido de competición lo jugó en Lanzarote en un campeonato de registros de la propiedad en el año 2005, con 64 años.

También destaca su afición a la lectura, sobre todo de historia pura, más que de la novelada y a la navegación, pues tiene el título de Patrón de Embarcaciones Deportivas de Motor. De las Bellas Artes, su predilecta es la pintura.

En la actualidad, aparte de preparar la quinta edición de su obra magna, es Abogado “Of counsel”  o «sabio de referencia» en el prestigioso despacho de abogados Galán y Asociados, Estudio Jurídico, fundado en 1942 por el catedrático de la Complutense Eustaquio Galán y Gutiérrez, y actualmente dirigido por su hijo Gustavo Galán Abad.

Por cierto, Juan José es conocido por Hito Rivas, es decir, con «hache». El nombre procede de que cuando, de pequeño, le preguntaban cómo se llamaba, él decía: «Me llamo Juanjoseíto». Demasiado complicado, por lo que se lo dejaron sus hermanos en «Hito» (por Hirohito, emperador entonces de Japón).

Hito Rivas es y sigue siendo un trabajador nato, porque solo a base del esfuerzo continuado, que sigue desarrollando, se consigue obtener los extraordinarios resultados que él está logrando en una vida plena y variada. Es todo un ejemplo de cómo se ha de mantener una mente sana en cuerpo sano, tras la pseudojubilación. (JFME)

OPOSICIONES:

 

 

PARA CONTACTAR CON JUAN JOSÉ RIVAS: 

– Puedes dejar su comentario en esta misma página como usuario o bien, enviar una felicitación, comentario… para que la Administración de la web lo publique en tu nombre.

– Puedes mandar un correo electrónico a Juan José Rivas. que le llegará directamente y sólo a él.

– Si deseas un correo clásico, puedes escribir a: Don Juan José Rivas Martínez (calle Velázquez, 93. 28006-Madrid).

– Puedes enviar fotos relacionadas con el galardonado.

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CURRÍCULUM VITAE DE JUAN JOSÉ RIVAS

03-febrero-2023: HITO RIVAS HA FALLECIDO, PERO SIGUE CON NOSOTROS SU RECUERDO Y SU LEGADO

MEMORÁNDUM DE HITO RIVAS (elaborado por sus amigos)

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Libro Homenaje al Notario Domingo Irurzun Goicoa

 

LIBRO HOMENAJE A DOMINGO IRURZUN GOICOA

 

 

Al cumplirse un año desde el fallecimiento del Notario don Domingo Irurzun Goicoa, el 10 de marzo de 2017, a los 94 años de edad, el Consejo General del Notariado ha querido rendirle un homenaje póstumo publicando, bajo el título «DOMINGO IRURZUN, UN EJEMPLO DE NOTARIO», una amplia recopilaión de una buena parte de sus numerosos trabajos, algunos de ellos publicados en esta web, de la que era colaborador, así como de la Revista de Derecho Civil.

Podemos encontrar unos muy interesantes apuntes biográficos de Domingo Irurzun, tanto en la entrevista que le hizo su hija María Luisa Irurzun, registradora, como en este artículo de José María de Prada a él dedicado.

 

SUMARIO

1.- PUBLICACIÓN DE “PEQUEÑOS ESTUDIOS” ANTE JUBILACIONE

“LAS MEJORAS NECESARIAS, ÚTILES Y DE RECREO” …………………………………………………13 Fue un tema del Programa para el ejercicio oral de la Oposición entre Notarios convocada en el año 1957. Publicada en la Revista de Derecho Español y Americano, núm. 27. Madrid, eneromarzo 1959, pp. 719-737 (muchos años después se dijo que había sido plagiado en Italia).

“LA ACTIO COMMUNI DIVIDUNDO COMO FUENTE

DE NACIMIENTO DE LA PROPIEDAD HORIZONTAL” …………………………………………………41 Reus 1959, 28 pp. Revista Internacional del Notariado, año 11, 2º y 3º trimestre de 1959, núm. 42, 43, pp. 83-107, Madrid.

“LA CLÁUSULA RESOLUTORIA Y EL PACTO COMISORIO” …………………………………………67 Madrid, 1960, Tema de Oposición entre Notarios. Publicado en Estudios de Derecho Privado. Coordinador Antonio de la Esperanza, Editorial Revista de Derecho Privado. Madrid 1965. Tomo II, pp. 1-55.

“L´IMPRENDITORE OCCULTO” DE WALTER BIGIAVI……………………125 Se desconoce dónde está publicado.

“LA DONACIÓN CON RESERVA DE LA FACULTAD DE DISPONER (ALGUNOS PROBLEMAS QUE PLANTEA EL ARTÍCULO 639 DEL CÓDIGO CIVIL)” ….151

Conferencia pronunciada en el Colegio Notarial de Valencia el 25 de mayo de 1963.

“EL FIDEICOMISO DE RESIDUO Y LA VOLUNTAD DEL TESTADOR (NOTAS PARA SU FORMULACIÓN NOTARIAL)” ……………………………………………185 Conferencia pronunciada el 1º de abril de 1968 en la Academia Matritense del Notariado. Se publicó en los Anales de la Academia Matritense del Notariado, 1968, tomo XVIII, pp. 181-219.

2.- PUBLICACIÓN DE “PEQUEÑOS ESTUDIOS”     

POST JUBILACIONE

En la REVISTA JURÍDICA DEL NOTARIADO

“REFLEXIONES SUSCITADAS POR LA LECTURA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 27 DE JUNIO DE 2000” …………………………………….221 Núm. 36, año 2000 (pp. 303-306).

“LO QUE EL REGISTRO PUBLICA, ¿PARA QUÉ LO PUBLICA?” ………………………………….225 Núm. 57, enero-marzo 2006 (pp. 157-220).

“VOCACIÓN O DELACIÓN (UN APUNTE TERMINOLÓGICO

RESPECTO AL TRÁNSITO SUCESORIO)”   ……………….297 Núm. 63, julio-septiembre 2007 (pp. 141-165).

“NOCIONES SOBRE LOS CAUCES SUCESORIOS Y SUS DIFERENCIAS” ……………………..327 Núm. 67, julio-septiembre 2008 (pp. 167-206).

“TESTAMENTOS Y PRETESTAMENTOS

(…«SIN NECESIDAD DE NOTARIO». ARTÍCULO 700 CC)” ………………………………………….373 Núm.69, enero-marzo 2009 (pp. 69-146).

“EL ARTÍCULO 1.006 Y EL LLAMADO DERECHO DE TRANSMISIÓN:

BOCETO POLÉMICO PARA UN ENSAYO” ………………………………………459 Núm. 72, octubre-diciembre 2009 (pp. 199-252).

“CONCEPTO DEL MODO TESTAMENTARIO: DISPOSICIÓN MORTIS CAUSA

“NO SUCESORIA”. (CURIOSIDADES QUE APARECEN EN SU ENTORNO)” …………………519 Núm. 77, enero-marzo 2011 (pp. 223-268).

“LOS SUPUESTOS DE SUSTITUCIÓN VULGAR Y EL NOTARIO” ………………………………..563 Núm. 79, julio-septiembre 2011 (pp. 279-322).

“LA ACEPTACIÓN TÁCITA EN EL ARTÍCULO 1000 DEL CÓDIGO CIVIL” …………………..607 Núm. XII Extraordinario. Año 2012 (pp. 155-166).

“LA RENUNCIA DE HERENCIA EN FAVOR DE OTRO” ……………………………………………….619 Núm. 82, abril-junio 2012 (pp. 247-298).

“LA ‘CAUTELA SOCINI’ REVITALIZADA. EN UN TESTAMENTO

EN FAVOR DE LA VIUDA Y LA FAMILIA” ………………………..671 Núm. 83, julio-septiembre 2012 (pp. 373-411).

“FUNCIÓN DEL ACTA DE NOTORIEDAD EN EL ABINTESTATO.

(COMENTARIO A LA INQUIETANTE RESOLUCIÓN DE 19 DE JUNIO DE 2013)” ………..709 Núm. 85, enero-marzo 2013 (pp. 71-96).

“COPIAS DE TESTAMENTOS. SU EXPEDICIÓN A INSTANCIA

DE LOS LLAMADOS A SUCEDER EN EL ABINTESTATO Y LA ANÓMALA

DOCTRINA DE LA DIRECCIÓN GENERAL” …………………………………….735 Núms. 92-93, octubre 2014-marzo 2015 (pp. 369-400).

“POR QUÉ –Y CÓMO– SE LLEGA A HEREDAR” …………………………………767 Núms. 95-96, julio-diciembre 2015 (pp. 383-400). Y en esta web.

“DE NUEVO SOBRE EL TESTAMENTO CERRADO” …………………………………………………….787 Núms. 100-101, enero-marzo 2017 (pp. 373 a 379).

En la revista EL NOTARIO DEL SIGLO XXI

“LA MUTUALIDAD NOTARIAL. REFLEXIONES” …………………………………795 Núm. 12, marzo-abril 2007, pp. 180-183.

“EL PODER DE DISPOSICIÓN” ……………………………………………….803 Núm. 24, marzo-abril 2009, pp. 162-165.

DOMINGO IRURZUN: “DEBO AL NOTARIADO CUANTO SOY, HE DE DEVOLVERLE CUANTO ME SEA POSIBLE” ……………………………………………………..809

Una entrevista de su hija, María Luisa Irurzun Ipiens, registradora de la propiedad.

“DIFERENCIAS ENTRE LA SUCESIÓN TESTADA Y LA INTESTADA” ………………………….817 Núm. 32, julio-agosto 2010, pp. 152-155.

“LA ‘CAUTELA SOCINI’ Y LA PRÁCTICA NOTARIAL” ………………………………………………..823 Núm. 37, mayo-junio 2011, pp. 158-161.

“LA SUSTITUCIÓN FIDEICOMISARIA ¿IMPLICA LA VULGAR?” ……………………………….831 Núm. 46, noviembre-diciembre 2012, pp. 152-160.

“LA LEGÍTIMA, SU CONTENIDO Y SU SATISFACCIÓN” …………………………………………….837 Núm. 50, julio-agosto 2013, pp. 156-159.

LA PARTICIÓN DE CONTADOR PARTIDOR TESTAMENTARIO ¿ES CONDICIONAL?” ………………………………………….845.  Núm. 66, marzo-abril 2016, pp 146-151.

En la REVISTA CRÍTICA DE DERECHO INMOBILIARIO

“¿QUÉ ES LA LEGÍTIMA PARA EL CÓDIGO CIVIL ESPAÑOL? (BÚSQUEDA DE SU CONCEPTO, NATURALEZA Y CARACTERES)” ……………………………855 Núm. 751. Septiembre-octubre 2015 (pp. 2.515-2.538). También publicada en Revista de Derecho Civil, ISSN 2341-2216, vol. 2, núm. 2 (abril-junio 2015), 2015, pp. 257-279. Y en esta web.

En la INTRANET NOTARIAL

“EL TESTAMENTO IN FIERI” ……………………………………………885 Junio 2016.

En la página web www.notariosyregistradores.com

DON ANTONIO IPIENS LLORCA: I PREMIO NOTARIOS Y REGISTRADORES. BIOGRAFÍA”  ………………………………………909

Apareció el 15 de febrero de 2012.

“ALGUNAS IDEAS CLAVE EN EL DERECHO SUCESORIO DEL CÓDIGO CIVIL” …………917

Apareció el 16 de agosto del 2013. 

“SUCESIÓN TESTADA E INTESTADA EN EL CÓDIGO CIVIL”……………………………………..929

Apareció el l7 de febrero del 2014. 

3.- SEMBLANZAS

DOMINGO IRURZUN, ESPEJO DE NOTARIOS (Prada) ………………………………………………..939 Apareció en la revista El Notario del siglo xxi, núm. 26, julio-agosto 2009.

DOMINGO IRURZUN, DESCANSE EN PAZ (Garrido de Palma) ……………………………………..943 Apareció en la Revista Jurídica del Notariado, núms. 100-101, pp. 711-712.

4.- PUBLICACIÓN DEL LIBRO

RUDIMENTOS DE LA SUCESIÓN Y EL TRÁNSITO SUCESORIO. INTRODUCCIÓN AL DERECHO DE SUCESIONES DEL CÓDIGO CIVIL” ……………………………………………………947 Editorial Hélice, junio 2010. https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=163984

 

ENLACES: 

 

Aurelio Menéndez: Semblanza

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HOMENAJE A DON AURELIO MENÉNDEZ (QEPD)

En la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación al presentar su Libro – Homenaje

textos de Juan María Díaz Fraile

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Don Aurelio Menéndes Menéndez durante la presentación del libro en la RAJYL

TEXTO INTRODUCTORIO

El pasado día 3 de enero falleció en Madrid D. Aurelio Menéndez Menéndez. Catedrático de Derecho Mercantil desde 1957, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, socio fundador del despacho Uría y Menéndez en 1972, fue además Ministro de Educación y Ciencia en el primer Gobierno de Adolfo Suarez, Magistrado del Tribunal Constitucional, Consejero de Estado, Académico de Número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, Vocal Permanente y Presidente de la Sección de Derecho Mercantil de la Comisión General de Codificación, y persona muy cercana al Cuerpo de Registradores, entre cuyos miembros figura una de sus hijas, habiendo sido durante muchos años miembro del Consejo de Redacción de la Revista Crítica de Derecho inmobiliario, a cuya presidencia accedió en 2016, a los pocos meses del fallecimiento de su predecesor D. Luis Díez-Picazo.

Uno de sus últimos actos públicos tuvo lugar a comienzos del mes de julio de 2015 en la sede de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación con motivo de la presentación de su libro “Estudios Jurídicos y Universitarios” en dos tomos, editado por el Colegio de Registradores conjuntamente con la editorial Civitas Thomson Reuters.

Uno de los intervinientes en dicho acto, Juan María Díaz Fraile, entonces director del Servicio de Estudios Registrales, hizo una glosa de la persona y obra de D. Aurelio, cuyo texto ahora publicamos en homenaje a su persona y trayectoria como gran maestro del Derecho.

 

PRESENTACIÓN LIBRO HOMENAJE A D. AURELIO MENÉNDEZ «ESTUDIOS JURÍDICOS Y UNIVERSITARIOS«.

REAL ACADEMIA DE JURISPRUDENCIA Y LEGISLACIÓN

2 DE JULIO DE 2015

La presentación de un libro siempre es motivo de satisfacción para la comunidad académica porque representa la aportación de algún tipo de novedad científica con la que se avanza en el conocimiento humano, aunque en las ciencias sociales esto resulte menos aparente que en las ciencias naturales. Si esto es así con cualquier libro, mucho mayor es la satisfacción cuando de lo que se trata es de reunir en una obra única de forma antológica una pluralidad de trabajos, estudios y escritos producidos durante más de 50 años por un mismo autor, facilitando así la difusión de su conocimiento y evitando el riesgo de pérdida u olvido que su propia dispersión pudiese suponer.

Para mí es, además, un motivo de especial satisfacción en mi doble condición impulsor de la coedición de este libro, a través del Colegio de Registradores, y de introductor de la obra, por encargo de mi querido y admirado amigo D. Aurelio Menéndez Menéndez. La tarea de presentar un libro, en tanto que introducción de la obra y del autor, es una actividad especialmente gratificante cuando ambos se sitúan en el plano de la excelencia académica y del prestigio jurídico universalmente reconocidos.

No es preciso que yo explique ante este ilustre auditorio quién es el profesor Menéndez Menéndez, pues la notoriedad de su obra y su propia relevancia profesional y social excusan tal presentación. Pero si admitimos que la persona es en gran parte lo que hace, habrá que convenir que en toda obra se produce una cierta simbiosis entre la misma y su autor. Así lo entiende también D. Aurelio, cuando dice que “uno está en el libro y en su aventura. Más aún, uno es el libro”. Por ello la presentación de un libro es un acto también de presentación del autor, y más en un supuesto como éste en que el libro es la recopilación antológica de multitud de trabajos y escritos producidos durante más de cinco décadas. Si a ello se le suma el hecho de que esta obra no es sólo una recopilación de estudios científicos, sino también de escritos dedicados a dibujar la semblanza de otras grandes personalidades jurídicas contemporáneas, otros grandes Maestros del Derecho del siglo XX, es inevitable hacer así mismo una semblanza del autor, pues en esos escritos se adivina, como dice Ángel Rojo en el prólogo, una forma de ser, de sentir y de pensar, es decir, se dibuja la propia personalidad de D. Aurelio que, sin pretenderlo, hace en esos escritos su propio autorretrato psicológico. Por ello no resultará impertinente recordar que hablamos de una de las figuras más sobresalientes y señeras del Derecho español del siglo XX y aún de los años transcurridos de la actual centuria, durante los que D. Aurelio ha prolongado sin descanso su actividad.

Decir esto es decir ya mucho, pero creo que no basta. Pero nada que se pueda decir en el estrecho margen de tiempo de un acto de estas características bastaría para abarcar la glosa de una obra y una personalidad como la del prof. Menéndez. Por ello, me limitaré a destacar algunos aspectos, algunas pinceladas que con técnica impresionista permitan transmitir al menos una parte de lo que encierra este libro sobre la obra y personalidad del autor, a través del hilo conductor de las dos grandes pasiones que han estado presentes durante toda su vida adulta: el Derecho y la Universidad.

 

1. PASIÓN POR EL DERECHO

La pasión por el Derecho: he aquí una confesión propia y personal del prof. Menéndez que reitera en varios de sus escritos: “he sido y soy un enamorado del Derecho”. Cierto que confiesa también que no ha terminado de desentrañar y despejar sus dudas sobre la relación entre Justicia y Derecho (“no conseguiré disiparlas”, nos dice), pero esas dudas no ocultan la grandeza del Derecho mismo como gran sistema de ordenación colectiva contrario a la arbitrariedad. Por ello, la anomia le produce el efecto del horror al vacío, como le sucedió en el periodo 1976-1977 en que los vertiginosos acontecimientos políticos de la época, de los que fue protagonista directo, iban derrumbando las instituciones y normas del régimen anterior sin haber creado todavía las nuevas. Pero alerta también contra el fenómeno contrario, la “multinomia” o masiva proliferación normativa en que hoy nos encontramos, que amenaza por su propio exceso con el fin primordial de seguridad que todo ordenamiento debe cumplir.

Nada de ello debilita su pasión por el Derecho, Derecho que ha vivido en sus más diversas proyecciones:

a) en primer lugar, ejerciendo la potestad reglamentaria y de impulso legislativo como miembro del Gobierno de la Nación al asumir la cartera de Educación y Ciencia en el primer Gobierno de Suarez, que hizo posible la gran obra política de la transición. La contribución decisiva de D. Aurelio a la Ley de Reforma Política de 1977 no ha sido, a mi juicio, destacada de forma suficiente. Ahora se reivindica esta intervención en el reciente y magnífico libro de Juan Fernández-Miranda “El guionista de la transición”;

b) otras veces como intérprete de la norma de normas, como Magistrado del Tribunal Constitucional, Tribunal a cuya presidencia fue tentado;

c) otras veces en su elaboración prelegislativa como Presidente de la Sección de Derecho Mercantil de Comisión General de Codificación durante un dilatado periodo de tiempo (desde 1978 hasta 2006)

d) ha ejercido también el Derecho a través de la función consultiva como Consejero de Estado;

e) también en su dimensión académica como miembro de Número de esta Real Academia de Jurisprudencia y Legislación desde 1986;

f) otras en el ejercicio práctico de la abogacía como cofundador de uno de los despachos colectivos más importantes y prestigiosos de España y Europa;

g) y siempre en fin como profesor universitario, la vocación que más hondamente ha sentido a lo largo de toda su trayectoria vital. Como él mismo dice “la gran llamada profesional” de su vida.

Dentro de esta faceta de profesor hay que enmarcar su labor de constante investigador del Derecho Mercantil, que le ha llevado a publicar una magna obra que abarca varios libros y monografías y más de sesenta artículos sobre los sectores más diversos de su especialidad (Derecho de la empresa, Derecho de sociedades, títulos-valores, contratos mercantiles, quiebra y suspensiones de pagos, Derecho de la navegación marítima y Derecho registral mercantil). Todo ello le acredita como un mercantilista de singular valía, continuador destacado de la gran obra realizada por la moderna Escuela española de Derecho mercantil.

Son pocos, muy pocos, los juristas a los que por su impronta en la doctrina y por sus ascendencia intelectual, moral y jurídica sobre un grupo más o menos amplio de investigadores les cabe el honor del tratamiento de “Maestro”, y entre estos pocos está sin duda el profesor Menéndez Menéndez, Maestro de la importante Escuela moderna de Derecho Mercantil. Y es que durante más de cuarenta años ha impartido la docencia de su disciplina en varias Universidades españolas (País Vasco, Santiago de Compostela, Salamanca, Oviedo y Autónoma de Madrid), y ha dejado una huella profunda de su magisterio en gran número de promociones universitarias, siendo de destacar el dato de que en la actualidad son once los Catedráticos de la especialidad que se formaron bajo su dirección; a todos ellos habría que añadir ya el nombre de varios Catedráticos de la especialidad discípulos de sus discípulos, y la formación de un gran número de Profesores de distintos grados, en una singular labor de escuela que muestra la relevancia y el ejemplo de su magisterio científico y humano.

 

2. PASIÓN POR LA UNIVERSIDAD

Pero la pasión por la Universidad que el prof. Menéndez confiesa va mucho más allá de la labor investigadora y de formación del profesorado. Se enraíza en su pasión por el saber. Sólo así se explica que con una humildad que encierra una enorme grandeza, una de sus máximas más repetidas sea la de que no es verdadero maestro el que no sabe, llegado el momento, ser discípulo de sus discípulos. Esto significa, me parece a mí, que la inquietud por el conocimiento, síntoma de permanente juventud intelectual, no se agota nunca y termina identificando la felicitad de la enseñanza con la felicidad del aprendizaje.

Al hablar de esta gran vocación y pasión, sólo aquí, reclama el más alto grado de vanidad. La Universidad ha sido para mí – nos dice – como una “locura de amor”, con “mis infidelidades, que no han faltado, pero con mi sostenida devoción”. “Cincuenta años en ella camino de Bilbao, Santiago de Compostela, Salamanca, Oviedo y Autónoma de Madrid. Es un camino inolvidable”.

Esta pasión por la Universidad está estrechamente vinculada a las relaciones con todos los maestros, colegas y discípulos de la Escuela de Derecho Mercantil fundada por D. Joaquín Garrigues y de la que prof. Menéndez ha sido uno de los exponentes máximos junto con su maestro Rodrigo Uría. Esas relaciones de maestro-discípulo, a medio camino entre la amistad y la filiación, forman parte intrínseca de esa pasión universitaria. Sus evocaciones personales, de tono intimista, de sus maestros Torcuato Fernández-Miranda y Rodrigo Uría, son un verdadero modelo de agradecimiento y profundo respecto. Del primero destaca su gran rigor intelectual y su gran pasión por el saber, a quien trató de cerca durante los tres años que compartieron en el Colegio Mayor Valdés-Salas, lo que le permite a D. Aurelio hablar de su magisterio en el diario vivir. Torcuato fue quien le “raptó” para la Universidad, y seguramente alguna parte tuvo en la aceptación por D. Aurelio de la cartera ministerial de Educación y Ciencia que ocupó, como se ha dicho, en el primer Gobierno de Suarez. Seguramente es también de Fernández-Miranda de quien toma en origen la preocupación por las relaciones entre Derecho y Justicia y la aversión por la arbitrariedad. El Derecho está en el mundo del ser. La justicia, en el de los valores. Lo contrario del Derecho no es la injusticia, lo contrario del Derecho es la arbitrariedad, nos dice.

Del escrito que dedica al recuerdo del prof. Rodrigo Uría González me declaro incapaz de hacer una síntesis. Debe leerse en su integridad y con detenimiento. El repaso que hace de su infancia, familia y etapa universitaria de Oviedo; su etapa de complemento de formación en las Universidades italianas y alemanas; sus oposiciones a Cátedra de Derecho Mercantil (tras cambiar su inicial inclinación por el Derecho público) en 1935; su amistad con Joaquín Garrigues, su participación en la creación y desarrollo de la Escuela Española de Derecho Mercantil; los inicios de su etapa madrileña tras la conclusión de la Guerra Civil; su obra jurídica que huye tanto del conceptualismo y la abstracción como del arbitrario practicismo; sus esfuerzos por incluir el concepto de lo equitativo en el ejercicio del Derecho; su condición de abogado. Ese primer bufete instalado en la  calle Nuñez de Balboa, 48, en el mismo piso en que tenía D. Rodrigo su hogar familiar, que a finales de los cuarenta empieza a frecuentar D. Aurelio. Allí comenzó también a ejercer el prof. Menéndez la abogacía y allí “fabricaban” los primeros números de la Revista de Derecho Mercantil. Ese vínculo y colaboración con la Revista no se interrumpe durante los casi quince años que D. Aurelio ejerció su Cátedra fuera de Madrid; tampoco se cortó la relación profesional de la abogacía, y ello le permitió participar con algunos dictámenes en el famoso asunto “Barcelona traction”. Después vendría el traslado del despacho a la sede de la calle Hermosilla 30, posteriormente a Jorge Juan 6 y finalmente a Príncipe de Vergara 187, fruto de la expansión de aquél inicial despacho “Boutique” de 8 ó 10 abogados y su transformación en el gran despacho colectivo en que se convirtió a partir del impulso y la experiencia de D. Rodrigo Uría hijo, tras el regreso de su estancia en el despacho Curtis Mallet de Nueva York. Pero, por encima de todo ello, está la valoración personal y humana que hace de su maestro: “hombre sabio, bondadoso y sencillo que amaba la vida y el contacto con el prójimo”.

– Pero esta pasión universitaria es tan fuerte que transciende los aspectos de docencia e investigación y se prolongan en los de – si se me permite la expresión – “ideólogo” de la Universidad. Quien quiera acometer cualquier proyecto de análisis y reforma de las enseñanzas universitarias en España tiene que acudir como texto de lectura obligada a la introducción que escribió el prof. Menéndez en el primer número del Anuario de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid en 1997, con ocasión del 25 aniversario de su fundación. Allí está compendiada en pocas páginas de forma magistral toda su experiencia y sus conclusiones, también sus dudas, en relación con la docencia y la investigación universitarias.

a) Allí está la narración en primera persona de la fundación y desarrollo de la Facultad de Derecho desde su instalación inicial en el año 1970 en el Casón del Observatorio del Parque del Retiro en la calle Alfonso XII hasta la inauguración de la nueva sede en diciembre de 1994, bajo la presidencia del actual Rey de España Felipe VI, el más ilustre licenciado de la Facultad y el más ilustre discípulo de D. Aurelio de quien fue preceptor, como su maestro Torcuato Fernández-Miranda lo había sido de Don Juan Carlos.

La creación de esta Universidad era un sueño que el prof. Menéndez rememora evocando sus paseos con el Rector Luis Sánchez Agesta por el amplio solar de Cantoblanco en que se instalaría pocos años después. Un sueño en el que intentaban poner en marcha una Universidad ambiciosa en su esfuerzo de investigación, modernizada en sus métodos pedagógico y selectivo, y sensible a su función cultural. Y para ello se pretendía que la Universidad fuera verdaderamente autónoma, científica y funcionalmente, en la selección de profesores y alumnos, en la libertad de los planes de estudios y hasta en la utopía de los cincuenta alumnos por aula.

Al cabo de los 25 años “nada ha llegado al sueño”, dice el prof. Menéndez. Pero en medio de algunas ilusiones perdidas, queda la realidad de una Facultad de Derecho que ha contribuido a mejorar el nivel científico y docente de la Universidad española. Así lo acreditan numerosas pruebas y testimonios, como los del profesor alemán Klaus Tiedermann, con ocasión del acto de su investidura como Doctor “honoris causa”, o del prof. Peter Ulmer, Rector de la Universidad de Heidelberg, cuando no dudan en hablar públicamente de la trayectoria ejemplar de la Universidad Autónoma y de su extraordinaria reputación internacional. Ahí está el prestigio de su cuadro de Catedráticos y profesores, la brillante trayectoria profesional de muchos de sus egresados, la formación de la Biblioteca de la Facultad, referencia nacional e internacional, la labor de sus famosos seminarios o la creación del célebre “Anuario de la Facultad de Derecho”, con el que el Colegio de Registradores se honra en colaborar.

b) Allí están todos los análisis y todas las reflexiones que para cualquier reforma universitaria se deben tener en cuenta:

1º) en materia de docencia: en la que insiste en la necesidad de superar una Facultad de apuntes y exámenes, por una Facultad en la que se enseñe a pensar y se enseñe a hacer, sin por ello despreciar el viejo método de la “lección magistral”. Insiste también en la importancia de que los alumnos aprendan a utilizar la bibliografía y en acercar el libro al alumno, hasta el punto de que entiende que la idea rectora de la vida de la Facultad ha de ser la del “culto al libro”.

En cuanto a los planes de estudios, muestra sus dudas sobre el acierto del plan cuatrianual. “¿Habremos acertado?”, se pregunta. Cierto que aporta flexibilidad y orientación práctica, pero cierto es también que hay el peligro de que las disciplinas optativas se fijen caprichosamente, y también el riesgo de lo que llama “la especialización prematura”.

2º) en cuanto al profesorado: aquí aporta sus valiosas reflexiones sobre las discusiones esenciales sobre el régimen de selección del profesorado, el equilibrio entre la enseñanza y la investigación en la actividad de los docentes, la forma en que los métodos pedagógicos pueden ayudar a cortar el nudo gordiano de la inacabable discusión sobre la universidad masificada y la selección del alumnado. También en este capítulo destacan la sinceridad y hondura de sus reflexiones sobre la figura de los catedráticos y profesores “profesionalizados” extrauniversitariamente, y el dilema entre la dedicación exclusiva y la dedicación parcial. Aquí se inclina por la conveniencia de buscar fórmulas que hagan compatible la dedicación a la Universidad y el ejercicio de la Abogacía, para evitar el peligro del llamado “Derecho de los profesores” que corre el riesgo de perderse en la pura especulación formal. Pero alerta también, en un ejercicio de honestidad intelectual y ponderación de la que siempre hace gala, del riesgo contrario, en el sentido de que una de las dos profesiones perderá peso a favor de la otra, inclinándose la balanza del lado de la profesión que presente mayores urgencias.

 

3. SUS APORTACIONES DOCTRINALES

Sobre sus aportaciones doctrinales, imposibles de abarcar por su extensión y profundidad en esta presentación, me permitirán que, en mi calidad de Director del Centro de Estudios Registrales del Colegio de Registradores, destaque muy brevemente las relativas al Derecho Registral mercantil.

1) Empiezo por una que está ausente de este libro, porque en sí misma es un tomo de una obra mayor. Me refiero a su trabajo sobre “El Registro Mercantil español (formación y desarrollo)” que integra el Tomo V de la obra “Leyes Hipotecarias y Registrales de España. Fuentes y evolución”, publicado en 1991, obra magna en 6 tomos con la que el Colegio de Registradores quiso sumarse a las celebraciones organizadas con motivo del quinto centenario del descubrimiento de América. Trabajo cuya ejecución completa llevó años, y en cuya comisión redactora estuvo presente desde el primer momento el prof. Menéndez, a quien además se le encomendó la redacción del citado tomo V. Por su extensión esta obra no está incluida en el libro que hoy presentamos, como ocurre con el resto de sus monografías. Pero no podía dejar de mencionarlo, pues se trata sin duda de la mayor contribución a la investigación histórica sobre la formación y desarrollo del Registro Mercantil español desde su introducción en el Código de comercio de 1829. Y responde a la inquietud que el prof. Menéndez quiso siempre transmitir a sus discípulos de estudiar la historia de las instituciones para comprender en profundidad su funcionamiento.

2) Mención especial merece también la conferencia sobre el Derecho comparado europeo sobre la publicidad mercantil, publicado originalmente en el libro sobre conferencias sobre el Derecho comunitario europeo, editado por el Colegio de Registradores en el ya lejano año 1976, casi 10 años antes del ingreso de España en las Comunidades Europeas, lo que pone de manifiesto la visión de futuro de los organizadores de aquellas conferencias y la intervención decisiva del prof. Menéndez en la misma. Allí ensaya un criterio de sistematización de los sistemas registrales en la doble dimensión histórica y geográfica europea, en tres grupos que denomina, respectivamente:

– la solución corporativa, ligada a las viejas matrículas de los comerciantes, cuyos inicios se observan en las Repúblicas italianas del medievo merced a la temprana organización de sus mercaderes en corporaciones profesionales, y cuyos efectos jurídico-privados eran muy limitados (si bien servía para determinar las personas sometidas a la jurisdicción mercantil);

– la solución negocial, en que la sanción de la falta de publicidad se proyecta sobre la validez y eficacia del acto o negocio inscribible; solución que aparece en la Ordenanza francesa del Comercio Terrestre de 1673, y es posteriormente acogida en el Código de Comercio napoleónico de 1807;

– la solución registral, que no incide sobre la validez de las relaciones jurídicas sustantivas, sino sobre las consecuencias que produce la ignorancia o el conocimiento de los actos inscribibles por parte de los terceros; solución en la que se observa una evolución que va de una inicial publicidad-noticia en la que el hecho de hacer posible el conocimiento de lo inscrito por parte de terceros agota la finalidad de la inscripción; que pasa por un estadio intermedio en que la inscripción sirve de base a la presunción de que lo inscrito es efectivamente conocido por terceros; para llegar posteriormente a un estadio de “cognoscibilidad legal” cuya estación de llegada es precisamente la eficacia sustantiva de la inscripción, con independencia del conocimiento efectivo que de la misma puedan tener los terceros. Transformación del Registro en un instrumento de publicidad legal con efecto frente a terceros que se debe fundamentalmente a los países germánicos, tal y como aparece ya en el Código general alemán de 1861. Sistema que inspiraría la solución del Código de comercio español de 1885.

3) Otras aportaciones doctrinales imprescindibles del prof. Menéndez en el ámbito del Registro Mercantil son las relativas al concepto de buena fe del tercero, inclinándose por la teoría subjetivista de la buena fe, como estado psicológico o de creencia del tercero. Late también en este planteamiento la concepción del prof. Menéndez sobre el Derecho, que no se identifica con el concepto mismo de justicia, sino como instrumento para su realización. Y por ello construye un concepto de la buena fe guiado por la necesidad de seguridad jurídica en el tráfico mercantil, pero haciendo ello compatible con una vertiente ética de la cuestión, de forma que el autor nos advierte de que la protección de la apariencia debe dispensarse a quien la merece: el tercero de buena fe, pero sin llegar a desvirtuar esta protección imponiéndole la obligación de indagaciones extrarregistrales de actos no inscritos.

Igualmente capital es su interpretación de la reforma mercantil societaria del año 1989 en lo relativo a la oponibilidad o eficacia frente a terceros del Registro, una vez que por exigencias del Derecho comunitario a través de la primera Directiva de sociedades se rompe el automatismo de la ecuación publicidad igual a inscripción. La publicidad se integra tras la reforma por un conjunto de dos elementos: la inscripción más la publicación en el Boletín Oficial del Registro Mercantil. El prof. Menéndez se percata desde el primer momento de que esa dualidad de mecanismos de publicidad, al mismo tiempo que aumenta la difusión de los hechos, encierra el peligro de restar eficacia y fijeza al sistema, pues da pie potencialmente a situaciones patológicas de divergencia entre el Registro y el Boletín, que sistematiza en tres grupos: el desajuste cronológico, la falta de uno u otro medio de publicidad y la discordancia de contenido.

El alcance de esta reforma y sus consecuencias exigía, pues, que la mejor doctrina diese la pauta para su interpretación, y en esa difícil tarea no faltó la aportación doctrinal decisiva de D. Aurelio a través de su estudio “La eficacia registral respecto de terceros” publicado en 1992.

 

4. REFLEXIÓN

Es curioso recordar cómo la Revolución francesa al destruir todas las instituciones políticas del pasado, afirmando los nuevos principios de libertad e igualdad de los ciudadanos, abre un importante movimiento constitucionalista en Europa y procede a la reconstrucción de todo el Derecho público y privado sobre nuevas bases mediante el fenómeno de la “codificación”.

La codificación moderna aparece, pues, unida al movimiento constitucionalista, y así ocurrió también en España, de forma que el ideal codificador fue proclamado por vez primera en la Constitución de Cádiz de 1812, que en el ámbito mercantil da lugar al Código de Sainz de Andino de 1829 y al actualmente vigente de 1885. Código de “tienda y almacén”, como cariñosamente el denomina D. Aurelio.

Y en esta labor no se puede silenciar el trabajo de la Comisión General de Codificación ni el hecho de que su Sección de Derecho Mercantil haya sido presidida por el prof. Menéndez durante casi 20 años (entre 1978 y 2006). En su condición de tal ha dirigido todo el movimiento de reforma de nuestra legislación mercantil de los últimos veinte años. Esa obra que ha plasmado en un abundante número de leyes fundamentales para el desarrollo de nuestras instituciones jurídicas y económicas.

Sin embargo, no es ajeno D. Aurelio al desasosiego que produce el efecto del exceso de normas. Y así en su reciente estudio de 2013 “sobre el Derecho, los jueces y las leyes” nos advierte de la necesidad de preservar la calidad de las leyes y de dedicar más atención a los procesos de su elaboración, superando así la visión heredada del positivismo del jurista como un simple intérprete y aplicador del Derecho. Alerta sobre la inflación normativa que da lugar a una legislación desordenada y aún anárquica. Su insistencia sobre el estudio de los precedentes históricos entronca con las ideas del añorado maestro Tomás y Valiente cuando decía en 1996 que “no hay dogmática sin historia, o no debería haberla, porque los conceptos e instituciones no nacen en el vacío puro, sino a consecuencia de procesos históricos de los que arrastran una carga quizá invisible pero condicionante”.

Creo que difícilmente se puede encontrar una cita que aúne y sintetice de forma más gráfica las dos corrientes jurídicas que entraron en conflicto en la Alemania del siglo XIX, la de la escuela racionalista de Thibaut y la escuela histórica de Savigny.

Y en este punto quisiera hacer una reflexión sobre el acierto que representa que desde el poder político y legislativo se acoja – como he dicho en alguna ocasión -, no de forma resignada ni displicente, sino con la avidez del que sediento recibe agua, el consejo del que sabe. Pocas veces se ha sintetizado mejor las relaciones entre poder y ciencia que en la famosa distinción de Álvaro D’Ors entre “auctoritas” como el “saber socialmente reconocido” y la “potestas” como el “poder socialmente reconocido”.

El poder fecundado por la “auctoritas” genera Derecho; el poder sin esta sabia sólo produce leyes, leyes que en muchos casos son inestables y caducas desde el momento en que nacen.

Con la ayuda, el consejo y la contribución doctrinal aportada por personas como el prof. Menéndez, en quien se aúnan por su gigantesca obra y actividades la “auctoritas” y la “potestas”, confiemos en que triunfe esa gran tarea de “La lucha por el Derecho” que se evoca en el título del libro de Ihering, con cuya cita concluye la última página del libro que hoy presentamos.

Por todo ello y por mucho más cuya referencia excede de los límites de esta presentación, es para mí, como Director del Servicio de Estudios del Colegio de Registradores de España y como amigo, un placer y un gran honor presentar esta obra, y recomendar su lectura en la que el lector encontrará que mis palabras se han quedado cortas, muy cortas, al glosar la figura y obra del maestro de maestros Menéndez Menéndez.

 

Juan María Díaz Fraile

Director del Servicio de Estudios del Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España (2015-2017)

 

Thomson Reuters

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