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LOS ACHAQUES DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA Y SUS POSIBLES REMEDIOS

(Conferencia para Jóvenes en la Universidad Francisco de Vitoria)

Joaquín Osuna Costa 

Joaquin Osuna Costa, Notario de Leganés (Madrid)

 y Agente de Cambio y Bolsa

  

 

Cuando desde esta casa, la Universidad Francisco de Vitoria, se me hizo el honor de encomendarme esta conferencia dirigida a vosotros, que el año que viene iniciaréis vuestros estudios universitarios, lo primero que me vino a la cabeza es lo que había cambiado el mundo desde que yo estaba en vuestra situación, porque os prometo que hubo una época en que todos los hoy viejos fuimos jóvenes.

 

Entonces, años 60 del siglo pasado, se empezaron a gestar una serie de cambios importantes en el mundo. En pequeño, fue otro Renacimiento, había líderes políticos de bastante más personalidad que los actuales, KENNEDY, KRUSCHEV, DE GAULLE, ADENAUER, MAO, en música estaban ELVIS, los BEATLES, los ROLLING STONES, BOB DYLAN y, también BERNSTEIN, VON KARAJAN, MARIA CALLAS, PAU CASALS, en pintura PICASSO, DALÍ, en filosofía, SARTRE, HEIDEGGER, MARCUSE, sin olvidar el movimiento hippy, el cine de HITCHCOK, FORD o BUÑUEL, MARYLIN, las obras de GARCÍA MÁRQUEZ,  BORGES o VARGAS LLOSA, la contestación estudiantil, la independencia de las colonias africanas y asiáticas, Vietnam, PELÉ, BECKENBAUER, LUIS SUAREZ, EUSEBIO, CHARLTON, BERNABEU, la minifalda, etc., etc. y se vivía un ambiente general de ilusión por el futuro y olvido y superación de las tragedias pasadas, sobre todo de la segunda guerra mundial.

 

En Europa empezó lo que hoy llamamos globalización, nacieron exitosos fenómenos de liberalización e impulso económico por ampliación de mercado, que no otra cosa fueron la OCDE, la CECA, el Tratado de Roma con la creación del Mercado Común Europeo de seis países y la EFTA, y, además, se vivió un proceso de consolidación y crecimiento de políticas sociales.

 

Mientras tanto, en EEUU, se iniciaba un nuevo auge económico desde que el Presidente KENNEDY, en una de las más felices frases de un político, dijera en su toma de posesión "No penséis qué puede vuestro país hacer por vosotros, pensad qué podéis vosotros hacer por vuestro país". Ese principio de impulso a la iniciativa personal llevó a la idea general de lo que se llamó "Nueva Frontera", supuso un cambio en las prioridades de la política económica de EEUU, que dio como fruto un espectacular crecimiento sostenido durante una década y una nueva consolidación del país como primera potencia mundial, liderazgo que, habiendo sido indudable tras la guerra mundial, a la sazón, tras la de Corea, se estaba poniendo en duda, porque, al fin y al cabo, ésa fue la primera guerra que Estados Unidos "no ganó".

 

Las voces que se escuchan ahora son completamente distintas, sobre todo en España. No sólo se os está diciendo que no penséis en lo que vuestro país va a hacer por vosotros, sino que se os dice claramente que no esperéis nada de él y, lo que es peor, que vuestro país tampoco espera nada de vosotros, que mejor emigráis, que sois la generación perdida.

 

Por favor, no hagáis caso, no sois la generación perdida, sois la generación soñada, nunca en la historia de España ha habido una juventud tan formada, solidaria y cosmopolita como vosotros y, por tanto, es evidente que nunca España vivirá tanta prosperidad como la que produciréis cuando estéis al mando del timón, así de fácil, así de lógico y así de evidente.

 

Pero tenéis que saber en qué terreno os toca jugar y de qué forma y por qué causas se ha llegado a esta situación. Para ello echemos atrás el reloj ¿cómo han sido la estructura y la política económica españolas tradicionalmente?

 

Resumiendo: bastante lamentables. No somos un país rico, no tenemos grandes recursos naturales y nunca hemos tenido demasiado brillantes políticos ni empresarios, el "que inventen ellos" de UNAMUNO nos retrata bastante, somos una mezcla de cainitas y chauvinistas muy difícil de explicar, nos encanta pelearnos entre nosotros, no sé si os dais cuenta que mi generación, y espero que la vuestra, son las dos primeras en 200 años que no han conocido una guerra civil, y, sin embargo, estamos convencidos de que "como aquí en ningún sitio". Por ejemplo, poneos en 1937, la guerra civil, Franco acaba de fracasar en la conquista de Madrid, queda empantanado en la Ciudad Universitaria y la Casa de Campo y se planea por el CTV italiano una maniobra de gran estilo, con todo lujo de medios, materiales y humanos para, desde Guadalajara, romper el frente, completar el cerco de Madrid y, posiblemente, acabar la guerra. Ya sabéis que fue una derrota total y humillante para los italianos y la mejor victoria de toda la guerra para las tropas de la República, pero no pasó nada, el Ejército Nacional no se desmoralizó, antes bien, estaban felices de ver que los españoles, sus enemigos, les habían dado una paliza a los italianos, sus aliados. O, como cuenta DIAZ PLAJA en un libro que os recomiendo, "El español y los 7 pecados capitales", estaba un día un limpiabotas español en Gibraltar limpiando los zapatos al Obispo anglicano y protestando a viva voz del Papa, ocasión que creyó oportuna el Prelado para hacer apostolado a favor de su Iglesia, a lo que el limpia respondió: "Mire, si no creo en mi Iglesia que es la única verdadera ¿cómo cree Ud. que voy a creer en la suya?".

 

Ese es nuestro país, desde siempre, seguimos siendo Quijotes y Sanchos por mitad.

 

Gracias a ese "factor humano" o, mejor, como consecuencia de él, España ha sido un país aislado, cerrado en sí mismo, que, tradicionalmente ha usado como instrumentos de política económica un arancel proteccionista y la devaluación de la moneda, con el objetivo de impedir el consumo interno de productos extranjeros, de mejor calidad que los nacionales, pero muy caros o inexistentes en nuestro mercado interior por culpa de esa política arancelaria, y exportar todo lo posible, apoyándose en criterio de precio que no de calidad. Puestos a exportar, exportábamos hasta el paro, la partida de remesas de emigrantes era fundamental para cuadrar las cuentas de nuestra balanza de pagos, porque esos emigrantes, de poca cualificación laboral, tenían como objetivo volver con los ahorros obtenidos a base de malvivir en los países europeos más desarrollados, fundamentalmente Francia, y Alemania y, en menor medida, Bélgica, Holanda y Suiza.

 

Esa, digamos, humilde autosuficiencia, se practicó también tradicionalmente en las relaciones internacionales, España no se subió a ninguno de los trenes de unificación y liberalización europeos, fundamentalmente por factores políticos, pero no sólo por ellos, los empresarios preferían vender en un mercado cautivo interior que arriesgarse a competir libremente en un mercado universal, nuestro sistema fiscal era bastante rudimentario, aunque suficiente en la captación de recursos, el volumen de Deuda Pública no era muy alto y se colocaba de forma encubiertamente forzosa en la Banca como coeficientes de inversión obligatoria, nuestro sistema financiero también era bastante primitivo y cerrado, no existía endeudamiento significativo, público ni privado, con el exterior. Teníamos cinco grandes bancos, Banesto, Central, Hispano Americano, Bilbao y Vizcaya, cuyos presidentes se reunían periódicamente para pactar las condiciones del crédito, sin sospechar siquiera que semejante práctica colusoria pudiera ser incorrecta, completaban el esquema dos bancos medianos, Santander y Popular, que, a veces, eran invitados a esos almuerzos de los cinco, unos cuantos Bancos pequeños de nula influencia y unas Cajas de Ahorro reducidas en su actividad a su zona geográfica y dirigidas a clientela particular de bajo nivel económico fundamentalmente. Y no nos considerábamos pobres, creedme, vivíamos lo que desde HORACIO conocemos como "aurea mediocritas"

 

Y, como dice la canción, "en eso llegó Fidel y se acabó la diversión", un "Fidel" revolucionario en forma de integración en la OTAN, en la Comunidad Económica Europea y, de forma absolutamente increíble, en el euro. Como si a un aldeano le hubieran vestido de repente con ropa de Armani, mejora de aspecto pero algo tiene que todos notamos que no es lo suyo.

 

España y sus empresas pasaron a ser sujetos activos de una economía globalizada, para bien y para mal, desaparecieron industrias como la textil, siderurgia y la minería cuyo único sostén era el proteccionismo y, por primera vez en la historia, nacieron multinacionales españolas, Telefónica, Inditex, los grandes Bancos, Repsol, Endesa, las grandes constructoras y a su vez, el Estado descubrió el maná del endeudamiento exterior.

 

Porque en el mundo, increíblemente, dentro de los países económicamente significativos, hay unos pocos, muy ricos, que, a pesar de su riqueza, se gastan más de lo que ganan, y otros, muy austeros, que son incapaces de invertir en ellos mismos todo lo que ahorran. Esos últimos, por ejemplo muchos de los asiáticos y los árabes productores de petróleo, se convierten así en una inagotable fuente de inversión que demanda títulos seguros, emitidos por grandes empresas o, fundamentalmente, por países solventes, viéndose acompañados en ese proceso por las Instituciones de Inversión Colectiva, que, gracias a la globalización del Sistema Financiero, pueden invertir en cualquier Mercado de cualquier país.

 

Desde que la libra esterlina tuvo que arrojar la toalla como moneda de reserva mundial a finales de los sesenta del siglo pasado, EEUU gozó del monopolio de ver su moneda convertida en la nominación universal de todas las reservas de los países y de la emisión de títulos de Deuda Pública mundialmente demandados y aceptados, tanto es así que puede afirmarse que la Deuda Pública americana ni se ha pagado en el pasado ni se pagará jamás, simplemente, a su vencimiento, se sustituye por otra, igualmente demandada. Curiosamente su inmenso volumen, lejos de ser un defecto, es una de las principales razones por la que es apreciada, es lo que se conoce como atomización, es decir, por grande que sea una cartera y/o unas órdenes de compra o venta, nunca influirán de forma decisiva en el precio, así, su comercio, constituye un mercado que, de puro grande, es absolutamente líquido.

 

Además la Deuda Pública de EEUU tiene un "primo de Zumosol" que la cuida, compra y vende, con facultades de crear ex novo los dólares que considere necesarios para ello: la Reserva Federal, máxima autoridad en política monetaria en EEUU, que utiliza las operaciones en el mercado abierto de Deuda como un instrumento para regular el crecimiento económico del país y el mismo tipo de cambio del dólar.

 

Ese dominio absoluto se vio atacado por la aparición en escena del euro, pero no es lo mismo, el euro no es el dólar europeo y, lamentablemente en mi opinión, nunca ha querido serlo. El euro nace como moneda única de varios países, que, por tanto, dejaron de ser soberanos en política monetaria, y que se comprometieron a llevar a cabo una armonizada y austera política fiscal que dotase de salud a la moneda común. Y se creó un Banco Central Europeo cuya misión era y es garantizar esa fortaleza y luchar contra la inflación.

 

Alemania padeció una increíble y catastrófica hiperinflación tras la primera guerra mundial que marcó a fuego el ADN de todos los alemanes para que nunca más volviera a repetirse, esa fue desde entonces la misión del Reichsbank primero y del Bundesbank después, y Alemania no cambió el criterio cuando se adoptó la unión monetaria, antes bien, al crearse el Banco Central Europeo, impuso que éste naciera con la misma misión respecto al euro que tenía el Bundesbank respecto al marco.

 

Así, mientras la Reserva Federal busca el crecimiento económico de EEUU y siempre sacrificará a eso el nivel de cambio del dólar, el BCE está obsesionado por el valor del euro y el nivel de inflación de la zona euro. La Deuda Pública americana es una, inmensa, ergo líquida, y controlada en sus precios por la FED, la Deuda Pública europea es variada, una por cada país, por tanto menos líquida, y carece de controlador por estatutos del BCE y, lo que es peor, por imposibilidad física.

 

Pongamos un símil: cualquier niño sabe lanzar al aire un montón de veces una pelota de tenis y recogerla al caer, ese niño es la FED, ahora imaginemos diecisiete pelotas, ya no puede jugar con ellas el niño, y si, además, tiene las manos atadas y sólo puede jugar con las pelotas desatándose y volviéndose a atar sin que nadie se de cuenta, necesitaríamos un malabarista profesional trufado de HOUDINI, obligar al BCE a ser un artista de circo tan completo parece demasiado fuerte.

 

Pero en los primeros momentos daba igual, como existían ilimitados fondos ociosos y como el euro pasó a ser moneda habitual en el comercio mundial de bienes y servicios, una parte muy importante de los recursos que se invertían en Deuda americana pasaron a invertirse en Deuda europea, Pública y privada, y aquello fue Jauja. El Estado español que casi nunca había asomado la nariz por los mercados internacionales, empezó a colocar ingentes sumas de Deuda a precio muy barato y los Bancos españoles lo mismo, volcando en el interior un auténtico cuerno de la abundancia de volumen crediticio que en gran parte financió y provocó la burbuja inmobiliaria, porque Juan Español, en cuanto tiene dinero, propio o prestado, se compra una casa y, si tiene más, se compra otra.

 

Así, el antes aldeano Estado español, faroleó como un pavo real, estábamos en la Champions League de la Economía mundial y nuestro Sistema Financiero era el mejor del mundo. Un país como el nuestro, a quien nunca nadie había prestado nada en su propia moneda, se deslumbró cuando vinieron de fuera a prestarnos todo lo que pedíamos y más, porque esa moneda nuestra era el euro. Creímos que por estar en el euro ya no había que molestarse en amortizar la Deuda Pública, bastaba con renovarla y/o incrementarla perpetuamente puesto que los Mercados nos querían tanto que siempre habría bofetadas por suscribir nuestras emisiones, al fin y al cabo eso pasa con la Deuda de Estados Unidos, luego la de la Eurozona debería ser igual. Y mira por donde eso no era verdad, habíamos olvidado que la pertenencia a un club no implica la igualación de sus socios, simplemente es un hecho que presume una amistad mayor o menor entre ellos, y el Club del Euro no era diferente. El euro es sólo el carnet de socio, que se da a todos, pero la solvencia no se adquiere por el hecho de ser miembro del club, hay que ganársela, de la misma forma que, por ejemplo, ser socio del Real Madrid no da derecho a jugar con el primer equipo.

 

Lo malo era que los únicos instrumentos de Política Económica que habíamos usado desde el siglo XIX, el Arancel exterior y el tipo de cambio de la moneda, ya no podían utilizarse y, por eso, cuando empezaron a venir mal dadas, nos dimos cuenta que éramos un ejército desarmado. Afortunadamente no fuimos nosotros solos, fue una epidemia que contagió a todos los países "pobres" de la zona euro, todos los tradicionalmente aficionados a devaluar y que ahora no podían.

 

Las magnitudes macroeconómicas de esas naciones empezaron a deteriorarse y, en consecuencia, empezó a abrirse una brecha cada vez mayor entre las rentabilidades exigidas a unos y otros países por parte de los Mercados para seguir tomando su Deuda Pública, la famosa "prima de riesgo".

 

Las Economías más débiles de la zona euro, como la nuestra, habían abusado del endeudamiento y, cuando los Mercados castigaron ese exceso, se vieron obligadas a incrementar cada vez más el interés de sus títulos, lo que suponía echar más leña al fuego del diferencial con la deuda emitida por los países ricos. A partir de ese momento el euro ha sido un ronzal que ha tirado de los pobres hasta el punto de la asfixia.

 

Y en eso estamos, tenemos un Sector Público sobredimensionado, incapaz de financiarse por ingresos ordinarios, que recurre a la emisión de Deuda cada vez más cara, lo que genera más Deuda, que será más gravosa y así sucesiva y dolorosamente… Y un Sistema Financiero, con una gran cantidad de activos que han resultado ser tóxicos y han devenido en mora cuando no en fallidos, que también depende de préstamos exteriores para mantener su nivel crediticio, que prefiere invertir en Deuda Pública a correr otros riesgos, y que, como consecuencia de todo ello, reduce su volumen ocasionando y/o favoreciendo la disminución o desaparición de la actividad económica de las empresas y del consumo de los particulares, con el corolario de incremento del paro que genera nueva mora y mayor reducción de los ingresos ordinarios del Estado, luego mayor déficit, etc., etc. No es un círculo vicioso, es una espiral diabólica que gira cada vez a mayor velocidad. Conclusión: la quiebra está a la vuelta de la esquina.

 

Tranquilos, no va a suceder, presumamos un mínimo de inteligencia a los gobernantes europeos. Aunque, lo dramático del asunto es pensar por qué esto no se atajó antes y por qué se deja pudrir tanto el proceso, fenómenos que hacen que cada vez sea más difícil confiar en esa presunción de inteligencia.

 

¿Alguien imaginaría que, cuando se recibiese una llamada de socorro en un cuartel de bomberos, se convocara una reunión de todos sus efectivos, incluso los que están en casa, total no hay prisa, para decidir cuánta agua echaban al camión? Pues eso es lo que está pasando con la Deuda de los países en dificultades, además aquí cada bombero, antes de ponerse el uniforme, llama desde su casa a los periodistas para decirles cuál es su opinión sobre los litros de agua, el número de coches y, sobre todo, sobre quien deberá pagar la gasolina de los camiones en el viaje, y sólo entonces se pone el casco y se va al cuartel, y desde allí, cuando han llegado todos, llaman al propietario de la casa en llamas y le dicen que a partir de ahora prohibido fumar y éste entonces convoca una rueda de prensa para decir que sí, que nunca más encenderá cerillas en casa y, luego, por fin, se deciden a poner en marcha el camión. Claro, al principio del incendio el bono griego estaba en el 7%, y ahora ronda el 25%. La verdad es que los dirigentes comunitarios son unos maravillosos pirómanos.

 

Pero no, ese proceso no es culpa de la ineficacia del sistema y/o de sus dirigentes, o por lo menos no sucede sólo por eso. La causa fundamental es que la situación actual, que tanto ahoga a los pobres, es altamente beneficiosa para los ricos. Ahora el Estado alemán y sus empresas obtienen mejor financiación que España, Italia y las suyas, con las que compiten libremente en el mismo mercado y con una misma moneda, Alemania puede colocar Deuda al 1% e invertir su importe en Deuda española al 7%. Llamar a eso prima de riesgo es un eufemismo, Eso se llama colonialismo.

 

Aquí vivimos en una situación cada día peor, pero hay quienes disfrutan del dicho de que "cuando peor, mejor", la crisis del euro ocasiona desconfianza, que es relativa en cuando a la suscripción de Deuda soberana, porque sólo afecta a unos países y no a otros, pero que es absoluta en cuanto a la depreciación de la moneda, la paridad euro/dólar que estaba cercana a 1,5 al inicio de la crisis, ronda ahora el 1,25 y eso que el dólar también hace todo lo posible para devaluarse.

 

En definitiva, la situación actual es perfecta para los países ricos de la Eurozona, fundamentalmente para Alemania, porque tiene unos tipos de interés inferiores a los que debería pagar por fundamentales, entre otras cosas porque su endeudamiento es el 90% de su PIB y, por ejemplo, el nuestro es inferior al 70%, y goza de una paridad de su divisa devaluada también respecto a los valores que debería alcanzar.

 

El euro se ha convertido en un yugo monetario, y el hecho de estar uncidos a él nos obliga a dar una serie de traspiés que no daríamos si caminásemos solos. Los países ricos no se cansan de protestar de los problemas que los desequilibrios fiscales de los pobres ocasionan en el sistema, pero no se oye una sola voz que recuerde que ese proceso también está permitiendo que esos países ricos obtengan financiación muy barata, sus bonos sean refugio de capitales, casi todo su comercio internacional se nomine en moneda propia, el euro, sin que todo ello les suponga una revaluación de su moneda que implique freno de exportaciones. La supuesta "vampirización" de los vagos del Sur hacia los trabajadores del Norte, permite que los del Norte hayan vendido sus productos, y que sigan vendiéndolos, a los del Sur y a los países que no pertenecen a la zona euro, a precios más baratos de los que tendrían si hubieran conservado sus monedas anteriores y, además, nominando casi todo su comercio internacional en moneda propia y no en divisas extranjeras.

 

Traducido al castellano: si Alemania no tuviera como moneda el euro, su Deuda Pública no se colocaría tan fácil porque el marco carecería de la liquidez que tienen éste y el dólar, pagaría una sobreprima por falta de atomización, falta de atomización que también se dejaría notar en su comercio internacional que, en su inmensa mayoría, no vendría nominado en marcos, y, sus exportaciones se encarecerían ya que, probablemente, la paridad del marco con el dólar sería 1/1 y no sesenta céntimos de dólar como ahora.

 

Es evidente que la coyuntura económica en Europa es muy difícil, pero no tendrá solución si los ricos del Norte no reconocen que alguna ventaja tiene para ellos las dificultades que atraviesan los pobres del Sur. Como se ha dicho muchas veces en el Titanic se hundieron también los de primera clase.

 

Convendría que los alemanes no olvidaran lo que dijo KEYNES al analizar las penalizaciones impuestas en el Tratado de Versalles[1]:

 

“Si lo que nos proponemos es que, por lo menos durante una generación, Alemania no pueda adquirir siquiera una mediana prosperidad; si creemos que todos nuestros recientes aliados son ángeles puros y todos nuestros recientes enemigos, alemanes, austríacos, húngaros y los demás son hijos del demonio; si deseamos que, año tras año, Alemania sea empobrecida y sus hijos se mueran de hambre y enfermen, y que esté rodeada de enemigos, entonces rechacemos todas las proposiciones generosas, y particularmente las que puedan ayudar a Alemania a recuperar una parte de su antigua prosperidad material.

(...).

Si tal modo de estimar a las naciones y las relaciones de unas con otras fuera adoptado por las democracias de la Europa occidental, entonces, ¡que el Cielo nos salve a todos! Si nosotros aspiramos deliberadamente al empobrecimiento de la Europa central, la venganza, no dudo en predecirlo, no tardará.”

 

Es decir, aplicándolo a estos momentos, si lo que proponen los países ricos de Europa es que, por lo menos durante una generación, los países pobres no podamos adquirir siquiera una mediana prosperidad; si creen que todos sus socios con problemas de déficit presupuestario somos hijos del demonio, y se rechazan todas las proposiciones generosas, y particularmente las que puedan ayudarnos a recuperar una parte de nuestra antigua prosperidad material, si los países ricos aspiran deliberadamente al empobrecimiento de la Europa del Sur, la venganza no tardará.

 

Porque esa venganza llegará como un boomerang, no deben olvidar los países ricos que su prosperidad depende en gran medida de sus exportaciones y ésas dependen de la renta de sus clientes. Cuando un país crece más que sus vecinos, ve crecer sus importaciones, que sí dependen de su nivel de renta, y decrecer relativamente sus exportaciones. Los países ricos no crecen si no lo hacen también los pobres, no sirve de nada fabricar unas maravillosas maquinarias si no tenemos clientes capaces de pagarlas.

 

Tenemos el ejemplo del PLAN MARSHALL que estaba basado en la financiación, muy generosa y a largo plazo, y funcionó porque los destinatarios de los préstamos pudieron devolverlos sin agobios con las rentas nacidas de las inversiones financiadas. No fue filantropía, fue pura Teoría Económica, si no hubiera existido, no sólo Europa no hubiera salido de sus ruinas, sino que, además y aunque eso no se diga casi nunca, Estados Unidos hubiera entrado en recesión, con unos excedentes de producción que nadie hubiera podido comprar, sus cifras de paro hubieran superado los niveles de los años 30 y, a lo peor, en Corea hubiera nacido la tercera guerra mundial.

 

Pero, claro, todo eso, por una parte, ya lo sabíais y, por otra, es un retrato tan triste de la situación que es casi una grosería recordarlo, sobre todo a gente tan joven e ilusionada con el futuro como vosotros. Como diría un castizo "esto es lo que hay" y fin de la conferencia, pero no, no quiero dejaros con tan mal sabor de boca, contar lo que sucede, sobre todo cuando son malas noticias, sólo debe ser el primer paso para tratar de explicar cómo mejorar la realidad.

 

Y a fe que es fácil, lo primero que debéis tener claro es que, diga lo que diga la ley de MURPHY, en la situación actual ya es imposible ir a peor, ya que es de suponer que los agentes económicos y los dirigentes políticos no tengan intención de suicidarse, por tanto "donde no hay pérdida, cercano está el beneficio". En el fondo, creedme, no estamos tan mal, vivimos una enfermedad en gran medida inventada o, por lo menos agravada por culpa de la excesiva rigidez alemana.

 

En efecto, veamos algunos datos[2]:

 

La Deuda Pública de Estados Unidos[3] supera el 100% de su PIB, que es de catorce billones y medio de dólares, alcanza la increíble (e inasumible) cifra de quince billones de dólares, que en euros serían doce billones y medio. Ese porcentaje de Deuda emitida nunca había sucedido desde la segunda guerra mundial, y aquella no se pagó, simplemente el crecimiento del PIB y la inflación la dejaron en el 10% de la Deuda viva. La deuda pública de EEUU igualó el PIB por tres años durante y después de la Segunda Guerra Mundial, mientras que para 1981 disminuyó hasta el 30% del PIB y luego volvió a subir durante la presidencia de RONALD REAGAN, y se duplicó en los posteriores 12 años.

 

 

Mientras tanto la cifra de deuda de Japón alcanza el escalofriante nivel de diez billones de euros, pero con un PIB que sólo es algo superior a cuatro billones de euros, es decir un 230% de endeudamiento.

 

Por tanto no hay nada demasiado escandaloso en las cifras europeas de Deuda. De hecho[4] las cifras, absolutas y relativas, no parecen ser demasiado amenazantes, Grecia, el alumno malo, tiene la mitad de endeudamiento relativo que Japón y sólo supone menos del 4% del total de la deuda de la Eurozona y entre las Economías avanzadas sólo las deudas públicas de Grecia, Islandia, Irlanda, Italia, Japón y Portugal sobrepasan los PIB nacionales.

 

PAIS

AÑO

DEUDA

% PIB

PIB

España

2011

734.961,00 €

68,50%

1.072.935,77 €

Alemania

2011

2.088.472,10 €

81,20%

2.572.009,98 €

Francia

2011

1.717.256,00 €

85,80%

2.001.463,87 €

Italia

2011

1.897.179,00 €

120,10%

1.579.666,11 €

Portugal

2011

184.290,90 €

107,80%

170.956,31 €

Austria

2011

217.398,70 €

72,20%

301.106,23 €

Bélgica

2011

361.735,30 €

98,00%

369.117,65 €

Chipre

2011

12.720,00 €

71,60%

17.765,36 €

Estonia

2011

965,20 €

6,00%

16.086,67 €

Finlandia

2011

93.030,00 €

48,60%

191.419,75 €

Grecia

2010

329.351,00 €

144,90%

227.295,38 €

Irlanda

2011

169.264,00 €

108,20%

156.436,23 €

Luxemburgo

2011

7.785,90 €

18,20%

42.779,67 €

Malta

2011

4.600,30 €

72,00%

6.389,31 €

Holanda

2011

392.506,00 €

65,20%

602.003,07 €

Eslovenia

2011

16.954,40 €

47,60%

35.618,49 €

Eslovaquia

2011

29.911,30 €

43,30%

69.079,21 €

 

 

 

 

 

TOTAL

 

8.258.381,10 €

87,56%

9.432.129,05 €

 

 

Y nosotros, respecto a Alemania, tampoco quedamos demasiado mal en ninguna magnitud, tenemos menos deuda, menos porcentaje respecto a nuestro PIB y menos deuda per cápita.

 

ALEMANIA

Millones €

% PIB

€ Per Capita

ESPAÑA

Millones €

% PIB

€ Per Capita

2011

2.088.472 €

81,20%

25.282 €

2011

734.961 €

68,50%

15.927 €

2010

2.061.795 €

83,20%

25.210 €

2010

641.802 €

61,00%

13.908 €

2009

1.760.753 €

73,50%

21.315 €

2009

561.319 €

53,30%

12.152 €

2008

1.644.138 €

66,30%

19.956 €

2008

433.611 €

39,80%

9.512 €

2007

1.578.814 €

64,90%

19.146 €

2007

380.661 €

36,10%

8.484 €

2006

1.571.667 €

67,60%

18.996 €

2006

389.507 €

39,60%

8.870 €

2005

1.524.394 €

68,00%

18.360 €

2005

391.083 €

43,00%

9.030 €

2004

1.453.783 €

65,80%

17.503 €

2004

388.701 €

46,20%

9.101 €

2003

1.383.543 €

63,90%

16.614 €

2003

381.591 €

48,70%

9.058 €

2002

1.295.279 €

60,40%

15.644 €

2002

383.170 €

52,50%

9.293 €

2001

1.243.113 €

58,80%

14.994 €

2001

377.806 €

55,50%

9.269 €

2000

1.232.224 €

59,70%

14.865 €

2000

373.506 €

59,30%

9.251 €

1999

1.225.272 €

60,90%

14.860 €

1999

361.556 €

62,30%

9.034 €

1998

1.185.449 €

60,30%

14.291 €

1998

345.953 €

64,10%

8.654 €

  

 

 

 

  

¿Qué ha de hacerse? Realmente las soluciones son muy sencillas, y sus efectos serán muy agradecidos. Basta con dar un poco de Photoshop a la imagen de la situación presente y, a la vez, y a ser posible sin que se note, hacer una moviola hacia atrás para ver en qué momento y por qué el país de Jauja que era la Eurozona se empezó a convertir en la pesadilla presente. Sólo así podremos corregir los males desde la raíz.

 

El maquillaje es fácil y puede hacerse rápido. Lo primero es convencer a la Sra. MERKEL de que en la situación actual ya no tiene nada más que ganar y sí mucho que perder, ha exprimido el limón hasta el final, han caído países pequeños, Grecia, Portugal, Irlanda, es decir un porcentaje muy pequeño dentro del euro y aún así, ese pequeño porcentaje ha supuesto un gran cataclismo. Si cayéramos nosotros arrastraríamos a Italia, o viceversa, y, en ese caso, sería muy difícil que Francia no cayera también. Entonces ya no habría solución, desaparecería el euro, suspenderíamos pagos todos, nos empobreceríamos de repente, atrasándonos de golpe 50 años, Con el euro desaparecería para siempre el proceso de Unidad europea, haciéndose verdad la frase de que "en el mundo futuro los americanos inventarán, los asiáticos fabricarán y los dos vendrán de vacaciones a Europa".

 

Y, para nosotros, ni tan mal, volveríamos 50 años atrás, nos situaríamos de nuevo en los 60, que, creedme, fueron muy divertidos, exportaríamos a mansalva con un dólar y un marco equivalentes a 200 pesetas, y venderíamos en un plis-plas con todos los inmuebles que ahora nos asfixian a extranjeros en pesetas a esos cambios. Ahora bien, las vacaciones, en Benidorm, lo de salir al extranjero sería absolutamente prohibitivo y los coches con gasógeno, que era un invento español cuya patente igual vuelve a tener valor.

 

Por tanto ya basta de aguantar regañinas y discutir si es o no culpa nuestra la situación, hay que ser conscientes de que, en otra frase castiza, "esto son lentejas", y que si, a más tardar en octubre, seguimos así, mejor nos vamos y "muera Sansón con los filisteos", porque, francamente, no nos queda otra.

 

Así, cuando hagamos que MERKEL tenga dolor de contrición o de atrición es decir, que Alemania esté convencida, o suficientemente asustada, que lo mismo da, la zona euro emitirá unos únicos títulos de Deuda, los Eurobonos, y el Banco Central Europeo asumirá respecto a ellos las mismas facultades e intenciones que la FED respecto a la Deuda de EEUU o el Banco de Inglaterra respecto a la Deuda británica. Y, a continuación, canjeará o consolidará toda la Deuda emitida hasta ahora por nuevos títulos, negociando con cada país los tipos de canje o, probablemente, imponiéndoselos. Se acabó el malabarista con 17 pelotas.

 

Porque el coste para Alemania es insignificante para los beneficios que le puede reportar. Desde el momento en que el BCE sea cuidador oficial de los títulos de Deuda, actuando libérrimamente en mercado abierto, se acabó cualquier especulación contra ellos, la actual jaula de grillos se convertirá en una balsa de aceite. Y puede que ni siquiera necesite actuar, como el abusón que exhibe el garrote y sólo con eso intimida, porque ¿quién tiene más dinero que el que lo fabrica? Lo normal es que un BCE con facultades para comprar y vender Eurobonos a su libre albedrío, opere en 2013 en muchísimo menos volumen que el alcanzado en este año de tapadillo y a mayor gloria y beneficio de los especuladores, que tanto se han enriquecido aprovechando la ineficacia del actual sistema.

 

Alemania pagaría más cara su Deuda, evidente, pero tampoco mucho más y a cambio seguiría en una Eurozona con sus clientes cautivos dentro. Algo de razón debemos tener porque Alemania, que no hace sino protestar por el comportamiento de los países “malos”, ni una sola vez amenaza con irse. No lo entiendo, si tan a disgusto está, si tan expoliada se siente por los incompetentes países del Sur, ahí tiene la puerta, que diga adiós arriesgándose a quedarse sola, sería el primer caso de metrópoli que pide la independencia de sus colonias. Por eso es incomprensible, a mi juicio, el complejo de inferioridad que parece dominar a todos los países de la Eurozona cuando hablan con Alemania.

 

La senda de crecimiento basada en austeridad presupuestaria, control de inflación y fortalecimiento de la moneda, iniciada por el nazismo, conviene no olvidarlo, ha sido la clave del éxito económico alemán, pero sólo Alemania ha seguido esa vía, no es el mismo camino que han seguido Estados Unidos, ni el Reino Unido, ni Japón, ni Francia, ni Italia, ni China, etc., etc. Por tanto es evidente que no es la única ruta para llegar a la prosperidad y no se entiende ese dogmatismo y aparente superioridad moral que parece adornar como un aura a los dirigentes alemanes cuando pontifican, riñen a sus socios y les imponen sus criterios.

 

Se nos habla constantemente de que la Eurozona es la reunión de una serie de países muy buenos con otros que han resultado ser unos golfos que viven del trabajo de aquéllos. Cambiemos la perspectiva, la Eurozona no es más que una unión aduanera y monetaria, con libre circulación de mercancías en su interior y por tanto con una feroz competencia y que, ahora, permite que unos países y sus empresas obtengan una financiación mucho más barata que la de sus rivales, que quedan indefensos ante el incremento de costos que les supone esa financiación más cara, y a los que, si protestan, se les dice que lo tienen bien merecido por vagos, es una penitencia sin absolución previa, y eso, ciertamente, no compensa.

 

Por tanto “EUROBONOS YA”, inmediatamente, antes de este otoño, no podemos seguir mucho más.

 

Pero no olvidemos que eso sólo es Photoshop, maquillaje para ocultar las grietas de la Unión Europea, o, si queréis, medicina paliativa para quitar la fiebre y el dolor a un enfermo gravísimo haciendo que mejore transitoriamente, si no su salud, sí por lo menos su calidad de vida, pero a largo plazo hay que curarlo, no enterrarlo.

 

Es evidente que el invento de una moneda única con diecisiete políticas fiscales diferentes ha sido un fracaso clamoroso, pero la única solución que parece apuntarse, el sometimiento de todos a la política fiscal de uno, dejando inermes a los demás países para combatir la crisis, sería un segundo error, mayor aún que el primero.

 

Cedimos voluntaria y pactadamente la soberanía monetaria, ahora estamos perdiendo, a cencerros tapados, la soberanía presupuestaria. Lo peor no es la pérdida de soberanía, que es inevitable en el proceso de Unión Europea si queremos que triunfe, lo malo es que esa pérdida se produzca clandestinamente. Refundemos la Unión, hagamos del Parlamento Europeo el depositario de la voluntad popular, así, de paso, servirá para algo y compensará su inmenso coste. Sólo así podremos aceptar las medidas fiscales que sean convenientes, por lo menos, nos gusten o no, sabremos que han sido adoptadas por representantes legítimamente elegidos por nosotros y no impuestas por los de otros países, socios y, no lo olvidemos, competidores en un mismo mercado.

 

Bueno, ya hemos adelantado mucho, hemos maquillado al enfermo y le hemos pautado un régimen de rehabilitación: un nuevo tratado de la Unión Europea con cesión de soberanía fiscal a favor del Parlamento europeo. Ese tratamiento será muy largo y difícil, como todo tratamiento experimental. Obligará al cambio de las Constituciones de todos los países que decidan emprender ese revolucionario camino lo que, probablemente implicará la salida de la Unión del Reino Unido y de algún país nórdico, que siempre estuvieron más a gusto en la EFTA de lo que han estado en la CEE.

 

Lo básico sin embargo es sacar consecuencias de la moviola, cambiar la vida al enfermo para evitar que se vuelva a contagiar del mismo mal, que goce de salud aceptable durante el largo proceso de reformas estructurales. Como decíamos antes, vamos a rebobinar para ver en qué momento metimos la pata y empezamos a salir de Jauja para entrar en la penuria actual, sólo así aprenderemos a no volver a equivocarnos para no comprometer, o definitivamente abortar, el proceso de armonización y unión fiscal y monetaria.

 

Cada país repasará mentalmente su propia historia reciente. La nuestra es sencilla, nos salimos de la vía cuando empezamos a vivir por encima de nuestras posibilidades y, ahora, lo que hay que hacer es medir exactamente cuales son esas posibilidades, cuál es realmente el PIB español, cosa fácil de evaluar y sobre ese PIB establecer el máximo nivel impositivo y calcular el porcentaje máximo de Deuda Pública soportable (de hecho si hablamos de Eurobonos ese porcentaje nos lo impondrán) y no salirse un euro de ahí, y, por eficacia y ejemplaridad, empezar a cortar por el Sector Público.

 

Hemos tardado demasiado en darnos cuenta de que lo fundamental no era tanto nuestro nivel de endeudamiento como los datos básicos de nuestra Economía, lo que se conoce como “fundamentales”, principalmente el nivel de paro y el Déficit Público, indicador muy significativo del peso relativo del Sector Público/Político en la Economía de un país. El índice de desempleo porque es el mejor síntoma de la creación de riqueza y de la consiguiente generación o no de recursos para poder atender precisamente la Deuda emitida, y el Déficit por lo mismo ya que el Sector Público sólo consume recursos, el privado es quien debe suministrarlos, porque es el único que genera empleo productivo.

 

Y ahí es donde fallamos, tanto en nuestro nivel de paro como en el peso de nuestro Sector Público/Político. Así frente a nuestros datos de endeudamiento que, como hemos visto anteriormente, son mejores que los alemanes, vemos ahora que Alemania tiene un paro del 5,6%, mientras nosotros nos movemos cerca del 25%, y el Déficit Público alemán es del 1%, mientras el nuestro es del 9%. Eso hace que nuestro problema radique no tanto en nuestro nivel de endeudamiento, que aún no es excesivo, sino en el hecho de que no parece tener visos de poder ser reducido a corto plazo por inyección de recursos fiscales ordinarios, sino sólo mediante una reducción del Gasto Público tan descomunal que, de lograrse, podría perjudicar el propio crecimiento, es decir, otro círculo vicioso.

 

La mejor de las vías de reducción del Gasto Público en España sería la que se encaminara a recortar gastos Político-Estructurales. Se dice, (no hay forma de comprobarlo o por lo menos yo no he encontrado una estadística fiable), que en España hay 450.000 políticos profesionales, es decir el triple que médicos y más de cuatro veces los que hay en Alemania con más habitantes. Hace falta un gran ERE de políticos: Supresión del Senado, concentración de Ayuntamientos, disminución del número de liberados sindicales, reducción de número de concejales y de diputados en los parlamentos, supresión de empresas públicas, y contarlo, sobre todo contarlo, publicar mensualmente los objetivos logrados en ese camino. Quizás desde el punto de vista cuantitativo eso sea el chocolate del loro, pero desde criterios de ejemplaridad es básico si se quiere exigir sacrificios a los ciudadanos.

 

Además eso tendría un gran valor añadido: si quitásemos políticos con nómina, probablemente dejaríamos de escuchar solemnes tonterías que como dogma repiten muchos de ellos, por ejemplo la de que "el objetivo de la política económica ha de ser mantener el estado de bienestar y las conquistas sociales", cuando eso, primero, no lo quiere eliminar nadie, y, segundo, no es un objetivo, es una consecuencia de hacer bien las cosas, un valor residual de una economía sana que, indefectiblemente, se perderá en una economía enferma. Yo no conozco a ningún empresario que tenga como objetivo el reparto de dividendos, el objetivo de cualquier sujeto económico es el beneficio, luego ya veremos cómo se reparte y entre quienes, pero si deja de haber beneficio desaparece el dividendo, así de fácil y así de lógico.

 

A la vez que se recortan gastos, debería el Gobierno impulsar el crecimiento y, para ello, habría de estudiarse y redefinirse la Estructura Económica de España para invertir en o ayudar a los sectores que más valor añadido y empleo generen por causa de esa inversión o gracias a esa ayuda. Es decir, fomentar aquello en lo que somos buenos: todo el sector Servicios y, principalmente, el turismo, rentabilizar la agricultura y sus industrias derivadas de alimentación, favorecer a autónomos y PYMES, que son quienes crean empleo en España, y, fundamentalmente, arreglar el desaguisado del que fue mejor Sistema Financiero del mundo para que de nuevo pueda fluir el crédito en la Economía, que es el combustible sin el que se para cualquier motor, utilizando para ello el margen de endeudamiento respecto a nuestro PIB que aún nos queda.

 

Usémoslo para de una forma u otra enterrar, como diría mi doblemente tocayo JOAQUÍN COSTA, bajo las siete llaves del sepulcro del Cid, el caos inmobiliario. Dentro de unos años es seguro que valdrá más que ahora. Hagámonos la idea de que en un mismo sarcófago enterramos los inmuebles y su valor en metálico y vayamos abriendo poco a poco, cuando les podamos dar salida, soltando el inmueble y recuperando aquel dinero. ¿Acaso no hace mucha ilusión cuando te encuentras un billete en el bolsillo de una chaqueta que hace mucho que no te ponías?

 

¿Cómo hacerlo? Muy sencillo, creando el o los “bancos malos”, a los que se adjudicarán los activos tóxicos provisionados al 100% y financiando esa provisión con el actual préstamo de 100.000 millones. El negocio puede y debe ser redondo si el préstamo no tiene condiciones excesivamente gravosas porque en el pasado, siempre, todos los inmuebles, en un período largo, se han revalorizado en tasas de más del 6% anual, luego es presumible que la revalorización de los activos tóxicos supere el coste de su financiación si ésta se mantiene en niveles del 3%, mal haría el prestamista en cargar más intereses, ahogar al moroso sólo conduce a perder el total de la deuda. El secreto del éxito en el mercado inmobiliario está precisamente en el coste financiero. La experiencia indica que a medio y largo plazo toda inversión inmobiliaria sube de valor, por tanto, si consiguiésemos financiación barata y a largo plazo para poder atrancar esos siete cerrojos, el tiempo curaría la enfermedad. Veamos algunos ejemplos:

 

El primero es muy conocido, tanto que quizás sea una leyenda urbana: la isla de Manhattan fue vendida por los indios Lenape a los holandeses en 1626 a cambio de mercancías que tendrían hoy un valor de unos 70 dólares ó 60 euros. Como Manhattan mide en números redondos 60 km2, da un valor de un euro por kilómetro cuadrado. Hoy, desde luego, vale infinitamente más, pero ¿timaron los holandeses a los indios?

 

Pues parece que no, en primer lugar porque en realidad los indios no vivían allí, provenían de lo que hoy llamamos Long Island y aprovecharon la presencia de los holandeses para desplazarse a la isla y hacer negocios, pero no tenían derechos de ningún tipo sobre ella, ya que nunca habían vivido en Manhattan[5].

 

En segundo lugar, según el tipo de interés que apliquemos, la capitalización de esos 60 euros durante los 386 años transcurridos puede alcanzar cifras fabulosas, es decir los indios habrían sido  engañados o no en función de la rentabilidad que presumamos a la suma percibida por ellos, tal como se ve en el cuadro adjunto en el que obtenemos el valor actual, tras 386 años, de 60 € a distintos tipos de interés y el valor equivalente de cada unos de los sesenta millones de metros de Manhattan. Probablemente la rentabilidad obtenida por los propietarios de suelo estaría entre el 6% y el 7%.

 

 

Tipo de interés

Capitalización de 60 € desde 1626

Valor equivalente m2 Manhattan

1%

 2.794

 < 1 €

2%

 125.261

 < 1 €

3%

 5.411.529

 < 1 €

4%

 225.434.417

 4  €

5%

 9.061.929.756

 151 €

6%

 351.734.722.118

 5.862 €

7%

 13.191.355.875.810

 219.856 €

8%

 478.322.563.929.523

 7.972.043 €

9%

 16.779.516.999.997.200

 279.658.617 €

10%

 569.806.922.950.819.000

 9.496.782.049 €

 

El segundo ejemplo nos es más cercano: el nacimiento del Barrio de Salamanca de Madrid[6], que, a pesar de la crisis, sigue valiendo un buen pico hoy en día, pero cuya construcción a partir de 1863 supuso la quiebra de su impulsor, JOSÉ DE SALAMANCA Y MAYOL, Marqués de Salamanca, financiero, especulador, filántropo para unos y estafador para otros, Ministro de Hacienda, mujeriego, varias veces exiliado, un personaje mítico con infinidad de anécdotas y/o leyendas, por ejemplo la que dice que promovió un golpe de Estado deliberadamente fallido para ganar dinero en Bolsa con ese fracaso.

 

Fundó el Banco de Isabel II, que contó incluso con el privilegio de emisión de moneda. Digamos que el Marqués fue "EL POCERO" del siglo XIX, su sueño era demasiado grande para el Madrid de entonces, como anécdota, estaba tan lejos la calle Serrano de la Puerta del Sol que, para vender las casas, el Marqués debió sufragar una línea de tranvías de fabricación inglesa, tirados por caballos[7], con cocheras y cuadras en la calle Maldonado.

 

El fracaso de la venta de los inmuebles arrastró a la quiebra al Marqués y arruinó al Banco, que se tuvo que fusionar con el de San Fernando, pero no se midieron bien las consecuencias de esa fusión desesperada y el banco resultante quedó tan enfermo que tuvo que hacerse cargo del mismo el Estado y le cambió el nombre, así, desde entonces y hasta ahora, se llama Banco de España. O sea, lo de Bankia tampoco es muy nuevo.

 

  

Debido a la quiebra del Marqués, el barrio de Salamanca pasó a ser propiedad de la Sociedad Española de Crédito Comercial, su palacio, actual sede del BBVA, fue embargado por los acreedores con su mobiliario y decoración, entre la que se encontraban unos cuadros de un pintor fallecido cuarenta y pocos años antes, que empezaba a revalorizarse, un tal GOYA. Las casas y chalets llegaron a rifarse literalmente en combinación con los sorteos de la Lotería Nacional, como vemos en los anuncios adjuntos:

  

 

 

Juguemos con esas cifras: se estima por el tasador citado en el boleto el valor de las cinco casas de la calle de Serrano en 1870 en seis millones de reales, o sea un millón y medio de pesetas, o, lo que es lo mismo nueve mil y pico euros, exactamente 9.015,18 €.

 

Desde 1870 a hoy han pasado 142 años. Si se hubieran invertido esos seis millones de reales de vellón ahora tendríamos:

 

Rentabilidad anual

Valor actual de 6.000.000 RV

1%

 37.034,76 €

2%

 150.037,17 €

3%

 599.598,29 €

4%

 2.364.333,08 €

5%

 9.201.421,93 €

6%

 35.351.459,25 €

7%

 134.113.009,79 €

8%

 502.513.527,12 €

9%

 1.860.103.823,26 €

10%

 6.803.552.968,58 €

 

El valor de esos edificios hoy sería como mínimo de 50.000.000 €, parece que la cifra mágica entre el 6% y el 7% no sólo era válida para Manhattan.

 

O sea, soluciones hay, si le echamos imaginación, porque el problema inmobiliario se resuelve él solo si le echamos tiempo y dinero barato.

 

Bien, ya veis, tampoco pasa nada ni tan grave ni tan original en nuestra Economía, saldremos de ésta como hemos salido de todas las crisis anteriores, falta por ver a ver si esta vez aprendemos de nuestros defectos y modificamos nuestra estructura para no repetir otra vez nuestros errores.

 

Y así, si queremos salir de problemas para siempre, impulsemos la educación, invirtamos en Universidades y en I+D+I, y, para empezar, consigamos que no os vayáis, porque os necesitamos y, si os vais, no volveréis, porque no sois los peones sin cualificar que fueron a Alemania en los 60 del pasado siglo, sino lo mejor que ha salido de nuestro Sistema Educativo, y quien os dé trabajo fuera agradecerá mucho que España esté gobernada por imbéciles capaces de financiar la educación de un buen profesional y luego no ofrecerle empleo ni futuro.

 

Pero ya veis que vivir en España no tiene nada de fácil, no os desmoralicéis en las dificultades. Cuando entréis en la vida laboral, para lo que os faltan aún como mínimo cinco o seis años, esta crisis será historia, pero os prometo que a lo largo de vuestra vida soportaréis unas cuantas más, tened presente, entonces y siempre, lo que se dice que dijo EINSTEIN[8]:

 

"No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis cuando nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’.

 

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.

 

En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla".

 

Seguid esos consejos, en las dificultades no os rindáis, luchad,  actuad, no adoptéis una actitud pasiva porque ni todos los problemas se resuelven sólo con el paso del tiempo, aunque algunos sí, ni esas soluciones suelen ser las mejores. Y no temáis cometer errores, recordad que hasta los más listos se equivocan, como RUBÉN DARÍO cuando dijo: "Soñar es un mal. Si te empeñas en soñar, te empeñas en aventar la llama de tu vida”[9]. Vosotros soñad, soñad siempre con un futuro mejor y sed conscientes de que, sólo con eso, ya ayudáis a conseguirlo.

 

Gracias por vuestra atención:

 

 



 

[1] J.M. Keynes "Consecuencias económicas de la paz". Londres 1919

[7] http://www.espormadrid.es/2011/06/140-aniversario-del-primer-tranvia.html

Reseña publicada por el diario El Imparcial el 1 de Junio de 1871:

“Ayer se ha verificado la inauguración del tranvía de Madrid. Esta línea, que parte del extremo del barrio de Salamanca para ir hasta el barrio de Argüelles, se inauguró ayer en toda la parte terminada, desde la Puerta del Sol hasta lo último del barrio de Salamanca. En la Puerta del Sol esperaban a los convidados a las once y media seis preciosos y cómodos coches, tirados por tres caballos, que condujeron a los convidados hasta el punto antes indicado. Allí se sirvió un espléndido almuerzo, servido por el fondista Lhardy, y al que han asistido cerca de 200 personas. Entre éstas figuraban muchos hombres importantes del comercio, la industria y la ciencia, representantes de la prensa, políticos eminentes, extranjeros interesados en empresas industriales planteadas en España y comisiones de las corporaciones populares. (.)

La mesa formaba una extensa herradura y estaba con mucho gusto adornada y colocada en el espacioso local que ha de servir de depósito de carruajes. Las paredes de éste estaban tapizadas con los colores nacionales y adornadas con guirnaldas, escudos de armas y banderas españolas e inglesas.

 [8] Casi un trending topic en Internet, por ejemplo en http://www.fayerwayer.com/2009/03/la-crisis-segun-einstein/

[9] PASA Y OLVIDA

 Peregrino que vas buscando en vano

un camino mejor que tu camino,

¿cómo quieres que yo te dé la mano,

si mi signo es tu signo, Peregrino?

No llegarás jamás a tu destino;

llevas la muerte en ti como el gusano

que te roe lo que tienes de humano...

¡lo que tienes de humano y de divino!

Sigue tranquilamente, ¡oh, caminante!

Todavía te queda muy distante

ese país incógnito que sueñas...

Y soñar es un mal. Pasa y olvida,

pues si te empeñas en soñar, te empeñas

en aventar la llama de tu vida.

 

                                        Rubén Darío

 

 

JOAQUIN OSUNA COSTA

Agente de Cambio y Bolsa

Notario

Julio de 2012

 

QUI PRODEST? EL COLCHONERO A GRANDES MALES GRANDES REMEDIOS OPINIONES EN EL FORO

SECCIÓN OPINIÓN

DE GAULLE O PETAIN FUERA COMPLEJOS LA DEUDA POTEMKIN

 

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