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Entrevista a Juan José Pretel Parejo-Merino

ENTREVISTA A JUAN JOSÉ PRETEL PAREJO-MERINO, NOTARIO

 

Entrevista a Juan José Pretel Parejo-Merino

 

INTRODUCCIÓN:

Esta es una historia que mueve al optimismo, intentando animar en un periodo triste como el que estamos viviendo.

Una historia de esfuerzo, de sacrificio personal durante varios años y en plena juventud, tras los cuales, Juan José ha conseguido despejar su futuro profesional y personal. La vida le sonríe.

Y es una muestra del empuje de las nuevas generaciones perfectamente preparadas para asumir la responsabilidad de ponerse al timón de nuestra sociedad.

Juan José, en su primer intento, logró obtener la más alta calificación de entre los cerca de 800 opositores a notarías que concurrieron a las oposiciones celebradas en Andalucía, examinándose ante el tribunal de Granada (David Trapote González logró el mejor resultado en el tribunal de Sevilla).

Pero dejemos hablar a Juan José…

 

1º.- ¿Por qué decidiste preparar notarías?

Al ser mi madre y mi tío notarios, tenía idea desde pequeño de cómo era la profesión. Y lo cierto es que me atraía, especialmente por su dinamismo y el componente humano que conlleva el trato directo con quien acude a la notaría.

Aun así, durante la adolescencia y los primeros años de la carrera, decía abiertamente que no iba a opositar. Sabía por mis padres del sacrificio que conllevaba, y no me veía dispuesto a asumirlo. También es verdad que la visión que se tiene de la vida durante esos años suele estar algo distorsionada y más centrada en el ocio.

El caso es que decidí estudiar el doble grado de Derecho y Administración de Empresas, pensando en otro tipo de salidas. Pero en los dos últimos años de carrera, comprobé que era el Derecho Privado la materia que más me gustaba. Y, paralelamente, fui tomando conciencia de que cualquier camino profesional exige unos primeros años duros. Por todo ello, decidí que merecía la pena al menos intentarlo por la ilusión que me hacía la profesión y no quedarme toda la vida con la duda de si lo hubiera logrado o no.

En ese momento de dar el paso, fue especialmente importante el apoyo y la tranquilidad que recibí de mi familia, amigos y entorno en general. Recuerdo en especial la charla que tuve con quien luego sería mi preparador (Manolo Ridruejo, Registrador de la Propiedad de Carmona), una noche después de jugar al fútbol juntos. Me despejó bastantes miedos e incertidumbres que tenía, dándome una visión realista pero también optimista de la oposición y su dureza. Fue ahí donde sentí que afianzaba definitivamente la decisión que ya llevaba tiempo barruntando, y en septiembre de 2016 comencé a preparar con él.

 

«Me atraía la profesión especialmente por su dinamismo y el componente humano que conlleva el trato directo con quien acude a la notaría».

 

2º.- ¿Nos podrías contar a grandes rasgos cómo fue tu vida durante la preparación?

Diferenciaría tres fases distintas: los dos primeros años, la preparación de los orales desde que salió la convocatoria y la del dictamen.

En la primera etapa, procuraba compaginar la dura rutina que exige la oposición con momentos de despeje y disfrute que allanaran el camino en el plano psicológico. Comenzaba a estudiar sobre las 9.30 de la mañana (nunca he sido madrugador, y necesitaba descansar para rendir) y, con una pausa de hora y media a mediodía, terminaba sobre las 20.30, para así tener margen para una pequeña “ilusión” diaria: salir a correr, jugar a fútbol o pádel, ver a amigos, ir al estadio cuando jugara el Sevilla FC… De esta manera mantenía (dentro de lo posible) el contacto con mis aficiones y la gente que me importaba, y además conseguía tener una motivación a corto plazo que me ayudara a afrontar el paso de los días.

Bien es verdad que, conforme avanzaba la semana, a veces necesitaba terminar más tarde, para intentar llegar al número de temas que me exigía mi preparador. Quedaba con él los viernes por la mañana, normalmente en la Academia de Registros de Sevilla (donde acabé entablando buena amistad con los compañeros; como Marta García, que también ha aprobado notarías este año), aunque a veces nos citaba en su casa. Descansaba normalmente los sábados, aunque no me importaba cambiarlo al domingo cuando jugaba el Sevilla en casa o tenía cualquier plan especial. Durante los días libres aprovechaba para ver a amigos y estar en la calle el mayor tiempo posible, para no echarlo tanto de menos durante la semana.

Sin embargo, a partir de la convocatoria del examen, todo fue más duro y exigente, porque me veía obligado a aumentar considerablemente el ritmo de temas, y eso hacía que entre semana no pudiera permitirme más que salir un par de veces a correr para desahogarme, y a los días de descanso (que mantuve hasta el último mes) llegaba más tocado físicamente y con necesidad de pasarlos más tranquilo.

Durante todo este camino, tuve la fortuna de contar con grandes apoyos a mi alrededor.

De un lado, mi preparador, que desde el primer día me transmitía la confianza necesaria para sincerarme cuando lo necesitara y me ayudaba a sacar lo mejor de mí mismo. Conocía bien a sus alumnos, y sabía apretarnos o consolarnos, según las circunstancias que estuviéramos pasando.

También los que estaban a cerca de mí fueron claves: mi padre, que se volcaba en actualizarme los temas y tomármelos cuando se lo pedía; mi madre, que me esperaba cada descanso para animarme y me trasmitió muchísima tranquilidad y optimismo; mi hermano, que compartía sus ratos libres conmigo y me aportaba ilusión cuando lo necesitaba; mi abuela, que me llamaba cada noche; tíos, primos, los buenos amigos que tengo… Soy consciente de la suerte que he tenido con tanta ayuda y de lo mucho que tendré que agradecer siempre.

Y en cuanto a la preparación del dictamen, la recuerdo como la época más bonita de la oposición. La pasé en Madrid, y agradecí mucho las clases y los consejos de David Hurtado, con quien lo preparé, ya que me resultaron fundamentales a la hora de enfocar adecuadamente el ejercicio. Resultó un agradable alivio el pasar de estar estudiando solo y de memoria, a acudir en grupo y poder así conocer gente nueva y tener ratos distendidos. Bien es verdad que conforme se acerca la época del examen, la tensión crece, porque se ve uno ante el último paso y se pone en juego todo lo conseguido hasta entonces. Pero en general recuerdo esos dos meses con muchísimo cariño y llenos de buenos momentos (entre ellos, el conocer a la que hoy es mi novia, lo cual influye bastante en que el recuerdo sea tan bueno). Hicimos muy buena piña varios de los que preparábamos juntos y la seguimos manteniendo, tanto los que tuvimos la suerte de aprobar como los que desgraciadamente no lo consiguieron.

 

3º.- ¿Crees que el modelo actual de oposición es el más idóneo?

Se trata de una cuestión debatible y que admite diversas opiniones. La mía es que todo sistema es mejorable, pero que también hay que poner en valor la formación con la que se sale de estas oposiciones (igualmente en los que no consiguen aprobarla) y el prestigio y reconocimiento del que gozan en la sociedad en general y entre los profesionales jurídicos en particular.

Algunas voces, desde fuera, suelen criticar el excesivo peso del estudio memorístico en el sistema. Desde mi humilde punto de vista, carece de sentido considerarlo como algo peyorativo o contraproducente. En primer lugar, porque para la propia memorización es necesaria una capacidad de relación de conceptos y una interiorización previa de las instituciones jurídicas, sin lo cual el estudio sería inabarcable, por mucha memoria que se tuviera. Además, esa memorización conduce a conseguir aglutinar buena parte del Derecho Privado en la cabeza, permitiendo así una visión de conjunto del sentido y de la interrelación existente entre las normas, lo que se evalúa en el dictamen.

Y ello es lo que, aun cuando ya aprobados se olvida la literalidad, deja un poso que permite un óptimo manejo de los textos legales, así como un conocimiento y manera de razonar e interpretar que posibilite resolver problemas jurídicos del modo más ágil y seguro posible. Opino por tanto que con estas oposiciones no sólo se consigue (o se busca) la selección de aquel que sea más estudioso o tenga mejores cualidades para desempeñar la función notarial, sino que además aportan una formación profunda y rigurosa que explica la confianza que la sociedad y las normas depositan en cada notario (y que también son de utilidad para quien no consigue aprobar, como demuestra el reconocimiento y las posibilidades que tienen a la hora de buscar otras salidas).

Cosa distinta es que, como decía, cualquier sistema admite mejoras. La oposición ya ha experimentado una evolución en las últimas décadas, en aspectos como la frecuencia de convocatorias, la desaparición de la reserva de nota o el paso de uno a dos exámenes orales. Personalmente, creo que lo ideal sería reducir en lo posible aquellos factores aleatorios que puedan ocasionar ligeros desequilibrios en los opositores. No resulta sencillo, y de hecho ya se ha mejorado en los últimos tiempos, pero quizás pudiera intentarse una mayor previsibilidad y uniformidad en las convocatorias, así como cuidar que entre el primero y el segundo examen no haya demasiada disparidad en el tiempo del que dispone cada uno para prepararlo.

Podría igualmente estudiarse la posibilidad de una breve formación práctica posterior, con especial incidencia en la deontología profesional y en cuestiones relativas al manejo de la oficina.

En cuanto a la posible unificación con las oposiciones a Registros, entiendo que se trata de una cuestión más compleja y que requeriría un estudio a fondo de las ventajas e inconvenientes que traería. Es cierto que, aunque la formación es similar, existen materias como el Derecho Hipotecario que tienen distinto peso en una y otra profesión. Pero también lo es que la unificación podría proporcionar más oportunidades al cuerpo de opositores y optimizar la selección. Habría de analizarse con detenimiento y con una visión y experiencia de la que carezco.

Entrevista a Juan José Pretel Parejo-Merino

Con algunos compañeros de la preparación del dictamen (María, Carmen, Pedro, Marta, Antonio y Aurora)

4º.- Tras tu experiencia de estudio, qué consejos prácticos podrías dar a los opositores que siguen en la preparación?

En cuanto al aspecto técnico, seguí, por indicación de mi preparador, el sistema de acumulación. Dividíamos el programa de civil en cinco bloques (Parte General, Derechos Reales, Obligaciones, Familia y Sucesiones) y la primera mitad de la semana se dedicaba a temas de repaso. A mí me fue muy bien, porque me permitió acumular temas y acostumbrarme a llevarlos lejanos sin dejar de avanzar para no demorar en exceso la primera vuelta.

Pero entiendo que cada persona es distinta y que por ello no existe un único sistema que se pueda considerar idóneo e infalible. Por ello, aconsejaría a los opositores que confíen en el que les propongan sus preparadores, que son los que tienen experiencia en este camino y quienes los ven desde fuera semana a semana. Pero también creo que sería bueno que tuvieran confianza con ellos para transmitirles cómo se van encontrando con el ritmo y el método propuesto, para así ajustarlo y adaptarlo a sus cualidades y a su manera de estudiar, si fuera necesario.

Lo que sí creo que tiene más peso en el desarrollo de la oposición, más allá del sistema que se siga, es la manera de llevarlo psicológicamente. Mi preparador nos insistía mucho en no acomodarnos y ser autoexigentes, en ponernos objetivos diarios y procurar ganarle terreno al día desde su comienzo. Pero también nos mentalizaba de la importancia de descansar bien y tener nuestros momentos de despeje. Al fin y al cabo, como me decía mi padre, se trata de una carrera de fondo, y por ello es importante no quemarse en exceso por el camino. La dureza y el tener que renunciar a muchos planes es inevitable, pero aun así, aconsejaría el no abandonar por completo la vida social ni las actividades que permitan mantener el ánimo lo más arriba posible. Y que, cuando lleguen los inevitables momentos de desánimo, se recuerde qué fue lo que impulsó a intentar este camino, y se le ponga toda la ilusión posible.

También creo que hay bastante diferencia desde el punto de vista de la psicología del opositor entre la fase del estudio sin convocatoria a la vista y la época en la que ya se siente la presión y la angustia del examen. En esta última, es inevitable sentir algo de vértigo e inseguridad, pero yo procuraba pensar en positivo y enfocar el examen con el menor dramatismo posible, porque ayuda acudir con confianza en uno mismo. Bien es cierto que no he pasado por la parte más dura de la oposición, que es la de recibir el mazazo de un suspenso y ser capaz de levantarse y continuar el camino. Y entiendo de verdad que, aunque quien aprueba pronto pasa también por dificultades, quien más mérito personal tiene es el que es capaz de rehacerse de una convocatoria fallida y saca fuerzas para volver a intentarlo. Porque además, si bien no se debería asociar un aprobado a la buena suerte habiendo tanto esfuerzo detrás, sí es cierto que a muchos que lo merecerían les afecta la mala suerte. Y no por ello son inferiores a quien lo haya conseguido, pero sólo quien lo haya vivido sabrá lo difícil que debe resultar superarlo. Desde mi posición, y sin haber pasado por eso, que considero lo más meritorio y admirable, lo único que humildemente podría aconsejar es que, ante cualquier obstáculo, siempre merece la pena luchar y sentirse orgulloso de haberlo hecho.

 

5º.- ¿Podrías recordar las sensaciones que tuviste al aprobar cada uno de los tres exámenes determinantes?

La verdad es que recibí los tres resultados de una forma bastante peculiar. Como me ponía muy nervioso la idea de enterarme de golpe de si estaba aprobado o no, en los tres exámenes, antes de hacerlos, pedí a mi familia que sólo me avisaran antes de una determinada hora si había aprobado. Hasta entones, vivía la espera solo y esforzándome mucho por no pensar nada en cómo me hubiera salido el ejercicio. Así, si veía que no me avisaban, podría ir asumiendo poco a poco un posible suspenso (quizás suene absurdo y pueda considerarse una de las llamadas “manías de opositor”, pero lo cierto es que en esos momentos me tranquilizaba hacerlo así).

En el primer examen, fue mi madre la que entró gritando eufórica a la habitación del hotel en la que estaba esperando, tras llamarle mi padre desde el Colegio Notarial al que había ido a esperar que salieran las notas. Recuerdo que, al ser el primero, fue el aprobado en el que más alegría sentí.

En el segundo, mi hermano se adelantó llamándome por teléfono (aunque al final me lo acabó diciendo un amigo común que estaba con él). Ahí sentí más alivio que alegría, porque los meses previos habían sido especialmente difíciles.

Y en cuanto al resultado del dictamen, como podía salir en cualquier momento del día 20 de diciembre y finalmente no lo hizo hasta las 11 de la noche, me pilló tras una tarde entera deambulando por Sevilla, solo, bajo la lluvia y entrando en todas las iglesias posibles. Incluso llegué a pensar que estaba suspenso, porque había puesto las 9 de la noche como hora límite para que me lo comunicaran, pensando que no saldrían más tarde. Cuando finalmente me llamaron desde casa, y tras tantos nervios, la verdad es que no experimenté alegría ninguna, porque sentí muchísimo algunos de los suspensos que se dieron. Y “la parte buena”, mi aprobado, no la interioricé hasta pasados bastantes días.

La celebración de los días posteriores se entremezcló con la Navidad, en la que disfruté con familia y amigos, con los que espero poder tener en el futuro las demás celebraciones que hubo que aplazar por culpa de la pandemia. 

 

6º.- Te ruego ahora que traslades la siguiente y misma pregunta a tus padres, Juan José Pretel, registrador de la propiedad y Mercantil (Decano de Andalucía Occidental y Letrado DG) y Piedad María Parejo-Merino, (que fue en su día la primera notaria de Sevilla y la primera mujer miembro del Consejo de Administración del Sevilla FC).

Piedad María: «Cuando en una casa hay un opositor, toda la convivencia gira en torno al mantenimiento de un ambiente de tranquilidad que facilite el estudio».

Desde la óptica de una madre y un padre ¿Cómo llevasteis el periodo de oposición de vuestro hijo y su temprano éxito?

MADRE: Cuando en una casa hay un opositor, toda la convivencia gira en torno al mantenimiento de un ambiente de tranquilidad que facilite el estudio. A mí también me sorprendió que desde un primer momento mi hijo tuviera tanta disciplina y concentración, porque lo cierto es que en el colegio y en la carrera, aunque sacara buenas notas, no destacaba precisamente por ser una persona ordenada y metódica. Siempre le ha gustado mucho salir y hacer todos los planes posibles, pero tuvo el mérito de asumir que tocaban varios años de sacrificio y renuncia. Y en casa hicimos todo lo posible por ayudarle. Por eso todo se organizó desde el punto de vista de su ritmo de estudio: horario de comidas, días libres, planes de vacaciones y fines de semana, etc. De una manera más concreta, le he ayudado especialmente en los temas de Derecho Notarial y tranquilizándolo en el momento de hacer los pasillos antes del examen y sobre todo esperando las notas. Y al final todo se ve sobradamente recompensado con el orgullo y la inmensa alegría de ver a un hijo conseguir algo así.

PADRE:  Siempre hemos oído la frase tópica de que se pasa peor de padre de opositor que de opositor. No ha sido así en mi caso particular. Después de los titubeos iniciales, pronto me di cuenta de que mi hijo había entendido en qué consistía la oposición y cuál era el sacrificio que impone; supo entender que hay que ser constante y no fallar ni un solo día en el esfuerzo. Eso me hizo sentir muy tranquilo; también contribuyó a mi tranquilidad el que todas las tardes yo me sentaba en la habitación de al lado de la suya para repasar y actualizar los temas que tendría que estudiar al día siguiente (en esta tarea me fueron de gran utilidad la página web de Notarios y Registradores y el Fichero de Constancio Villaplana). Cosa distinta fue la de “hacer pasillos”; ahí sí es de aplicación la frase del comienzo: pasé más nervios que cuando me examiné, y aún más esperando las notas, sobre todo del primer ejercicio, aunque nunca dudé de que aprobaría; el que además haya quedado el primero de su Tribunal, ha sido una gran alegría y satisfacción; ha servido de excusa para decirle que tiene que seguir estudiando y aportar lo que pueda a la tarea colectiva de estudio que llevamos entre todos los notarios y los registradores.

Entrevista a Juan José Pretel Parejo-Merino

Juan José, con sus padres Juan José Pretel y Piedad María Parejo-Merino y su hermano Carlos Jesús, el día después de aprobar el segundo ejercicio.

Juan José padre: «Mi hijo entendió en qué consistía la oposición y cuál era el sacrificio que impone; supo entender que hay que ser constante y no fallar ni un solo día en el esfuerzo.»

 

7º.- ¿Puedes contarnos alguna anécdota de este período?

Pues a pesar de la monotonía que caracteriza a la oposición, siempre suele haber alguna, normalmente derivada de las manías que van adquiriendo los opositores conforme se adentran en la rutina. En mi caso, puedo contar por ejemplo que siempre me ponía a estudiar con camisetas de equipos de fútbol, para estar cómodo y a la vez inspirarme con algo que me ilusionara (y, para mayor rareza, las elegía a conciencia, de entre la colección que tengo, relacionándolas con circunstancias o temas).

También recuerdo que en las primeras vueltas, para machacar los artículos de los temas de la semana, me los preguntaba a mí mismo aleatoriamente… tirando unos dados. Y a la hora de cantar los temas, siempre me echaba cacao en los labios justo antes de empezar, lo que provocaba bastante cachondeo entre mi preparador y mis compañeros (justificado, porque era bastante cómico).

Luego, en el examen (al que por supuesto me llevé el cacao), recuerdo que, con los nervios, me había imaginado que las bolas de los temas serían como las de los sorteos futbolísticos (con un papelito dentro), y me descolocó comprobar que eran del tamaño de una canica, y además al meter la mano en el primer saco me daba la sensación de que en vez de 51 temas hubiera sólo 20, y temía que hubieran dejado sólo los más difíciles…

O, cuando para leer el dictamen, me indicó el presidente que comprobara que no quedara ningún papel dentro del sobre, y para ello lo rompí salvajemente, provocando la risa de los miembros del Tribunal…

En definitiva, anécdotas cómicas que creo que reflejan bien el estado y los nervios por los que pasa un opositor (aunque no es necesario llegar a este nivel de surrealismo).

 

8º.- Con muchos de los miembros de mi promoción de 1982 mantengo fuertes vínculos. ¿Percibes tú también que ese grupo formado por los que salvasteis la oposición juntos se va a mantener a lo largo del resto de vuestras vidas?

Yo creo que sí, y desde luego me alegraría muchísimo, porque tengo ya relación estrecha con varios de ellos. A pesar de lo atípico de este año, en el que la pandemia nos ha privado de más reuniones y viajes, lo cierto es que ya hemos disfrutado de varias experiencias juntos, en las que ha predominado la diversión y el buen rollo.

En las Jornadas de Nuevos Notarios que tuvieron lugar entre Córdoba y Madrid tuvimos la ocasión de reunirnos y conocernos todos, y luego se ha organizado alguna que otra escapada, que ojalá vayan en aumento cuando se recupere la normalidad. Y la verdad es que es bonito poder reunirse y celebrar con gente que ha pasado por el mismo sufrimiento y que ahora comparte ilusiones. Como ya hemos comentado algunos, confiamos en que la excepcionalidad del año en que hemos aprobado traiga consigo la parte buena de que la unión y la organización de planes se fortalezca a largo plazo, y así compensemos los que nos hemos perdido hasta ahora.

Además, estoy seguro de que, una vez comencemos a ejercer, también pondremos en común nuestras preocupaciones y trataremos de ayudarnos mutuamente. Para ello, y en comparación con décadas atrás, es indudable que las nuevas tecnologías facilitan bastante mantener ese vínculo (por ejemplo, a través del grupo de whatsapp que ya tenemos entre todos los de la promoción).

Entrevista a Juan José Pretel Parejo-Merino

Viaje a Ibiza de parte de la promoción de Notarios 2019

9ª.- ¿Qué retos consideras que tiene por delante la profesión notarial?

El notariado siempre se ha caracterizado por su adaptación a las distintas épocas y circunstancias socioeconómicas. Buen reflejo de ello es su propia perdurabilidad y el reconocimiento y confianza que genera. En este sentido, el legislador ha depositado su confianza en el cuerpo al encomendarle en los últimos años nuevas funciones, como determinados expedientes de jurisdicción voluntaria o el control de la transparencia en los créditos inmobiliarios.

Y de cara al futuro, seguirá siendo necesaria una labor de evolución al servicio de la sociedad. Sé que son varios los debates y desafíos que se hallan sobre la mesa: la posibilidad de autorizar ciertos documentos por videoconferencia, la digitalización de los archivos notariales, el papel de la tecnología blockchain…

Carezco aún de experiencia para opinar con fundamento de estas cuestiones, pero sí tengo claro como idea general que no ha de considerarse preocupante el que se den avances tecnológicos, sino como algo positivo, puesto que el notariado siempre ha demostrado sobradamente una capacidad de adaptación (véase en la actualidad la firma digital, remisión telemática de documentos, copias electrónicas, interconexión con otros servidores jurídicos, el Índice Único Informatizado Notarial…) en aras de mejorar el servicio.

Ello sin perjuicio de conservar la esencia de la función notarial y del valor añadido que aporta a cualquier forma documental o medio tecnológico: asesoramiento, cualificación, protección de la parte más débil, juicio de identidad y de capacidad, control de legalidad…

 

10ª.- Ya has elegido tu primera notaría, Segura de León en la provincia de Badajoz. ¿Qué retos se te presentan en la nueva etapa?

Mi criterio principal a la hora del concurso era el de no alejarme demasiado de Sevilla. Por motivos personales, quería vivir los primeros años de ejercicio estando al alcance de mi ciudad y de mi gente, sin perjuicio de que más adelante no tendría problema en moverme por cualquier punto de la geografía española, si se dieran las circunstancias propicias para ello.

Y la verdad es que, aunque no fuera mi primera elección, estoy muy contento con la plaza. Además de estar a sólo 110 kilómetros de Sevilla, el pueblo me ha dado una muy buena impresión en mis primeras visitas, tanto por lo bonito y acogedor que es, como por el local y el personal de la notaría.

Al tratarse de una pequeña localidad, sé que supondrá un reto el trato personal y directo, pero éste es precisamente uno de los aspectos que más me gustan de la profesión y por ello me ilusiona mucho. Procuraré volcarme en cada asunto para ofrecer un buen servicio y sentir la satisfacción de resultar útil y ayudar a quien me lo solicite.

Estoy seguro de que me dejará una gran huella de cariño y recuerdos bonitos, como suele pasar con el primer destino. Y ojalá yo también consiga dejar un buen recuerdo en la gente que acuda a la notaría.

Entrevista a Juan José Pretel Parejo-Merino

Juan José, delante de la que va a ser su primera notaría. 

11ª.- Cómo consideras que deben ser las relaciones con los registradores en general y con “tu registrador/a” en particular?

Las relaciones deben ser como siempre se ha comentado en mi casa (con independencia de que mi madre sea Notario y mi padre ejerza de Registrador): basadas en una especial colaboración y en un respeto mutuo entre los cuerpos. Se trata de dos profesiones con una formación similar, pero con un ejercicio que se desenvuelve en campos distintos y sin embargo complementarios.

No se entiende la una sin la otra; ambas se necesitan y juntas ofrecen una seguridad jurídica que casi podría decirse que no tiene parangón en el Derecho comparado, superando con creces a los sistemas de seguros del mundo anglosajón.

No hay duplicidades ni hay doble calificación, sino un sistema de dos patas que proporciona una garantía para el tráfico jurídico y evita innumerables conflictos. De ahí que resulte tan valorado por los profesionales y que se mantenga pese al paso de distintas épocas y circunstancias.

Con independencia de la cuestión de si se unifican o no los cuerpos notarial y registral, lo cierto es que las funciones seguirán siendo distintas y complementarias aunque las ejerciera un cuerpo unificado. Y esta visión procuraré que se refleje en la relación con el registrador que me corresponda en cada uno de mis destinos, buscando una comunicación y entendimiento que favorezca tanto nuestro día a día como al propio ciudadano que se beneficia del sistema.

 

12ª.- ¿Nos podrías contar cuáles son tus principales aficiones?

Ya se ha podido deducir a lo largo de la entrevista que soy bastante apasionado del Sevilla Fútbol Club… Así me lo inculcó mi abuelo de chico, y, por muy irracional que a veces pueda parecer el sentimiento por un equipo de fútbol, cuando se interioriza en la infancia y se relaciona como vínculo con seres queridos, es imposible que se vaya.

Lo mismo me ocurre con la Semana Santa de Sevilla, que, además del componente religioso (porque soy creyente), tiene un significado muy especial para mí y para mi familia, en especial por lo presente que tenemos a mi difunto abuelo, a quien tanto le gustaba y que tanto nos la enseñó.

Y al margen de ello, soy bastante activo (a veces demasiado) y me gusta mucho salir a dar una vuelta, disfrutar de una cerveza con mis amigos de siempre, jugar al fútbol de portero o al pádel, salir a correr… Aunque también agradezco de vez en cuando algún rato de tranquilidad para leer o ver alguna película.

 Y sobre todo me gusta viajar y conocer lugares por el mundo, que creo que es de las cosas más enriquecedoras que puede haber. Ojalá pronto vuelva a ser posible hacerlo con normalidad.

 
«Por muy irracional que a veces pueda parecer el sentimiento por un equipo de fútbol, cuando se interioriza en la infancia y se relaciona como vínculo con seres queridos, es imposible que se vaya.»

 

13ª.- Y, para concluir, a tus ahora recién cumplidos 27 años, ¿qué proyectos más significativos tienes cara al futuro?   

En el plano profesional, espero conseguir sentirme realizado como jurista con su ejercicio, y sobre todo satisfacer la vocación de servicio público y resultar útil para los demás. Es lo que más me ilusiona.

Procuraré también aportar lo posible desde el punto de vista corporativo, puesto que considero importante que quienes nos incorporamos al notariado aportemos nuestro punto de vista en beneficio de la profesión y de su adecuación a las necesidades de la sociedad.

Y, según cuáles sean las circunstancias personales y profesionales en las que me encuentre, me plantearé tanto la posibilidad de las oposiciones restringidas, como el procurar “devolver” la ayuda que recibí preparando a opositores.

Y en lo personal (que para mí nunca debe dejar de ser lo más importante) mis principales ilusiones son volver a disfrutar de mis aficiones ahora que vuelvo a tener tiempo (cuando la pandemia lo permita) y, principalmente y más adelante, formar una familia y dejar un buen recuerdo en quienes estén a mi alrededor.

 

Muchas gracias, Juan José por tus sinceras y meditadas respuestas, pues creo que con ellas ya estás dejando un buen sabor de boca a los que hayan llegado hasta aquí leyendo la entrevista. Y, sobre todo, muchas gracias por la inyección de optimismo que provoca tu franco relato y por el ánimo que transmites a los que siguen en la brecha como resume tu frase que entresaco al final del archivo. (JFME) 

 

Entrevista a Juan José Pretel Parejo-Merino

Promoción de Notarios 2019 en Madrid en la sede del CGN, calle Silvano 55

 

«Quien más mérito personal tiene es el que es capaz de rehacerse de una convocatoria fallida y saca fuerzas para volver a intentarlo.» Juan José Pretel Parejo-Merino.

 

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