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La gran crisis, los notarios y el futuro

LA GRAN CRISIS, LOS NOTARIOS Y EL FUTURO

DANIEL IBORRA FORT, NOTARIO

 

Cuando esta semana me comunicaron que tendría que preparar unas palabras para esta noche, tenía dos opciones, una, dedicar un tiempo indeterminado pensando en lo que diría o recuperar todo lo que he escrito sobre la profesión en los últimos años desde el primer trimestre de 2008 que dio paso a uno de los períodos más críticos y peor conocidos que he vivido. Me pareció más fácil y segura esta última, aunque al intentar introducir todo ello en un texto reducido, parezca un conjunto de recortes.

Inicio ello con esta reflexión general sobre la gestión pública de los grandes desastres colectivos: “es muy importante que los ciudadanos tengan consuelo y reparación en las crisis económicas y sociales, pero creo que es todavía más eficaz que los gestores públicos cuenten con preparación e inteligencia suficiente para que no se produzcan”

Con el tiempo, me he especializado en escribir sobre las crisis, es cuando baja el trabajo profesional y tengo tiempo para dedicarme a ello y así evitar caer en la depresión.

Pero predecir lo que pasará es descorazonador. Porque poca gente te hace caso en un clima de euforia general. Es como un final de curso de una universidad o de un instituto, cuando entras en la juerga a poner un poco de sensatez recomendando a los presentes que dejen de beber e intentando retirar los gin-tonics y resto de bebidas, pronto te das cuenta de que no es el momento oportuno y también porque, una vez llega la catástrofe, aparecen cientos de miles de personas que manifiestan que ya lo predijeron. Y nadie se acuerda de ti.

Nuestra interpretación, en la primavera de 2008 y antes de la crisis financiera del otoño de ese año, que incluí en el artículo que publiqué en El Economista y en Notarios y Registradores “¿Cuando saldremos de la crisis?” en el que me atreví a fijar el momento en que concluiría, era diferente : “antes de la crisis inmobiliaria de E.E.U.U., teníamos una crisis propia que se ocultó, por ignorancia o interés, por gran parte de los medios de información general, hasta que apareció la tradicional excusa exterior (como siempre EEUU) que permitió camuflar la responsabilidad de nuestra gestión económica”.

El pinchazo de la burbuja inmobiliaria y con ello la crisis de las notarías, empezó en el último semestre de 2006.Las compraventas se redujeron, ese año, un 7,2% y en el 2007 un 14%. Después del “martes negro”, el 24/4/2007 (caída de la Bolsa y en especial de las constructoras) la prensa internacional ya destacaba el final de nuestro proceso especulativo. Esta desinformación interna arraigó en nuestra población y en amplios sectores sociales y profesionales.

Estos datos los enseñé a un cliente que en el 2009 me preguntó si la crisis había afectado a las notarías. Le contesté, después de mostrárselos, que si su empresa en las línea de productos más rentables tuviera un descenso de facturación desde un 50 a un 70% ¿le afectaría? A lo que me contestó que haría tiempo que la hubiera cerrado. Le confesé que nosotros no lo podíamos hacer y por eso estábamos aguantando.

No sé si me creyó pero advertí, desde entonces, que me miraba con más simpatía.

Desde finales del 2008, las notarías funcionaban con una reducción muy importante de ingresos (50/70%) por lo que, para subsistir, tuvieron que hacer los mismos ajustes y con los mismos costes, que el resto de empresas. Sin embargo, sus retribuciones fueron tratadas como si tuvieran la misma actividad que con anterioridad al pinchazo del sector inmobiliario.

Todo era tan disparatado que las reducciones de aranceles se celebraban como si fueran a solucionar los problemas del paro y de la creación de empresas.

A continuación de la aprobación del Plan E que supondría uno de los despilfarros de gasto público más costosos para la ciudadanía (12.110 millones de euros) y después de otra reducción de arancel, esta vez de 60/90 euros, que ocupó hasta alguna primera página, redacté un artículo el 20 de noviembre de 2008 ¿Cuando los notarios y los registradores nos sacarán de una vez de las crisis? En la que denunciaba la falta de reformas estructurales y la manipulación informativa correspondiente. Prueba de ello es que, después de cada rebaja había más paro y destrucción empresarial.

Tal vez sea por el desconocimiento de la reducción de ingresos de las notarías lo que explique que, cuando se le fueron atribuyendo continuas funciones de servicio público, seguramente debido a la percepción pública de su eficiencia y competencia, se aprobaran sin una retribución que compensara su coste. Incluso estuve tentado de reflejar este proceso en otro artículo “De cómo mi notaría se convirtió en una ONG “, pero desistí en los primeros párrafos porque, como algún otro, no podría publicarse.

Si sumamos a ello que el notario tenía que estar al día de una ámbito legal tan enorme, enredado y mutante como el español, con la proliferación continua de normas superpuestas y hasta contradictorias del estado, las autonomías y los municipios, la ampliación como clientes de ciudadanos de todo el mundo con sus regímenes legales correspondientes y encima, teniendo que autorizar documentos cada vez más complejos sin perder la perfección, no es extraño que la notaría se hubiera convertido en una empresa de enorme trabajo y responsabilidad, pero sin retribuciones que compensaran sus costes de funcionamiento.

Este deterioro económico, sin que mermara la calidad del servicio público y de la exigencia profesional, creo que no llegó correctamente a la ciudadanía. Aunque sí la crítica por cualquier concepto, con la misma superficialidad que demostraron en su tratamiento de la gran crisis.

Por otra parte, la crisis fue tan general que “pocas veces en una sociedad, tantas personas y al mismo tiempo , no estuvieron donde debían”. Y entre ellas, las que tenían la obligación profesional de ofrecer una información solvente y honesta sobre lo que estaba sucediendo y es que  “muchos medios demostraron más diligencia en enviar periodistas para relatar las desgracias de los ciudadanos que en utilizar expertos para avisarles”. Y en un artículo sobre la ruina de las Cajas escribí que “eran Cajas centenarias que habían resistido dos guerras mundiales, una guerra civil, todo tipo de conflictos políticos, sociales y económicos, ninguno de estos pudo con ellas, sólo cuando la falta de profesionalidad y la política se introdujo en su dirección.”

No fue el caso de los notarios que en tan enorme tormenta perfecta, supieron sobrevivir a pesar de la reducción de recursos y la sobrecarga de una información crítica tan desproporcionada como injusta.

Algo hemos tenido que hacer bien, tanto los notarios como nuestros representantes, en especial esta Junta Directiva que particularmente tantas satisfacciones me ha dado y en todos los campos, para que hayamos superado semejante catástrofe y podamos hoy encontrarnos en este acto.

Finalmente, este relato me lleva a la siguiente conclusión:  “en épocas de crisis y confusión, la manera más prudente de salir vivo de ello es la de centrarse en lo básico, el mejorar la utilidad social de la profesión”.

 

DANIEL IBORRA FORT

Discurso pronunciado en el Real Club de Polo de Barcelona, el 17 de mayo de 2019, en la cena organizada por los Notarios y Registradores de Cataluña con motivo de su fiesta patronal. Con pequeñas modificaciones que no contradicen sino mejoran el texto.

 

¡CUÁNDO SALDREMOS DE LA CRISIS? (ARTÍCULO DE 2008)

LA CRISIS DESDE UNA NOTARÍA

SECCIÓN OPINIÓN

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La gran crisis, los notarios y el futuro

Real Club de Polo de Barcelona

 

La próxima crisis: ¿también dirán que era imprevisible y de origen exterior?

 LA PRÓXIMA CRISIS ¿TAMBIÉN DIRÁN QUE ERA IMPREVISIBLE Y DE ORIGEN EXTERIOR, COMO LA ANTERIOR?

DANIEL IBORRA FORT, NOTARIO DE VILAFRANCA DEL PENEDÈS

 

“Es importante que los dirigentes públicos auxilien a las víctimas de las crisis pero es mejor para los ciudadanos que cuenten con gestores competentes que las eviten “

 

1.-Corrupción, incompetencia, inmadurez e irresponsabilidad:

El 19 de marzo de 2016 en Hay Derecho publiqué un artículo (Corrupción, incompetencia, inmadurez e irresponsabilidad) en el que denunciaba la falta de solvencia y seriedad de buena parte del sector informativo y de nuestros dirigentes políticos que, en contra del interés general, estaban ignorando los graves problemas sociales.

…:”Uno calibra el reto que supone para los gestores públicos y lo compara con el nivel de preparación y el comportamiento actual de muchos de nuestros políticos, ocupados en batallas partidistas y en problemas que sólo a ellos obsesionan y el tratamiento de buena parte de los medios que han acabado en especializarse en escándalos, temas triviales y de entretenimiento y, con total pasión, en el enjuiciamiento de personajes públicos y especialmente de políticos “enemigos”, vapuleados sin ningún tipo de prevención ni de garantía, en lugar de proporcionar una solvente información a sus clientes que les permita defenderse del inquietante futuro y empieza a temer que España tiene un problema de corrupción, que seguramente acabará resolviéndolo, pero hay además otros, de inmadurez, irresponsabilidad e incompetencia, que tardarán un poco más.

Lo curioso es que, si los “nuevos representantes” promovidos por la frivolidad de gran parte de nuestros medios, por su tan evidente ineptitud, nos llevaran a otra gran crisis serían estas empresas las primeras en saborear la ruina (como les pasó en la anterior). Todo ello si no son sustituidos o eliminados por los que promocionaron con tanta alegría, porque les mejoraban los índices de audiencia. Ahora bien, siempre podrán excusarse de cómo nos iban a avisar de tamaña desgracia si fueron incapaces de anticipar la suya.”.

 

2.-Sobre el futuro de España:

El 25 de octubre de 2017 en un artículo publicado en Notarios y Registradores, “Seguramente el futuro ya no está en nuestras manos”  hicimos la siguiente previsión

“La falta de adaptación de nuestro sistema autonómico… lo hemos considerado un error gravísimo.

El sobrecoste autonómico, origen de buena parte del endeudamiento público, nos ha llevado a una situación límite.

Si se produce una elevación general de tipos de interés o de nuestra prima de riesgo, el ajuste, entonces, ya no lo harán nuestros políticos que tienen que cuidar a su clientela, sino los prestamistas exteriores que tendrán otra preocupación mayor que la electoral.

La gran deuda (1.124.961m.en julio) especialmente provocada, en los últimos años por la puesta en marcha del mecanismo de liquidez autonómico y municipal, hace que tengamos una posición vulnerable.

El FMI y la Comisión nos avisan de que el control del gasto autonómico es ”crítico para que España logre cuadrar las cuentas públicas”.
El tipo de interés medio se ha podido reducir desde el 4,07% en 2011 al 2,59 en agosto pasado por los resultados positivos de nuestra economía que han provocado la confianza de los mercados financieros y la actuación del BCE.

Pero los datos del presupuesto de 2017 ponen los pelos de punta si se produjera un incremento importante del coste de la deuda: IRPF 78.027 m., Impuesto de Sociedades 24.399 m., IVA 67.463 m, intereses 32.171m.

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal fijó en más de 200.000 millones el importe empleado en los mecanismos de financiación para las Comunidades Autónomas en el período 2007 a 2015 (20 puntos de los 65 del PIB incrementados en el total de deuda, más otros 8 puntos por intereses = 86.501millones). En este mes de octubre se ha publicado que AIREF ha calculado que 200 puntos más de prima equivalen a 15.000 millones de euros.

El incremento de la inestabilidad política, o el cambio de la dirección económica a rutas menos rigurosas, seguramente intensificará la reconversión”.

 

Adaptación Mayo de 2018:

En abril nos viene la señal del cambio del marco general de la financiación por “la normalización de la política monetaria que constará de tres pasos, primero, el BCE dejará de imprimir dinero; en segundo lugar, pasará a retribuir los depósitos y, por último, subirá los tipos…” (La Vanguardia, 9 de abril de 2018 Lalo Agustina).

 Esto está recogido en nuestro presupuesto de 2018 que, después de destacar la reducción de la factura de intereses a 31.547 millones ya que el coste medio de la deuda ha descendido desde finales de 2017 del 2,55% al 2,51% a finales de febrero ya anticipa “una senda ascendente de los tipos de interés a medida que se normalice la política monetaria“.

Y será como la de todos si cumplimos los compromisos de reducción del déficit y de la deuda y se mantenga el crecimiento actual.

De ahí que, los nuevos proyectos políticos deberían garantizar estos fundamentos para que se pueda asegurar la financiación del sector público (y sus renovaciones) y no recaigan los costes sobre los ciudadanos. Porque si 200 puntos más de prima equivalen a 15.000 millones de euros, el recorte social será inevitable y profundo (ejm previsión subida funcionarios 3.477 millones y pensiones 2.200).

¿De todo ello está enterada la población? ¿Para qué sirven los medios si no nos informan sobre lo que nos interesa? Si se genera otra gran crisis ¿dirán que era imprevisible y de origen exterior en la que los gestores interiores no tuvieron ninguna culpa y los medios tampoco?

      El sobrecoste financiero de la desestabilización ¿recaerá únicamente, como siempre, en los empleados públicos, jubilados y resto de afectados y no en las empresas políticas y mediáticas que la provocaron? ¿No es ya un buen momento para exigir en los casos de negligencia, incompetencia grave y de incumplimiento fraudulento de compromisos sociales, un grado de responsabilidad semejante al que aplican a los ciudadanos?

 

3.- Corrupción e incompetencia:

Francesc de Carreras en un reciente artículo en EL PAIS “Mirarnos en el espejo”, el 23 de mayo de 2018, incluye esta opinión “Siempre he pensado que hace más daño un político inepto que un corrupto, aunque moralmente sea más condenable este último”.

Esta misma reflexión la hicimos en el tema de la gran crisis. Los dirigentes no supieron gestionarla, ni la vieron, creando una de las catástrofes económicas y sociales más grandes en España. Es posible que no se hubieran llevado dinero. Pero el daño que hicieron fue inmenso.

Provocado por “una gestión incompetente, potenciada por la falta de independencia y profesionalidad de una gran parte de sus medios de información y de instituciones de representación social y la apatía de buena parte de su población (“El desastre perfecto” Notarios y Registradores)

De ahí que el profesor Joaquim Muns dijera que “hemos tenido la mala suerte histórica de que la peor crisis en muchas décadas haya coincidido con la peor clase política en muchos años”.

Aunque, todo puede empeorar.

 

DANIEL IBORRA FORT

Vilafranca del Penedés, 29 de mayo de 2018

 

ENLACES:

El futuro ya no está en nuestras manos, seguramente

El desastre perfecto

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La próxima crisis: ¿también dirán que era imprevisible y de origen exterior?

Cala S´Alguer, al norte de Palamós (Girona)