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  1. ACME

    Hasta siempre Forges… Durante muchos años has conseguido arrancarme, cada día, cada mañana, no una carcajada, pero sí una sonrisa, una mueca de agrado ante tu humor tan inteligente…
    Te empecé a leer en «El Jueves», en mis años de instituto… y descubrí tu profundidad en la Univeridad, donde todo el mundo te leía!
    Siempre recoradré que en mi examen final de Derecho Administrativo, con el profesor Entrena Cuesta, yo había seleccionado diez o quince viñetas, con chistes relacionados con el temario… los fotocopié y recorté, y pensé en que al entregar mi examen, remetería esos folios fotocopiados, y entremedio de otros exámenes, para que en la corrección tuviera un respiro… Al terminar el examen, saqué sigilosamente de mi cartera los folios con los chistes fotocopiados, y los puse entre medio del montón… Pero el profesor Entrena y su ayudante (al que tenía mucho cariño) me «pillaron» con la maniobra y creyeron que estaba haciendo un «cambiazo» del examen o algo irregular por el estilo… Se quedaron atónitos, porqué me conocían y no les cuadraba que yo estuviera intentando engañarles… Me preguntaron severamente ¿Qué ha hecho? ¿Ha cambiado su examen?? Yo me puse a temblar y a tartamudear… Balbuceé que no, que mi examen era el 1º de la pila… lo volví a coger y se lo enseñé… y les dije que lo que había puesto entre medio era una selección y montaje de chistes de Forges (de toda la colección entera que tenía el gran José Luis Mezquita el Cacho en su casa) para que echaran alguna sonrisa durante la corrección… pero que lo había puesto enmedio para que fuera anónimo y no quedara yo como un «pelota» o para influir en mi nota (era la verdad!)… Entonces rebuscaron entre los demás exámenes… aparecieron las fotocopias, las vieron, sonrieron… las volvieron a entremeter aleatoriamente, y ya más relajados, al ver que todo había sido una pequeña broma, me dieron las gracias por la idea… Y aprobé administrativo (y que conste que lo hubiera aprobado igualmente sin los chistes!) .

    Y así Forges ha sido siempre un acompañante de mi vida cotidiana (durante la opisición siempre me sentí como uno de sus náufragos en una isla desierta, sin otra cosa que hacer que memorizarme el Código Civil!).

    Gracias Forges, siempre estarás con nosotros!

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