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La próxima crisis: ¿también dirán que era imprevisible y de origen exterior?

 LA PRÓXIMA CRISIS ¿TAMBIÉN DIRÁN QUE ERA IMPREVISIBLE Y DE ORIGEN EXTERIOR, COMO LA ANTERIOR?

DANIEL IBORRA FORT, NOTARIO DE VILAFRANCA DEL PENEDÈS

 

“Es importante que los dirigentes públicos auxilien a las víctimas de las crisis pero es mejor para los ciudadanos que cuenten con gestores competentes que las eviten “

 

1.-Corrupción, incompetencia, inmadurez e irresponsabilidad:

El 19 de marzo de 2016 en Hay Derecho publiqué un artículo (Corrupción, incompetencia, inmadurez e irresponsabilidad) en el que denunciaba la falta de solvencia y seriedad de buena parte del sector informativo y de nuestros dirigentes políticos que, en contra del interés general, estaban ignorando los graves problemas sociales.

…:”Uno calibra el reto que supone para los gestores públicos y lo compara con el nivel de preparación y el comportamiento actual de muchos de nuestros políticos, ocupados en batallas partidistas y en problemas que sólo a ellos obsesionan y el tratamiento de buena parte de los medios que han acabado en especializarse en escándalos, temas triviales y de entretenimiento y, con total pasión, en el enjuiciamiento de personajes públicos y especialmente de políticos “enemigos”, vapuleados sin ningún tipo de prevención ni de garantía, en lugar de proporcionar una solvente información a sus clientes que les permita defenderse del inquietante futuro y empieza a temer que España tiene un problema de corrupción, que seguramente acabará resolviéndolo, pero hay además otros, de inmadurez, irresponsabilidad e incompetencia, que tardarán un poco más.

Lo curioso es que, si los “nuevos representantes” promovidos por la frivolidad de gran parte de nuestros medios, por su tan evidente ineptitud, nos llevaran a otra gran crisis serían estas empresas las primeras en saborear la ruina (como les pasó en la anterior). Todo ello si no son sustituidos o eliminados por los que promocionaron con tanta alegría, porque les mejoraban los índices de audiencia. Ahora bien, siempre podrán excusarse de cómo nos iban a avisar de tamaña desgracia si fueron incapaces de anticipar la suya.”.

 

2.-Sobre el futuro de España:

El 25 de octubre de 2017 en un artículo publicado en Notarios y Registradores, “Seguramente el futuro ya no está en nuestras manos”  hicimos la siguiente previsión

“La falta de adaptación de nuestro sistema autonómico… lo hemos considerado un error gravísimo.

El sobrecoste autonómico, origen de buena parte del endeudamiento público, nos ha llevado a una situación límite.

Si se produce una elevación general de tipos de interés o de nuestra prima de riesgo, el ajuste, entonces, ya no lo harán nuestros políticos que tienen que cuidar a su clientela, sino los prestamistas exteriores que tendrán otra preocupación mayor que la electoral.

La gran deuda (1.124.961m.en julio) especialmente provocada, en los últimos años por la puesta en marcha del mecanismo de liquidez autonómico y municipal, hace que tengamos una posición vulnerable.

El FMI y la Comisión nos avisan de que el control del gasto autonómico es ”crítico para que España logre cuadrar las cuentas públicas”.
El tipo de interés medio se ha podido reducir desde el 4,07% en 2011 al 2,59 en agosto pasado por los resultados positivos de nuestra economía que han provocado la confianza de los mercados financieros y la actuación del BCE.

Pero los datos del presupuesto de 2017 ponen los pelos de punta si se produjera un incremento importante del coste de la deuda: IRPF 78.027 m., Impuesto de Sociedades 24.399 m., IVA 67.463 m, intereses 32.171m.

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal fijó en más de 200.000 millones el importe empleado en los mecanismos de financiación para las Comunidades Autónomas en el período 2007 a 2015 (20 puntos de los 65 del PIB incrementados en el total de deuda, más otros 8 puntos por intereses = 86.501millones). En este mes de octubre se ha publicado que AIREF ha calculado que 200 puntos más de prima equivalen a 15.000 millones de euros.

El incremento de la inestabilidad política, o el cambio de la dirección económica a rutas menos rigurosas, seguramente intensificará la reconversión”.

 

Adaptación Mayo de 2018:

En abril nos viene la señal del cambio del marco general de la financiación por “la normalización de la política monetaria que constará de tres pasos, primero, el BCE dejará de imprimir dinero; en segundo lugar, pasará a retribuir los depósitos y, por último, subirá los tipos…” (La Vanguardia, 9 de abril de 2018 Lalo Agustina).

 Esto está recogido en nuestro presupuesto de 2018 que, después de destacar la reducción de la factura de intereses a 31.547 millones ya que el coste medio de la deuda ha descendido desde finales de 2017 del 2,55% al 2,51% a finales de febrero ya anticipa “una senda ascendente de los tipos de interés a medida que se normalice la política monetaria“.

Y será como la de todos si cumplimos los compromisos de reducción del déficit y de la deuda y se mantenga el crecimiento actual.

De ahí que, los nuevos proyectos políticos deberían garantizar estos fundamentos para que se pueda asegurar la financiación del sector público (y sus renovaciones) y no recaigan los costes sobre los ciudadanos. Porque si 200 puntos más de prima equivalen a 15.000 millones de euros, el recorte social será inevitable y profundo (ejm previsión subida funcionarios 3.477 millones y pensiones 2.200).

¿De todo ello está enterada la población? ¿Para qué sirven los medios si no nos informan sobre lo que nos interesa? Si se genera otra gran crisis ¿dirán que era imprevisible y de origen exterior en la que los gestores interiores no tuvieron ninguna culpa y los medios tampoco?

      El sobrecoste financiero de la desestabilización ¿recaerá únicamente, como siempre, en los empleados públicos, jubilados y resto de afectados y no en las empresas políticas y mediáticas que la provocaron? ¿No es ya un buen momento para exigir en los casos de negligencia, incompetencia grave y de incumplimiento fraudulento de compromisos sociales, un grado de responsabilidad semejante al que aplican a los ciudadanos?

 

3.- Corrupción e incompetencia:

Francesc de Carreras en un reciente artículo en EL PAIS “Mirarnos en el espejo”, el 23 de mayo de 2018, incluye esta opinión “Siempre he pensado que hace más daño un político inepto que un corrupto, aunque moralmente sea más condenable este último”.

Esta misma reflexión la hicimos en el tema de la gran crisis. Los dirigentes no supieron gestionarla, ni la vieron, creando una de las catástrofes económicas y sociales más grandes en España. Es posible que no se hubieran llevado dinero. Pero el daño que hicieron fue inmenso.

Provocado por “una gestión incompetente, potenciada por la falta de independencia y profesionalidad de una gran parte de sus medios de información y de instituciones de representación social y la apatía de buena parte de su población (“El desastre perfecto” Notarios y Registradores)

De ahí que el profesor Joaquim Muns dijera que “hemos tenido la mala suerte histórica de que la peor crisis en muchas décadas haya coincidido con la peor clase política en muchos años”.

Aunque, todo puede empeorar.

 

DANIEL IBORRA FORT

Vilafranca del Penedés, 29 de mayo de 2018

 

ENLACES:

El futuro ya no está en nuestras manos, seguramente

El desastre perfecto

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La próxima crisis: ¿también dirán que era imprevisible y de origen exterior?

Cala S´Alguer, al norte de Palamós (Girona)

 

España, un país de cuentos: el de “España nos roba” y otros más

Daniel Iborra Fort,

Notario de Vilafranca del Penedès

 

 “Hemos analizado datos de 56 países que incluían distintos sistemas políticos y distintos niveles de desarrollo económico. Hemos visto…que, allí donde mejor informados están los ciudadanos, mejor actúan los políticos y mejor va la economía” (A.Bonfiglioli y G. Gancia).

Uno de nuestros “proveedores de ideas de toda la vida”, Manuel Conthe, en un reciente artículo publicado en Expansión, el 1 de marzo pasado, “El dilema de Sánchez”, incluía dos afirmaciones que habían tenido una enorme difusión y lo peor, una gran influencia social, basados en fundamentos inexactos.

Una de ellas es la del mito de” los recortes salvajes” desentrañado por tres grandes economistas españoles, Ángel de la Fuente, Javier Andrés y Rafael Domenech en sus “Notas para una política fiscal en la salida de la crisis” (FEDEA).

“La historia reciente de las cuentas públicas españolas se parece muy poco a la que se suele contar si se analiza la evolución del gasto público desde 2.003, en nuestro análisis, en vez de “tremendos recortes que llegan ya hasta el hueso del Estado del Bienestar”, lo que vemos es más bien un extraordinario aumento del gasto hasta 2.009 que solo se ha revertido en parte desde entonces. Que, tras estos años difíciles, en los que la renta per cápita ha caído un 8’8%, el gasto público per cápita sea similar en términos reales al que teníamos en 2.007, significa que nuestros servicios públicos han contado con los medios para resistir la crisis mejor de lo que habitualmente se dice”

La otra es la del “expolio fiscal” de los 16.000 millones de euros de Cataluña por la Hacienda española, contestada por Josep Borrell y Joan Llorach en su libro “Las cuentas y los cuentos de la independencia”.” El pretendido expolio…nos sale entre 2.000 y 3.000 millones de euros. El conseller Mas-Colell, la persona más seria y reconocida internacionalmente, dice que la independencia aportaría a Cataluña un ligero excedente fiscal, que cifra entre 2.000 y 3.000 millones” (Borrell)

De todas maneras y en nuestra opinión, el tema de las balanzas fiscales ha estado absorbiendo una cantidad de energías y creando una serie de reacciones en nuestra sociedad absolutamente injustificadas, ya que derivan de un error mayúsculo.

Uno de los principios básicos para el buen funcionamiento de las democracias modernas es el de la solidaridad entre los ciudadanos en la financiación del Estado del bienestar.

La contribución social suele ser discriminatoria aportando más recursos los que generan más ingresos. Con ello se consigue fortalecer el clima social ya que, el mecanismo de distribución de renta, hace que el nivel de insatisfacción producido por el funcionamiento del mercado quede corregido.

En este momento, costaría encontrar a alguien y especialmente, entre los grupos que se llaman de izquierdas que estuviera en desacuerdo con este proceso, es más, para estos últimos es una reivindicación constante el que sea más progresiva la participación de los más ricos.

Y este principio de solidaridad se considera como uno de los hitos fundamentales de nuestra democracia, habiéndose materializado desde su inicio en una tarifa progresiva en nuestro impuesto sobre la renta de las personas físicas y luego se ha extendido a las autonomías. Y, gracias a que este principio está profundamente arraigado en la Unión Europea, nos hemos podido beneficiar del régimen de ayudas que hemos estado recibiendo desde nuestra incorporación

Una muestra de este espíritu de solidaridad, fue la aprobación por el BUNDESTAG, el 19 de julio de 2012, de la contribución alemana, con cerca de 30.000 millones de euros, a la recapitalización del sistema bancario español, por un importe total de 100.000 millones de euros. A pesar de estar en período de vacaciones, al pleno extraordinario asistieron 583 diputados de los 620 escaños, siendo aprobada por 473 votos a favor ya que se sumaron al grupo del gobierno, la oposición socialdemócrata y los verdes (con 97 votos en contra).

Asentado este principio, el sistema distributivo consiste en que los más pobres (ciudadanos, autonomías y países) de la Unión perciben de los más ricos una aportación para consolidar un clima de convivencia pacífica y satisfacción social, al asegurar la financiación de las prestaciones básicas de los ciudadanos.

Si los medios de información de cada país de la Unión Europea, estuvieran todo el día machacando a la población de que la culpa de sus dificultades y de las insuficiencias sociales era sólo responsabilidad de sus vecinos, los días de la institución estarían contados y los problemas futuros entre países no serían sólo de naturaleza política ni económica.

¿No fue una de las principales justificaciones del proceso de integración comunitario el evitar los dramáticos conflictos entre los países europeos?

Por lo tanto, son los pobres los que se benefician. El introducir a España como principal apropiante (ESPAÑA nos roba) en una de las versiones del proceso de solidaridad, la autonómica, es un error tan injustificable y absurdo que, si lo corregimos y ponemos los nombres de los auténticos beneficiarios, las autonomías con menor nivel de renta, se llevaría por delante la credibilidad no sólo de los que están insistiendo en esta falsificación sino también de todas las fuerzas políticas, sociales y sindicales que hicieron de la solidaridad una de sus principales banderas de progreso y que actualmente han desatendido y hasta despreciado su defensa.

¿Quién es capaz de denunciar que, a través del proceso de redistribución de renta, los pobres (ciudadanos, autonomías o países) roban a los ricos? ¿Será el principio de solidaridad universal otro de los excluidos de las organizaciones progresistas? ¿Es que ya no quedan partidos de izquierda en las autonomías?

De otro cuento, el de que España nunca había tenido tanta corrupción como ahora, nos ocupamos en un artículo anterior ¿Por qué cuando había tanta corrupción en España, la gente no lo percibía?”. Intentábamos aclarar el misterio de si la corrupción era solo de los políticos por qué cuando era muy superior a la actual y conocida por todo el mundo, los medios y el resto de sociedad no la denunciaron.

Pero uno de los más peligrosos fue el del origen exterior e imprevisible de nuestra crisis que tantos efectos negativos provocó en la gestión pública y en la multiplicación de sus efectos. Esto no coincide con nuestra interpretación de la crisis basada en los datos objetivos de la economía.

En el primer artículo de 28 de mayo de 2.008 (antes de la crisis financiera de finales de este año), incluido en nuestro libro “¿CUANDO SALDREMOS DE LA CRISIS?”, hicimos la siguiente precisión: “En el año 2006 comenzó la recesión en el mercado inmobiliario. En los índices de los registradores las compraventas se redujeron en ese año un 7’2%. A partir de entonces esta se fue agravando progresivamente.”

El 24 de abril de 2.007, “el martes negro,” ante la caída de la Bolsa y en especial de las constructoras encabezadas por ASTROC (FADESA, SACYR, URBIS INMOCARAL…), la prensa internacional ya destacaba el final de nuestro proceso especulativo.

“Es decir, antes de la crisis inmobiliaria de E.E.U.U. (agosto 2.007) teníamos una crisis propia que se ocultó, por ignorancia o interés, por gran parte de nuestros medios de información general…. Si no fuera así ¿por qué a finales del 2007 habían cerrado la mitad de agencias inmobiliarias? ¿No sería porque llevaban 2 años con una gran reducción de ventas y no por los 3 o 4 meses anteriores, desde la crisis en E.E.U.U.?”

Sin embargo, en el mismo 2007, el porcentaje de ciudadanos que creía que la situación económica era buena, alcanzó un 65% y llegó a 83 puntos sobre 100 la puntuación sobre nuestra autoestima (cuando debíamos todo lo que comprábamos) y en el 2013, cuando con un enorme esfuerzo, comenzamos a salir de la crisis con el reconocimiento y el respeto de los mismos medios, agencias, organizaciones internacionales que nos criticaban en 2007, el porcentaje anterior había descendido del 65 al 4% y el de nuestra valoración, ahora, a 53 puntos. (BIERIE) Por contra en 2014, en cuanto a su valoración exterior, España ocupaba el puesto 16 con 64 puntos (Country Rep Trak 2014) o 6’9 sobre 10 en BIE (Instituto Elcano).

Algo debe fallar en nuestro sistema educativo, en la calidad de nuestros medios de información y, en definitiva, en nuestra sociedad, para explicar semejante error de diagnóstico, que, por cierto, llevó a la ruina y a la desesperación a tantas familias ¿Cuantos desahucios se hubieran evitado si el consumidor hubiera contado con una mejor información económica?

También, como en la corrupción, hubo una gran diferencia entre la percepción social de la crisis y los datos objetivos de la economía.

Nuestro problema no es que produzcamos tantos cuentos, sino que, siendo tan inexactos y/o falsos, tengan tanta aceptación social y que, a pesar de provenir de reconocidos cuentistas, continuemos haciéndoles caso.

DANIEL IBORRA FORT

 

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Castilla de Pallejà (Barcelona)

Castilla de Pallejà (Barcelona)

 

 

 

 

Dicen que no sabemos de economía ni de política, sólo de fútbol.

 

Daniel Iborra Fort,

Notario de Vilafranca del Penedès

 

En el periódico El Mundo del día 17 de diciembre de 2015, Daniel J. Ollero se hacía eco de un trabajo del grupo Kantar en el que se evidenciaba una significativa incomprensión de la ciudadanía sobre cuestiones claves del sistema electoral.

Pero más grave es lo que denunciaba el catedrático Fermín Bouza sobre el desconocimiento de los programas de los partidos políticos “La gente no sabe, ignora los programas políticos y económicos y muchas veces, ni siquiera los entiende porque es ignorante en economía y en otras cuestiones”

En esto coincide el catedrático, Santiago Carbó en el artículo que publicó en El País, el 6 de octubre de 2.015 “La formación en finanzas”, en el que también denuncia nuestra deficiente educación financiera “ El último informe PISA sobre este tema, situaba a España en el último lugar de los países considerados de la OCDE, en cuanto a disponibilidad de este tipo de aprendizaje en el aula y todo ello “cuando la educación financiera es una poderosa arma de conocimiento para una mejor organización personal y para una mayor consideración y participación crítica en el futuro propio y del país”.

Pero esto no pasa en el tema del fútbol en el que, habitualmente, demostramos unos conocimientos y una inteligencia, superiores.

Como lo podemos comprobar con los siguientes ejemplos:

Si en las elecciones a presidir un club modesto (como nuestro país), se presentan varios aspirantes y alguno de ellos se le ocurre prometer que, si sale elegido, al final de la Liga y con el mismo presupuesto, equipo y entrenador acabará con los mismos puntos que el Barça y el Madrid, muy pocos le votarían y seguramente, sería denunciado e increpado por estafar y despreciar la inteligencia de los aficionados.

Pero, en política, cualquiera asegura que, si triunfa, tendremos el mismo paro que Dinamarca, los mismos servicios y pensiones que los suecos o el mismo nivel de vida que los alemanes y la gente se lo cree, aunque nunca haya desempeñado ninguna gestión seria, ni se plantee (entre otras cosas porque ni las conoce) aplicar las reformas estructurales que han llevado a estos países a semejantes cotas de éxito ni nos justifique cómo lo pagaremos.

Vamos a tomarnos en serio la oferta de tener un paro como Dinamarca. De un trabajo mío sobre el tema recojo el siguiente texto “El cambio se produjo con las reformas laborales de 1994 y 1996, intentando ligar la flexibilidad a la seguridad, “FLEXISEGURIDAD”. Hasta entonces, la tasa de paro en Dinamarca estaba por encima de la media de la OCDE (12’5% en diciembre de 1993) y con las reformas, fue descendiendo hasta el 1’7% a mediados del 2.008.

Para despedir a un trabajador, el empresario no tiene que pagar ningún tipo de compensación. Tiene que avisar al empleado con tres meses de antelación. Una vez despedido, el trabajador tiene un elevado nivel de prestaciones públicas que puede durar hasta un máximo de 2 años, pero con condiciones.

El Estado invierte en formación continua, lo que permite que su preparación técnica sea el fundamento de su seguridad laboral. Los desempleados que rechacen injustificadamente más de 2 ofertas en un año pierden el derecho a percibir el paro. Esto hace que dos tercios del total de desocupados encuentren un nuevo trabajo sólo tres meses de haber perdido el anterior, al eliminar el miedo del empresario a la contratación (NYR 5-6-2013)”.

Los políticos que, a nivel nacional y en Cataluña, aseguran que si les encomendamos la gestión pública tendremos el mismo nivel de paro que Dinamarca, ¿aprobarán la FLEXISEGURIDAD que es tan contradictoria con sus programas o están tomándole el pelo a la ciudadanía aprovechándose de su desconocimiento en esta materia? ¿No se trata del mismo fraude que en los productos financieros que tanto criticaban? Seguimos pensando que la política debe ser la única actividad humana que no están penalizados correctamente el fraude y la incompetencia.

Si, en las mismas elecciones, algún candidato asevera que si le votamos adoptará el sistema de trabajo, fichará al entrenador y a una plantilla que están entre los últimos de la liga por su falta de intensidad y preparación, el cachondeo sería universal. Sin embargo, si se presentan a elecciones partidarios de sistemas cuyos países están en los últimos lugares en cuanto a nivel de vida y libertad y en lo más alto en corrupción, un montón de gente les vota.

Si durante el transcurso de un partido del Barça, en un momento complicado, su entrenador decide sustituir a Neymar o Suárez por un familiar de un alto cargo público, a pesar de su carisma y representación social, habría tal escándalo que, seguramente, el relevo no se produciría. Sin embargo, la gente que comprende que un familiar, sin ninguna calidad ni competencia reconocida, no puede ocupar un puesto entre un conjunto que borda la excelencia, no reacciona igual cuando a otro amigo o familiar le nombran para dirigir una Caja de Ahorros, un Hospital o cualquier Entidad Pública, sin ningún tipo de preparación. Mientras se da cuenta, inmediatamente, que la incompetencia de un jugador puede ser letal para un equipo de fútbol, la de un político cuyas decisiones le perjudican en una parte fundamental de su vida, le cuesta entenderlo.

Si es tan importante la oratoria (ZP ganaba todos los debates sobre el estado de la nación), el carisma o el aspecto ¿por qué le dan tantos balones de oro a Messi? . Tal vez, porque en el fútbol se valoran aspectos más fundamentales.

Si un equipo decide fichar a un jugador, no pasarán 24 horas que toda la masa de aficionados tendrá un curriculum de toda su vida deportiva, de los equipos que ha jugado, de los goles que ha metido, si el precio que se va a pagar es correcto y si hay alternativas mejores y hasta si es un jugador adecuado para el conjunto, sin embargo ¿cuántos ciudadanos conocen el curriculum de los que han votado, su preparación y si servirá para el puesto público que se le ha encomendado?

Y finalmente, cómo nos gustaría a los que somos seguidores de equipos modestos el que ficháramos a un entrenador como Simeone que ha logrado hacer un equipo competitivo con los grandes, sin sus enormes presupuestos, a base de esfuerzo y preparación.

 Si os fijáis, nuestro comportamiento en el fútbol coincide con las normas de funcionamiento de la economía que hemos venido repitiendo:

“No son de las promesas de los políticos (ejm. estaremos en la Champions) sino de la calidad del equipo productivo (y su éxito de productos en el mercado), de lo que depende el nivel de renta de la población, la remuneración, la seguridad y la cantidad del empleo, la financiación de los servicios públicos y las prestaciones sociales y, en definitiva, la calidad del Estado del bienestar (como los puntos y los puestos de la clasificación).

¿Cuándo aprenderemos, de una vez, que el destino económico de una empresa y el futuro de sus trabajadores y socios no dependen del reparto de poder entre sus directivos, de que estén más satisfechos porque obtengan más autonomía e ingresos, sino de la calidad de su producción?

Un país no puede ser eficiente si sus dirigentes no lo son.

El problema del político no es lo que cobra sino el daño que hace a la sociedad cuando es un incompetente.

Este país no cambiará hasta que a los niños se les explique, desde la cuna, el que, si queremos tener el nivel de vida y servicios públicos de los alemanes o suecos, tendremos que estudiar y trabajar como ellos.

España es como un agricultor, inicialmente elaborador de productos de poco precio pero que, sorprendentemente, va haciendo cada vez mejor y con mayor éxito internacional, un mayor tipo de actividades económicas más complejas y de mayor valor. Y un agricultor no es un señor que los fines de semana se va a Londres o Paris a comprar ropa, va en un Audi y acostumbra a pasar sus vacaciones en playas de moda o cruceros de lujo. El día que hagamos productos de mayor valor añadido seremos más ricos, tendremos empleo de más calidad y podremos devolver antes lo que debemos y vivir mejor.

No es que éramos ricos, es que nos prestaban dinero como si fuéramos y como si lo pudiéramos devolver.

La pereza es el camino más corto al fracaso ……”.

Y, en cuanto a la política, si la democracia es un instrumento ideal, la calidad de la música dependerá de la destreza del intérprete. Y esta de su preparación, dedicación, inteligencia e interés. Nuestra preocupación por mejorar el sistema democrático no debería hacernos olvidar que de “nada sirve un Stradivarius para el que apenas sabe tocar”.

En fin, que los votantes españoles tenemos un largo camino para alcanzar un nivel de competencia que nos saque de los últimos lugares, pero pienso que nos ayudaría enormemente, el que tuviéramos para la política la misma inteligencia que desplegamos en el fútbol. Tal vez, porque le dedicamos muchas horas, nos interesa más, le prestamos una mayor atención y también, porque tenemos una mejor información.

 

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Sitges_Iglesia_de_San_Bartolome

Iglesia de San Bartolomé en Sitges (Barcelona). Por Jorge Franganillo.

 

Una propuesta progresista para la reforma constitucional en España

Daniel Iborra Fort,

Notario de Vilafranca del Penedès

 

En el prólogo de mi libro ¿CUANDO SALDREMOS DE LA CRISIS? (2.009), decía que, con el tiempo, me había especializado en escribir sobre las crisis porque, como se me reducía tanto el trabajo profesional, me podía dedicar a ello.

Y esto es lo que me está pasando desde principio de este año, por lo que estoy aprovechando para ordenar y repasar todo lo que me ha parecido de interés durante el 2015. Y entre los textos, he encontrado alguno de gran interés.

  Creo que la misión de la ciudadanía es la de lograr una democracia eficiente al servicio de los contribuyentes, que son los que la financian.

El sistema político más útil socialmente es el que proporciona a la población más calidad de salario en especie (sanidad, educación, justicia…) en relación a los impuestos que administra.

La eficacia del Estado dependerá de la calidad del dirigente público, cuanto más competente mejor gestor.

Es muy importante que los políticos estén al tanto de las reformas estructurales que más éxito han tenido en otros países para solucionar los principales problemas de la sociedad, como el desempleo.

Y también es fundamental que reduzcan los costes de funcionamiento de la administración y establezcan mecanismos para eliminar la corrupción, con el objeto de que revierta a la ciudadanía el mayor número de ingresos fiscales.

En esta línea están los dos líderes progresistas, el italiano Renzi y el francés Valls, ambos socialistas.

Para asegurar la solvencia del Estado y mejorar la capacidad competitiva de su economía, que tanta importancia tiene sobre la renta y el trabajo y, en definitiva, el sostenimiento del Estado del bienestar, están acometiendo reformas muy profundas.

Por ejemplo, Valls, con la mejora del régimen legal  empresarial  y especialmente por su significado político, la proyectada reforma laboral que “va a ser importante, más agresiva que la de España en recursos financieros y que la que se hizo en Alemania en flexibilización“. Los puntos básicos son el de la potenciación de la formación, la descentralización de la negociación colectiva, lo que puede afectar al mantenimiento de la semana laboral de 35 horas y  eliminar las rigideces del mercado laboral. (El Mundo 23 de enero de 2.016).

Y, por otra parte, con la reducción de la estructura administrativa regional, de 22 a 13 regiones.

Y Renzi, con el conjunto de cambios para ampliar la productividad empresarial (flexibilidad laboral, reducción de impuestos y de trabas para la creación de empresas…) y dos reformas que considero de interés para el momento actual en España.  

La reducción de la burocracia y del gasto público inútil y entre este paquete de medidas, está el ajuste de la organización regional, provincial y municipal y la reforma electoral que garantiza, al otorgar un premio de una mayoría del 55% de los escaños a la lista que supere el 40% de los votos y en el caso de que ninguna de las listas alcanzase tal umbral, las dos más votadas irían a una segunda vuelta. Y fue aprobada por 334 votos a favor y 61 en contra (El País 4 de mayo de 2.015).

Este cambio tan radical, que Renzi consideró que con ello “Italia será un país más libre y más justo” ya que opinaba que “la responsabilidad de la crisis está en mi país y no en Europa y en la competitividad de su economía y en el mal funcionamiento de su Estado” (El País 30/5/2014), está explicado muy claramente por Sergio Fabbrini (Luiss School of Government) en una interesantísima entrevista en ABC, el 15 de marzo del 2.015. De esta recojo lo siguiente:

“El desorden fue consecuencia de la reforma realizada en 2.001 por el Gobierno de Massimo D’Alema. Entonces se traspasó a las regiones un considerable número de competencias. El centro-izquierda pretendió así quitar el agua a los peces de una Liga del Norte que era cada día más fuerte. Pero esta situación trajo conflictos constantes entre Roma y los gobiernos regionales en numerosas políticas… El Tribunal Constitucional se vio inundado de conflictos sobre competencias……las regiones recibieron muchas competencias y han demostrado que no supieron utilizarlas. La corrupción de los políticos del ámbito regional ha superado a la corrupción de los políticos del ámbito nacional.

El nuevo sistema electoral permitirá que se llegue al “ballottagio” (segunda votación) con dos partidos. No habrá gobiernos de coalición con pequeños partidos que puedan chantajear constantemente a los grandes partidos. Con el sistema anterior, los gobiernos eran débiles: en la primera República duraban una media de once meses y el Gabinete de Prodi en 2.006-2.008 estuvo constituido por doce partidos ¿Cómo se puede gobernar así?

Daniel Iborra Fort, 5 de febrero de 2.016

. PD Escribiendo el texto anterior con fecha 4 de febrero en El País leo uno de los artículos indispensables para comprender los fundamentos de la Unión Europea y los riesgos, no sólo económicos, de su fracaso. “Salvar Europa” de Mario Monti.

 

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Bodega Güell en Garraf (Barcelona)

Bodega Güell en Garraf (Barcelona)

 

¿Feliz 2016?: La economía española antes y después del 20-D.

 

Daniel Iborra Fort,

Notario de Vilafranca del Penedès

 

 

Lo que he apreciado en el despacho, más que un crecimiento de operaciones, que ha sido modesto, es un cambio en los receptores del crédito.

Durante el período del boom, iba destinado, en su mayor proporción, a la inversión inmobiliaria y a un consumo suntuoso que no se correspondía con el nivel de renta de los consumidores, lo que provocó una inflación de precios en los inmuebles y un crecimiento del déficit comercial exterior y del endeudamiento general, hasta niveles históricos.

Ahora se concentra, fundamentalmente, en el sector productivo, por lo que al mejorar su solvencia, se asegura el crecimiento de la producción, del empleo y hasta de los ingresos públicos y las prestaciones sociales.

De esta manera, se están asentando las bases para un crecimiento más estable y real, siendo difícil que alcancemos el ritmo vertiginoso de los años de la burbuja inmobiliaria, cuyo motor principal fue el crédito (y no el trabajo).

Nuestra previsión para el 2016 es que, si continuamos la política de ajustar los gastos a los ingresos públicos (a la que estamos obligados por nuestros compromisos con la UE.) y en mejorar la competitividad de la economía, el crecimiento puede seguir.

Pero si, como consecuencia de la inestabilidad política cambiamos de dirección, seguramente para los mercados financieros no tendremos la misma solvencia y los tipos de interés subirán a un nivel difícilmente asumible para los ciudadanos, las empresas y el sector público que acumula un endeudamiento creciente derivado de la falta de ajuste de su gasto a la reducción de ingresos que se produjo durante nuestra gran crisis.

En esta situación de pérdida de confianza exterior, la disminución del gasto público se tendrá que acelerar e intensificar, dado el incremento de los costes financieros que se irán comiendo una mayor proporción de recursos.

Este ajuste traumático lo tendrán que ejecutar políticos que han prometido mejorar las prestaciones, con la consiguiente decepción social.

Es lo que está actualmente pasando en Grecia que a lo que se llama la “rendición de Tsipras ante los acreedores” (recorte de pensiones, desahucios, edad de jubilación…) de momento, en menos de un mes (12 de noviembre y 3 de diciembre) ha costado al gobierno 2 huelgas generales, con las correspondientes manifestaciones de ”indignados”.

Uno de nuestros principales problemas es el deterioro progresivo de la calidad de nuestros políticos estimulada por la falta de responsabilidad por su incompetencia o por el fraude a los ciudadanos. Basta comparar el nivel profesional de los que crearon la Constitución con los que actualmente pretenden modificarla o sustituirla.

A bastantes de ellos se les puede aplicar lo que se criticaba de la “nueva cocina”, “nada en el plato, todo en la cuenta”, adaptándolo por el “nada en la gestión, todo en la  propaganda”.

Vilafranca del Penedès, 14 diciembre de 2015. Daniel Iborra Fort

 

* Breve respuesta al cuestionario de PENEDÈS ECONÒMIC sobre cómo, desde una notaría, se ve nuestra actual situación económica y su previsión para el 2016.

 

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Clos La Plana en Sant Pere de Ribes (Barcelona). Por Mick Stephenson

Clos La Plana en Sant Pere de Ribes (Barcelona). Por Mick Stephenson

 

Dirigir una democracia no es como gestionar una empresa

Daniel Iborra Fort,

Notario de Vilafranca del Penedès

 

       Desde nuestros primeros artículos venimos repitiendo que la economía es la base de los derechos sociales y que, para tener un alto nivel de vida un país, su sistema productivo ha de alcanzar un nivel similar de competitividad.

         En consecuencia, no son de las promesas de los políticos, sino del éxito de los productos y de los servicios nacionales en los mercados, de lo que dependen el nivel de renta de la población, la remuneración, la seguridad y la cantidad del empleo, la financiación de los servicios públicos y las prestaciones sociales y, en definitiva, la calidad del Estado del bienestar.

         Es, pues, la competitividad del sistema productivo el motor del desarrollo de los pueblos

         Y ésta, no depende del régimen político del país, porque nadie compra los productos discriminándolos políticamente según el respeto de los gobiernos de los derechos humanos y las libertades públicas.

          Entre los países de más desarrollo los hay democráticos y también autoritarios (ejm China) pero todos ellos van por la senda del esfuerzo y toman parecidas medidas para mejorar la calidad de su producción. Fundamentalmente, mejorar el sistema educativo, dotar de un marco legal, laboral, financiero y tributario que incentive la creación de empresas, lograr un equilibrio en las cuentas públicas… Lo que se llaman medidas estructurales.

          ¿Por qué las medidas estructurales, que son tan claras como sus beneficiosos efectos sobre la economía y la ciudadanía cuestan tanto que sean aprobadas y casi siempre se hace en situaciones extremas y ello en todo tipo de sistemas políticos sean democráticos o autoritarios?

           En cuanto a estos últimos, en una serie que publicamos en el periódico económico Expansión y en un artículo sobre el ejemplo cubano ¿Por qué Cuba es tan pobre? exponíamos las razones de que no se estuvieran aplicando las medidas que tanto éxito habían tenido en China.

           A pesar de las críticas, la experiencia política china nos parecía enormemente beneficiosa para la población, tanto en materia de bienestar material como, aunque pareciera un despropósito, para el futuro del sistema de libertades de la misma pues “Cuando un sistema político autoritario apuesta con éxito por el crecimiento del país y la satisfacción de las necesidades materiales de la población, la clase dirigente está asentando los fundamentos de un nuevo régimen político de naturaleza democrática

         Pero este no era el caso de los dirigentes cubanos o los de Corea del Norte, sus propósitos eran otros:

         “Las dictaduras sólo pueden arraigar en sociedades, económica, social y culturalmente subdesarrolladas, de forma que el progreso económico es su más eficaz enemigo. Ya que, superadas por la población sus necesidades materiales, el ansia de desarrollo personal y de participación política y social de los ciudadanos forzará a un radical cambio político.

          La forma de que, una vez implantado un sistema dictatorial, éste sea viable es encadenar a la miseria a su población para que, así, cuantos más ciudadanos estén bajo el límite de subsistencia, menor presión habrá para la implantación de un sistema político democrático.

           Su sistema económico es ineficaz porque así lo exigen la supervivencia del régimen político y la estructura de poder e intereses de su clase dirigente” (actualmente se diría “casta dirigente”).

            Para estos países que apuestan decididamente por un sistema dictatorial perpetuo, la expresión pan y libertad son incompatibles. Si dieran a su pueblo pan (progreso económico) luego pediría libertad y democracia.

            Y en cuanto a las democracias, determinadas medidas, como las reformas laborales y de gasto público, pueden arruinar las expectativas electorales de sus dirigentes políticos.

             Hace algún tiempo, un cliente me manifestó su queja de que las medidas que estaba tomando nuestro gobierno en materia laboral y de reducción de gasto público y de funcionarios eran demasiado tímidas y que deberían ser más radicales y le contesté que dirigir una democracia no es como gestionar una empresa.

             Todo lo que decía tenía sentido en una empresa, pero en una democracia ¿con cuántos votos contaría para hacer llevar a cabo sus propuestas? ¿Ha calculado el número de personas afectadas por estas medidas y su reacción en las votaciones?

            Y para aclarárselo le puse los siguientes ejemplos de países con mayor nivel de renta y de cultura y con más experiencia democrática que el nuestro:

Göran Person, que fue ministro de economía socialista de Suecia en 1996 y que reformó el Estado de bienestar para hacerlo viable, describía esta situación con las siguientes palabras que utilizamos en un artículo anterior: “Cuando fui nombrado ministro de economía en 1996, el déficit presupuestario de Suecia superaba de largo el 10%” …Recortar esa deuda nos humillaba. Y para lograrlo tenía dos caminos, hacer lo que debía y no ser reelegido o no hacer nada y seguramente no ser reelegido … pero además perjudicar con mi inacción a mi país..Nos costó seis años que las reformas dieran resultados, redujimos -fundamental- los costes laborales, los salarios y recobramos la competitividad de nuestra industria exportadora, crecimos. Y reformamos pensiones, la administración, los subsidios de paro. Y me convertí en el ministro de economía menos valorado de la historia de Suecia, pero 4 años después si que volvieron a votarme. Un país que debe esa barbaridad de dinero ni es soberano ni tiene democracia que valga, porque no es dueño de sí mismo” …y si no es demócrata, tampoco puede ser social.

          Sin embargo, en Alemania, la experiencia no fue tan positiva para sus dirigentes.

           Joaquim Möller, director del Instituto de Investigación del Empleo del Gobierno de Alemania exponía, también en La Vanguardia, la experiencia del canciller socialista Shröder que entre el 2.003 y el 2005 completó la agenda 2010, un cambio radical en materia laboral.

           “Si lo hubiera hecho la derecha, Alemania hubiera ardido”.

           Me lo explicó él mismo: sabía que le costaría el cargo, pero también que lo hubiera perdido si no lo hacía. Y está orgulloso de haber devuelto el empleo a millones de alemanes.

          “Al parado hay que apoyarle, pero también exigirle”..”.. Hay que desincentivarle la tentación de que rechace buenos empleos para seguir cobrando sin trabajar, pero también ayudarle a que se forme y a encontrar empleo.

           Reformaron la agencia de empleo para hacerla más eficiente y acortaron a un año el subsidio de paro. Tras el año, el parado sólo cobraba una ayuda de mera subsistencia y sólo si no tenía ahorros ni otros ingresos. Se reforzó la formación profesional y se ayudó a los emprendedores para que crearan empresas… por primera vez en 30 años las reformas estructurales redujeron el paro estructural, aumentaron la flexibilidad y así reforzaron el pacto social en las empresas”.

            Como podéis comprobar las medidas estructurales son parecidas (como actualmente intentan, con gran oposición social y sindical, los socialistas Renzi en Italia y Valls en Francia) y se asemejan a las que tomaría un buen gestor en cualquier empresa, sea pública o privada.

           Los ejemplos anteriores nos permiten diferenciar dos tipos de políticos, los que anteponen sus ideas e intereses a los de sus pueblos y los que adaptan la gestión en favor de toda la ciudadanía.

           Pero para tener este tipo de dirigentes públicos, la sociedad los debe votar y sólo una ciudadanía de gran madurez o en situaciones dramáticas, evitará dejarse seducir por partidos competidores que proponen, para resolver sus problemas económicos y sociales, soluciones rápidas y “sin esfuerzo” (y “sin acreditar su financiación”).

          De ahí que, habitualmente, sea tan difícil aprobar las reformas estructurales necesarias para mejorar la competitividad de las economías.

 

VILAFRANCA DEL PENEDÉS, 17 DE NOVIEMBRE DE 2015

DANIEL IBORRA FORT

SECCIÓN OPINIÓN

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San Sadurní de Noya (Barcelona). Parroquia. Por Digigalos

San Sadurní de Noya (Barcelona). Parroquia. Por Digigalos

 

 

Independencia y/o progreso

Daniel Iborra Fort, Notario de Vilafranca del Penedes

 

“Si los que ven no hablan ¿cómo podrán entender lo que pasa los que no ven?

 

Los graves problemas actuales de nuestro régimen autonómico, creo que se deben al desconocimiento y por lo tanto, a la falta de preparación de la ciudadanía y de gran parte de los dirigentes políticos, sociales y medios de información, ante el enorme reto que nos planteaba este proceso de unificación europea, que ha permitido que la situación se deteriore hasta extremos inimaginables.

No hubo una segunda transición que cambiara la cultura política popular, reconvirtiera los programas de los partidos políticos, ajustara el marco legal y mejorara la competitividad de nuestro sector productivo, única manera que fuera viable nuestro ingreso en la Unión Europea.

El proceso de unificación obedecía no sólo a razones económicas sino también a políticas y sociales.

Las nuevas tecnologías avanzadas precisan de grandes producciones, los costes han aumentado vertiginosamente, lo que exige que los productos deban ser colocados rápidamente en un gran mercado para cubrir los gastos y reunir los fondos necesarios para las inversiones de la siguiente ronda de renovación y este proceso, en la Europa Comunitaria, quedaba dificultado por las trabas y las políticas nacionalistas de los Gobiernos.

La revolución afectaría, de manera directa y estructural, a los Estados, cuyas atribuciones soberanas quedarían enormemente reducidas. ¿Se puede hablar de Estados independientes, cuando funciones tan importantes como la de las fronteras, seguridad y política exterior, buena parte de la regulación económica, política social, fiscalidad.., han de estar concertadas con el resto de miembros de la Unión Europea?.

Y este tema no tenía una trascendencia puramente material, sino también social, cultural y política. Tal como recogía el informe Poniatowski “de vez en cuando se hace un elogio de los valores culturales europeos y éstos son presentados como una especie de consuelo ante un eventual hundimiento tecnológico de nuestro continente. Esta fórmula es rotundamente inaceptable, la calidad de vida y la relativa armonía social que existen en Europa, dependen, sobre todo, de su capacidad de ofrecer condiciones de vida razonables a la mayoría de sus habitantes; y no será posible mantener este nivel si Europa no vuelve a hallar la competitividad .De lo contrario, la mayor parte de la Europa Occidental está condenada a la decadencia, a la pobreza y al desempleo estructural”

O se actuaba inmediatamente o como señalaba la OCDE, Europa suministraría cada vez más productos alimenticios, materias primas y bienes manufacturados de baja tecnología.

Mientras los grandes países europeos pasaban a convertirse en una especie de provincias de un nuevo Estado, para asegurar el futuro económico y social de sus pueblos, nuestro país continuó un proceso contradictorio con las obligaciones que había asumido como socio de un proceso de integración política y económica generando, en paralelo a la creación de nuevos órganos y funciones supranacionales con sus costes correspondientes, una estructura territorial inadecuada e inviable económicamente y desarrollando una fragmentación legal contraria a los fundamentos económicos y al régimen constitucional comunitario.

Los partidarios de la independencia dentro del territorio comunitario no tienen un problema sólo con sus constituciones, estados o gobiernos sino, especialmente, con la Unión Europea y hasta con sus propios votantes.

 Si les están prometiendo que su región se convertirá en un nuevo Estado dentro de la Unión les están engañando, no sólo porque el régimen legal comunitario lo impide sino porque es incompatible con el proceso de cesión general de soberanía ¿Cómo la Unión constituida para lograr un espacio económico y social sin fronteras y en un marco de legalidad, democracia, solidaridad y armonía entre pueblos tan diversos, va a permitir que en un pequeño territorio funcione un Estado,” como los de antes “, ajeno al espíritu general y al margen del cumplimiento de las normas comunes?.

Para evitar que se les denuncie de que están utilizando una publicidad engañosa, deberían corregir el lema y sustituirlo por el de que “si nos votáis tendréis un Estado, que solucionará todos vuestros problemas, pero fuera de la Unión Europea”. Una vez en el exterior, tendrán que decidir entre vivir aislados sin la cobertura legal y financiera de la Unión Europea o ponerse a la cola de los que esperan su ingreso. Allí coincidirán con Estados terminados (no por hacer), que llevan años trabajando en la homologación de su legislación y sus instituciones a la legislación comunitaria, con el objeto que le sea verificada y aprobada.

 Aunque encontramos otro detalle a corregir: Si en su publicidad consta que independencia es progreso y con ello se reducirá el paro y la presión fiscal, mejorarán las pensiones, estarán más seguros los depósitos y las inversiones, se elevará la renta y mejorarán los servicios y las prestaciones para los ciudadanos…. ¿ Por qué no intentan convencer a las instituciones comunitarias, sus gobiernos y los cientos de millones de ciudadanos (y los que esperan su ingreso ) de que se están equivocando de camino y el futuro está en la creación de estados muy pequeños?, pero…¿ Quienes tienen más credibilidad de gestores, los grandes países europeos con democracias consolidadas y eficientes, con sistemas económicos altamente competitivos o los dirigentes políticos sin competencia acreditada que proponen lo contrario?

A ello no ayuda la carencia de solvencia de sus programas y sus propuestas y en bastantes de sus miembros, la falta de respeto a la Ley, a las reglas democráticas básicas y hasta a las más elementales normas de convivencia y educación. Como fue el caso del político de la Liga Norte, Umberto Bossi, que estuvo empleando en su espectacular crecimiento de votos el lema agresivo de “Roma ladrona” y acabó envuelto, con sus hijos, ex-tesoreros y miembros del comité de control de su partido, en un proceso abierto, principalmente, por la fiscalía de Milán por apropiación indebida y estafa al Estado.

Separarse de la U.E. es un proceso de enorme riesgo y de incalculables costes para los pueblos.

En primer lugar, abandonan una zona con gran calidad democrática, con sistemas legales y económicos eficientes, con instrumentos de control de la gestión pública y una solidaridad que garantiza las prestaciones sociales. Y se van a un espacio geográfico reducido, que según los estudios anteriores condena a sus habitantes “a la decadencia, a la pobreza y al desempleo estructural “, sin un marco económico y legal definido y con unos costes de estructuras del nuevo estado y unos riesgos económicos, políticos y sociales sin cuantificar. Y, además, en la mayor parte de los casos, gestionado por políticos que han demostrado, hasta la saciedad, su falta de respeto por los principios democráticos, su incompetencia en el diagnóstico y la resolución de los problemas económicos y sociales y su abuso reiterado en la administración de los recursos y en el ejercicio de las funciones públicas.

Si,en el gran espacio de la U.E. integrado por las clásicas democracias europeas, cuesta encontrar “hombres de estado” ya sería casualidad que tocara uno de ellos en un espacio tan pequeño. Si hubiera alguno, seguro que no estaría dirigiendo un proceso tan peligroso para el futuro de sus ciudadanos

El sistema autonómico, que si se reconvierte nos parece tan fundamental como el resto de administraciones, tal como evolucionó, sin orden ni control, se ha acabado convirtiendo en un sistema obsoleto, ineficiente, ruinoso para los ciudadanos y fuente de escándalos continuados al aflorar, sin descanso, todo tipo de casos de despilfarro de recursos, de corrupción y de incompetencia en buena parte de nuestra geografía.

Si una empresa decide traspasar una parte de sus funciones a otra, procurará reducir y en la misma proporción, los gastos de la escindida con el objeto de mantener el equilibrio económico y garantizar la viabilidad del proceso.

¿Es normal que Francia e Italia cuando se han visto abocadas a equilibrar sus cuentas públicas, han dirigido su mirada a la reducción del coste de unos sistemas autonómicos de reducida dimensión y España, que estaba al borde de la quiebra, no se planteara una profunda reconversión?

Lo extraño es que se de por supuesto que, en las próximas elecciones generales, un cambio político será favorable a los intereses de la clase política autonómica.

Si la gestión pública cambiara de rumbo en favor de nuevas propuestas políticas opuestas a la consolidación fiscal y sin un programa que incentive la capacidad productiva, los prestamistas considerarían que tienen un grave problema en este país con tan enorme endeudamiento.

A partir de esta situación de preocupación de los mercados e instituciones financieras, el tipo de nuestra prima de riesgo se iría elevando a niveles insospechados ya que nuestra deuda del sector público no ha parado de crecer y la dirección del país estaría en otras manos y con otros principios.

Con la elevación de los tipos de interés quedarían reducidos los recursos para los servicios públicos y las prestaciones sociales fundamentales con lo que el ajuste de estos sería más intenso.

La situación de España (sector público, empresas y particulares) se parece a una familia con una hipoteca considerable y con ingresos limitados. El tipo de interés es determinante para su nivel de vida, no es igual pagar por la cuota mensual un interés del 1’5 que del 6%.

El ajuste ya no lo harán nuestros políticos que tienen que cuidar a su clientela sino los prestamistas exteriores que tendrían otra preocupación mayor que la electoral.

Seguramente, a partir de esa misma noche de las elecciones, los ciudadanos comprobarán que no sólo su economía sino también su sistema político pasarán inevitablemente al control de sus acreedores, como les pasó, entre otros, a los griegos.

Y entonces, sufriremos lo que hemos señalado reiteradamente que “en los pueblos insolventes, la dirección política, su programa de gobierno y hasta sus proyectos de futuro, no los deciden sus ciudadanos sino otros que no participan en sus elecciones, el voto de los acreedores”.

Y no creo que los acreedores, entre recorte y recorte, estén por la labor de salvar nuestro ineficiente, conflictivo y costoso régimen autonómico.

Todo ello, consecuencia del error histórico de no haber adaptado nuestro régimen autonómico (ni la educación de sus ciudadanos) a las funciones que desempeñarán nuestras autonomías, cuando concluya el proceso de unificación de la U.E.

 

DANIEL IBORRA FORT, 28 de octubre de 2015.

Vilafranca del Penedès (Barcelona)

 

SECCIÓN OPINIÓN

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Pont Vell. Manresa (Barcelona). Por PMRMaeyaert

Pont Vell. Manresa (Barcelona). Por PMRMaeyaert