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Eduardo Llagaria Vidal fallece repentinamente

EDUARDO LLAGARIA NOS HA DEJADO

Eduardo Llagaria Vidal

Eduardo Llagaria Vidal. Notario jubilado y (siempre) preparador de opositores

Ayer, miércoles 10 de abril de 2024 (San Miguel de los Santos, como él diría… a menudo «bautizaba» las Leyes con el nombre del Santo/a del día de su promulgación)  recibimos conmocionados todos los que conocíamos a Eduardo Llagaria Vidal (ELLV) la noticia de su fallecimiento, repentino e inesperado, a los 80 años de edad.

Dedicó su vida a su profesión y a su familia, y entre ella incluía a todos los opositores a notarías, a los que altruistamente ha ido preparando, y hasta el último minuto de su vida… Aprobados o no (no tenemos la cuenta) son, sin exagerar, cientos los opositores los que hemos pasado por sus manos y participado de su enorme sabiduría y su gran corazón, ¡ambos inagotables!

Nació en Xerta (Tarragona) el 20 de enero de 1944, hijo de notario. Aprobó, entre los 5 primeros, las oposiciones de Madrid de 1973 y su primer destino fue en Iznájar (Córdoba), ya en 1974 concursó a Tremp (Lleida) donde fue notario en la misma notaría en que lo fue su padre. Luego, en 1977, tras unas oposiciones restringidas entre notarios, ingresó en Oliva (Valencia), hasta que en 1985 se trasladó a Alicante y, al año siguiente y hasta su jubilación en 2014, ejerció su función notarial en Valencia, en el mítico despacho de la calle Trànsits nº 2. Esa calle y ese despacho dieron nombre a una revista/cuaderno para opositores que él mismo editaba y distribuía,  también dieron nombre a varios foros que dirigió y editó y en los que proponía casos, resolvía dudas, publicaba temas o resúmenes y ayudaba a preparar y resolver dictámenes, y dieron un nombre a muchos opositores que recorríamos esa calle en dirección a su despacho: «transidos».

El 24 de junio de 1998 le fue, justa y merecidamente, concedida la Cruz Distinguida de Primera Clase de San Raimundo de Peñafort.

Nunca, incluso tras su jubilación, dejó de preparar y atender altruistamente a opositores, su gran devoción; incluso fue Presidente del Tribunal de las oposiciones a notarías celebradas en 2012 en Valencia.

También fue un gran colaborador, desde los inicios de esta web, en el antiguo FORO de oposiciones, donde con sus siglas ELLV, siempre animó el debate respetuoso y aportó, como siempre, tan altruistamente, gran cantidad de material valioso para la preparación de las oposiciones.

Sus célebres dictámenes (y sus impagables y cotizadísimas correcciones) han sido fuente de aprendizaje de generaciones y generaciones de notarios, incluso llegó a editar un libro, con una primera entrega llamada «Dictámenes I» (ISBN 978-84-9086-413-5, ed. tirant Lo Blanc, 2015), y puede leerse su reseña en la web del C.G.N.

Igualmente merece destacarse la gran preocupación e interés que Eduardo tenía con los opositores que por una razón u otra no lograron superar su oposición. Para ellos siempre tuvo un pensamiento y una ayuda adicional. Os invitamos a comprobarlo en un artículo publicado originariamente en el periódico Las Provincias de Valencia, y que luego se publicaría en la revista «Notaría abierta».  Se titulaba la “Noche Triste” (como la de ayer), y os invitamos a LEERLO de nuevo.

El equipo de NyR desea dar la condolencia a toda su familia: especialmente a sus hijos Eduardo, Carolina, Itziar, Mónica y Alejandro.

Se nos ha informado que la capilla ardiente tendrá lugar hoy jueves desde las 17:00 h  y mañana viernes 12 de abril desde las 10:00 horas en el Tanatorio Municipal de Valencia .

Su figura seguirá viva entre nosotros, con el recuerdo de su generosidad sin límites (ni horarios…¡intempestivos!), su ácido sentido del humor, su inagotable saber jurídico, su sencillez y humildad, su cercanía y, sobre todo, sus «temillas» y sus dictámenes (y correcciones), que perduran y perdurarán como instrumento imprescindible de opositores… y preparadores.

Descanse en paz. (SNG y ACM, y todos los alumnos y compañeros que le echamos ya de menos).

. «Dictámenes I»  (ISBN 978-84-9086-413-5, ed. Tirant Lo Blanc, 2015)

. La “Noche Triste”    (Reflexiones sobre los opositores no aprobados)

 

C/ Transits 2, el mítico despacho notarial de Eduardo Llagaria donde corregíamos los dictámenes

C/ Transits 2, el mítico despacho notarial de Eduardo Llagaria donde corregíamos los dictámenes

Gracias Preparadores, Gracias Pablo de Torres.

¡GRACIAS PREPARADORES,

GRACIAS PABLO DE TORRES!

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   El objetivo de estas líneas no es hacer una alabanza generalizada de los preparadores de oposiciones, que sin duda la merecen, y de lo que se han ocupado otros compañeros a lo largo de los años. Ciertamente, tanto conforma y fortalece nuestro sistema de seguridad jurídica preventiva la labor serena, callada y personalizada de todos los notarios y registradores en sus oficinas, como la dedicación y sacrificio de esos preparadores que nos enseñan a aprobar los exámenes y, sobre todo, a pensar como juristas.

   Esto último es, seguramente, lo más difícil. El famoso dictamen donde poner en práctica lo aprendido a base de férrea disciplina. En la oposición a notarías ha habido grandes maestros de reconocido prestigio (aunque como dice Rodrigo Cortés, el prestigio, o es reconocido, o no es prestigio), como Juan Bolás, Miguel García Granero, Tomás Giménez Duart, Eduardo Llagaria, Ignacio Martínez-Gil, Honorio Romero, y un largo etcétera. Pero todos conocemos a otros más discretos, cuasi anónimos, que también han realizado una labor fundamental en nuestra formación como juristas y, por extensión, como personas.

   Uno de esos héroes discretos es Pablo de Torres Gómez-Pallete. La mayoría de nosotros lo conocimos en la Academia de preparación dirigida por el maestro Antonio Cumella, registrador de la propiedad y “padre adoptivo” de muchos notarios formados bajo su seno. Restando tiempo a su notaría de Roda de Barà y a su familia, Pablo se encargó de la preparación de nuestros dictámenes, transmitiéndonos lo que había aprendido en sus viajes a Zaragoza y Valencia, con sus admirados Honorio y Eduardo, y aportando su sentido común, su humanidad, su discreción (en la segunda acepción que ofrece el diccionario de la RAE: sensatez para formar juicio y tacto para hablar u obrar), su comprensión, y todo ello desde una humildad forjada a base de “tragar muchos sapos”, como le gustaba repetir. Y siempre con la referencia omnipresente de Sylvia, su mujer, a quien citaba durante las correcciones casi tanto como a Vallet, por su lucidez para descubrir y analizar los problemas jurídicos.

    Años más tarde, lejos de perder el norte, se dispuso a ganarlo para lo que se trasladó a Cantabria, donde ha seguido repartiendo su generosidad y su buen juicio, no sólo con los opositores (y sus parejas) sino asumiendo responsabilidades corporativas. Su huella es tan profunda como nuestro cariño y agradecimiento.

     Gracias, Pablo.

Firmado:

   Víctor J. Asensio Borrellas   

   Albert Capell Martínez

   Eva María Corbal San Adrián

   Antonio Cumella de Gaminde

   Ramón García-Torrent Carballo

   Patricia Del Río Fernández

   Montserrat Prieto Santos

   Patricia Ramírez López

   Paula Rojo Rodríguez

   César Sanz Pérez

   Laura Sanz Rubiralta

   Enrique Ventura Paradinas

 

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